Recibir un diagnóstico de cáncer siempre supone una sacudida, pero sí es de cáncer de páncreas todavía es más intensa al asociarse a un mal pronóstico. La psicología ayuda a los pacientes a navegar en un clima de “esperanza realista”, a controlar la enfermedad y a evitar el estigma.

Psicología para afrontar el cáncer de páncreas con “esperanza realista”
Un hombre observa la puesta de sol sentado en el malecón de La Habana (Cuba). EFE/Alejandro Ernesto

En el Día Mundial del Cáncer de Páncreas, el tercer jueves del mes de noviembre, entrevistamos a Fátima Castaño, especialista en psicooncología: “Trabajamos mucho en la terapia a corto plazo, en la toma de decisiones que tienen que ver con el ahora, no hay que navegar en un clima de curación, pero sí en una esperanza realista”.

En 2023 se estima que habrá 9.280 nuevos casos de cáncer de páncreas, según datos del informe “Las cifras del cáncer en España” de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), un tumor que supone la cuarta causa de muerte por cáncer en España con más de 7.000 fallecimientos anuales.

La mayoría de los pacientes tienen entre 65 y 70 años en el momento del diagnóstico y la ausencia de síntomas en etapas tempranas hace que en la mayoría de los casos se diagnostique en estado avanzado y por tanto incurable.

“No creo que todos los casos de cáncer de páncreas sean una sentencia de muerte, hay que buscar las herramientas psicológicas que pueden ayudar a cada uno a adaptarse lo mejor posible”, subraya la psicóloga.

Evitar el estigma

La especialista, que trabaja en el MD Anderson Cancer Center de Madrid, también colabora con diversas organizaciones de pacientes, entre ellas, la Asociación de Cáncer de Páncreas (Acanpan) con la que organiza diferentes charlas sobre cómo manejar el miedo, la ansiedad, la tristeza…

El impacto del diagnóstico necesita un periodo de normalización, un periodo de adaptación para pacientes y familiares.

“El diagnóstico de cáncer de páncreas supone un estigma mayor al de otros procesos oncológicos”, en especial por el mal pronóstico que conlleva, relata la experta.

Por eso, estas charlas persiguen evitar la “sensación de soledad y de aislamiento” y que los pacientes se consideren “diferentes” a otros afectados por procesos oncológicos.

“Se vive con un miedo y con una sobrecarga personal y familiar tremenda”, apunta.

Además, existe la “sensación de culpabilización”, como ocurre en otros cánceres, si influyen ciertos hábitos de vida, aunque un cáncer siempre se debe a causas multifactoriales.

“Te puedes preguntar qué no he hecho bien y eso puede ahondar en un peor estado de ánimo, en la menor utilización de recursos y, a veces, hay una culpabilización por parte de la familia”, señala la psicóloga.

“Yo les digo a los pacientes: Culpables no somos, pero sí responsables y a partir de ahora hay que tomar medidas, cuidarse, llevar bien el tratamiento, intentar buscar recursos no solo médicos…

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La psicooncóloga Fátima Castaño. Foto cedida

Psicología en cáncer de páncreas: realismo y esperanza

La psicología o psicooncología en un proceso de cáncer de páncreas se basa en “aumentar la sensación de esperanza y de control de la situación, algo que los pacientes sienten que no tienen”.

Un trabajo basado en un escenario de “esperanza realista” donde se asume que la curación, para la mayoría de los casos, es difícil pero que se centra en los elementos que pueden ser de ayuda, desterrando “la anticipación negativa” y centrándose en el presente.

“Los pacientes llegan a la consulta con el peso de las estadísticas, pero creo que cada paciente tiene la posibilidad de ir navegando en su propio proceso e ir generando sus expectativas personales”.

La psicología ayuda al paciente de cáncer de páncreas a tomar las riendas de su enfermedad, a ser un paciente empoderado, pero también a identificar sus emociones, como el miedo y la ansiedad, y poder comunicarlos.

“Podemos pensar -indica Fátima Castaño- que pueden tener ese miedo universal a la muerte, pero muchos de ellos temen al dolor, a la dependencia, al tratamiento…por eso es necesario identificar los miedos y compartirlos con la familia, con los seres queridos e, incluso, con el equipo médico que también puede ayudar a apartar creencias erróneas.

También la familia, en muchas ocasiones, necesita la ayuda de la psicooncología cuando se enfrenta al cuidado de un paciente con cáncer de páncreas al convertirse en un soporte fundamental tanto físico como emocional por lo que no pueden olvidar cuidar de sí mismos.

Un golpe en una nueva etapa vital

La mayoría de los diagnósticos llegan a partir de los 65-70 años, una etapa vital importante para muchas personas que terminan su vida laboral y que hoy en día tienen mucho recorrido por delante para disfrutar en buenas condiciones físicas.

“El diagnóstico de cáncer de páncreas llega en un momento muy difícil, en el que se truncan mucho planes. Hay que vivir también ese duelo, el de todo lo que no voy a poder hacer”, precisa la psicooncóloga.

Situaciones que podrían plantear los pacientes de cáncer de páncreas en sus charlas con la psicooncóloga.

“Me he encontrado ganas de vivir, ganas de normalizar el proceso, de hablar de cáncer de páncreas con más realismo y menos pesimismo, de compartir con otros pacientes…y de ver un poco de esperanza”, concluye la especialista en psicología Fátima Castaño.