Si te dicen que eres un racionalista, ¿es piropo o insulto? El psicólogo Sergio García Soriano prosigue en EFEsalud con su Abecedario de la Psicología y llega a una nueva letra, la R, de racionalismo.

“Ratio” quiere decir “razón” y esta corriente, el racionalismo, considera el pensar como un proceso superior, pilar fundamental, con el que el ser humano indaga sobre el mundo exterior.
En general, el racionalismo es toda teoría en la que prevalece el valor de la razón frente a la percepción, los sentimientos, la tradición, la autoridad.
En sentido amplio, se han dado muchos tipos de racionalismo en la historia: la filosofía de Parménides, el platonismo, la filosofía de Descartes…cuando llega en el siglo XIX la Ilustración, la razón tiene que ver con desarrollar lo científico y dejar el pensamiento mágico animista a un lado.
Es habitual en el desarrollo humano que las personas se debatan entre “pienso” una cosa, pero “siento” otra. ¿Le hago caso a mi corazón o a mi cerebro? Y suele ser lo mismo que la duda de: ¿hago lo que me conviene o hago lo que me apetece?
Sin embargo, no siempre es bueno ser “racionalista”, la conciencia es un órgano más con el que percibimos y nos damos razones que no siempre son las acertadas.
Cada uno frente a una realidad o comportamiento se ofrece una serie de explicaciones, estos razonamientos, estos psicologismos pueden definirse como racionalismos.
Los recuerdos o los elementos que elegimos para tomar decisiones en ocasiones están teñidos con cuestiones afectivas y que por tanto empañan nuestra capacidad de decidir. No podemos saber por qué tomamos iniciativas aunque nosotros pensemos que lo tenemos muy claro.
Las imágenes que vienen a nuestra mente son el resultado de una serie de procesos al que no podemos acceder de manera clara desde el principio. Por lo que será una psicoterapia, a través de una visión de un tercero, ajeno a la vida del paciente, la que clarificará los verdaderos “por qué” y “para qué” que motivan su conducta. La psicoterapia viene a subvertir a la razón o a las razones.
Además, tendríamos que plantear que acceder a conocimientos o a posiciones psíquicas no siempre se dirime a través de la lógica, la matemática sino que hay experiencias emocionales, aprendizajes indirectos, “métodos catárticos”, “actividades poéticas” que también animan al ser humano a entender la realidad desde otra perspectiva.

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