Controlar los factores de riesgo vascular y practicar hábitos de vida saludables puede retrasar o incluso que no lleguen a aparecer enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad, como el alzhéimer y las demencias seniles. Prevenir y educar en salud son dos máximas del nuevo presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Exuperio Díez Tejedor quien afirma: “Un cuerpo sano va a tener un cerebro sano”

Presidente Sociedad de Neurología:  Un cuerpo sano tendrá un cerebro sano
El presidente de la SEN en su despacho de jefe de Neurología del Hospital de La Paz. EFE/Ana Soteras
  • 22 de enero, 2018
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS

Díez Tejedor, jefe del Servicio de Neurología y coordinador del Área del Neurociencias del Instituto de Investigación del Hospital Universitario La Paz de Madrid, aborda en una entrevista con EFEsalud los principales retos de esta especialidad.

Y uno de esos retos es el alzhéimer, una enfermedad que cuenta con escasos fármacos eficaces y todavía sin cura.

En opinión del neurólogo, muchos trastornos de memoria que responden a ligeros deterioros cognitivos “se están etiquetando como alzhéimer” al haberse creado una especie de “alarma o miedo social”.

“Hace años la gente vivía con cierta naturalidad la demencia senil y no había sensación de estar ante una enfermedad, sino ante el envejecimiento”.

“Pero ahora -añade- con la medicalización de la sociedad se crean percepciones que, a veces, generan alarma sin que sepamos darle una solución”.

El neurólogo considera que “al calor del desarrollo de algunos fármacos y del interés de la industria en promoverlos, quizá se habló mucho en los medios de comunicación sobre alzhéimer cuando en realidad diría que muchos casos eran demencias degenerativas”.

Entonces, señala, “se estimularon los diagnósticos muy precoces pensando que si lo detectábamos pronto podríamos detenerlo. Conseguimos diagnosticarlo pronto, pero no detenerlo”.

Pero sí se obtuvo un aprendizaje: cuidar los factores de riesgo vascular (hipertensión, colesterol, obesidad, diabetes…) y practicar una vida saludable (actividad física, no fumar, alimentación equilibrada…) “hace que la enfermedad de Alzheimer evolucione más lentamente o que no llegue a expresarse”.

El incremento de la esperanza de vida ha conllevado el aumento de las demencias, que se disparan a partir de los 85 años. Y la enfermedad se expresa con mayor potencia si los factores de riesgo no se han controlado provocando así pequeños infartos cerebrales.

“Si evitamos esas lesiones vasculares se puede demorar la aparición de la enfermedad”, asegura el presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Argumenta que si se retrasara cinco años la enfermedad, de los 85 a los 90, por ejemplo, “podría bajar un 50 % el número de pacientes” con alzhéimer, por lo que en los ancianos “deben mantenerse los cuidados y no abandonarlos” dada la longevidad actual.

Ictus: en el punto de mira de la neurología

Pero precisamente los malos hábitos de vida y el consumo de alcohol y drogas (cocaína, éxtasis, anfetaminas…), además del diagnóstico precoz, están provocando un repunte de los casos de infartos y hemorragias cerebrales en personas más jóvenes.

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El presidente de la SEN en su despacho de jefe de Neurología del Hospital de La Paz. EFE/Ana Soteras

“Y no solo hablamos de personas con una adicción, sino de aquellas que toman esporádicamente esas drogas, que son verdaderas bombas con graves consecuencias”, advierte el especialista en neurología.

Cuando se produce el ictus, detectar los síntomas y actuar lo antes posible es esencial para frenarlo y reducir secuelas, algo factible si se acude a una unidad de ictus.

El porcentaje de personas sin secuelas tras un ictus ha aumentado hasta el 30% y llegar al 100% se debe a que han llegado demasiado tarde al centro hospitalario y se ha extendido el daño; porque son personas muy mayores o porque la lesión ha sido significativa, señala el experto.

“Cada vez que se levante un hospital, debe tener una unidad de ictus y un plan de abordaje”, insiste Díaz Tejedor, uno de los impulsores en los años noventa de estos centros especializados.

Investigación y equidad, dos caballos de batalla

La investigación en ictus avanza hacia el desarrollo de fármacos trombolíticos que permitan un mayor margen de actuación; de neuroprotectores que eviten que el daño se extienda y en conocer y potenciar los mecanismos naturales de reparación del propio cerebro.

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EPA/LAURENT GILLIERON

Sin embargo, “en España la inversión en investigación es ridícula comparada con otros países de la UE y con Estados Unidos, estamos en los puestos más bajos respecto al PIB, y los políticos deben comprender que la investigación es una inversión y no un gasto”, se lamenta el presidente de los neurólogos españoles.

Una de las vías de investigación que está dando resultado en enfermedades como la esclerosis múltiple o la migraña es la utilización de terapias dirigidas, anticuerpos monoclonales dirigidos contra una proteína o receptor, pero que no han dado resultados de momento en las enfermedades neurodegenerativas.

Luchar contra la falta de equidad en el ictussegún la comunidad autónoma va a ser otro de los caballos de batalla de la Sociedad Española de Neurología y de su presidente en esta nueva etapa.

“Una cosa es que se transfiera la gestión de la asistencia y hospitales…y otra es que el Ministerio de Sanidad desaparezca en su capacidad ordenatoria y regulatoria y no tenga ninguna capacidad de financiación. Pedimos un pacto, establecer una normativa para regular esto porque no puede haber esas diferencias”, subraya.