El lenguaje que pone nombres a la medicina, desde los galenos hasta nuestros días, no se libra del tratamiento que cualquier enfermedad debería tener. La Academia de Medicina reforzará el presente y el futuro de la comunicación científica en español con un diccionario panhispánico de términos médicos

Ya sea en el tú a tú, médico-paciente, o en comunicación digital para medio mundo, la jerga utilizada por aquellos a los que confiamos nuestra salud, guarda la sabiduría de siempre y explica, a su vez, los grandes avances de la medicina actual. Este cometido requiere prevención y cuidados específicos también para el lenguaje, el vehículo con el que nos desarrollamos y legamos nuestras experiencias.
Como decía el gran Gregorio Marañón: “En el lenguaje científico, la claridad es la única estética permitida”.
La Real Academia Nacional de Medicina (RANM) está absolutamente concienciada con este objetivo y va a poner todo de su parte para que el idioma español sea “una lengua de comunicación científica de primer orden”. Así lo expresó su presidente, el profesor Joaquín Poch, en su intervención durante el Foro de Debate “El lenguaje médico en español: presente y futuro”, organizado por la RANM en colaboración con la Fundación Lilly, a través de su iniciativa MEDES.
Esa apuesta de futuro de la Academia por un lenguaje médico común se va a concretar en un Diccionario Panhispánico de Términos Médicos, a través de ALANAM (Asociación Latinoamericana de Academias Nacionales de Medicina).
“Nuestro actual Diccionario, publicado hace dos años y medio, es el punto de partida para una nueva etapa en la que vamos a seguir reforzando el papel del español y, de ese modo, conservar y enriquecer nuestro patrimonio lingüístico”, explica el presidente.
Un diccionario que, afirma el profesor Poch, aclarará conceptos dudodos y denominaciones equívocas, contribuirá a la corrección del lenguaje médico señalando errores frecuentes y la forma de corregirlos, propondrá términos españoles que eviten el uso innecesario de anglicismos y la mejor forma de adaptarlos.
“Por un lenguaje médico común: una apuesta por el futuro”
Este es el objetivo que resume los esfuerzos de la RANM entre muchos de su cometido. Así lo afirmó Poch en su ponencia quien resaltó el hecho de que la medicina haya acompañado al ser humano desde su existencia: “esta antigüedad ha propiciado la creación de un lenguaje específico que ha absorbido durante siglos las voces, las normas y las modas imperantes en cada época”.

Los avances de la ciencia conllevan la creación de multitud de términos específicos y técnicos incorporados precipitadamente. “Esto puede originar que la jerga de los galenos pase de ser un instrumento de precisión a un peligro para la comunidad científica”, afirma el presidente.
El inglés se ha convertido en la lengua de intercambio científico internacional, no hay que negarlo sino tomarlo como aliado. “Hemos de aceptar neologismos, pero adaptándolos a los cimientos de nuestra morfología, ortografía y gramática. Lo que carece de toda lógica es incorporar anglicismos crudos por mera comodidad o esnobismo” asegura Poch.
El español es el idioma resultante de todos los que hablamos español en el mundo y dentro del mismo, el lenguaje médico corre distinta suerte. “El término mascarilla se utiliza en España mientras que en Argentina, Bolivia y Paraguay se prefiere barbijo y en Cuba, México y Uruguay, tapaboca” expone Poch como ejemplo de la variación de los términos médicos de uso común; variación en los términos y el sus niveles de comunicación pues no es igual que un médico se comunique con un colega que lo haga con el paciente que está al otro lado de la mesa en su despacho.
El español es el tercer idioma más hablado en internet; en los últimos años se ha producido un incremento del 115% de las publicaciones científicas en nuestro idioma; 900.000 médicos y profesionales biosanitarios ejercen la medicina utilizando el español y la movilidad de profesionales sanitarios dentro del ámbito español, hace necesaria una herramienta que facilite la comunicación precisa y sin interferencias.
El Diccionario panhispánico de términos médicos recogerá la riqueza del léxico biomédico de habla hispana con sus diferentes variantes y usos específicos y, al mismo tiempo, posibilitará la normalización y defensa de nuestro patrimonio lingüístico”, afirma Poch.
Debe estar conectado para enviar un comentario.