El presidente de los colegios médicos analiza, en una entrevista con EFEsalud, como afecta la difícil situación económica al bienestar social

Rodríguez Sendín: La crisis provoca el aumento de las desigualdades en salud
Juan José Rodríguez Sendín/EFE/Juan M.Espinosa
  • 10 de octubre, 2012
  • MADRID/EFE/JAVIER TOVAR

Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC) desde la primavera de 2009, es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca.

Ha publicado numerosos textos relacionados con la medicina y la salud, y ha recibido diversos premios y reconocimientos por su labor en el mundo de la sanidad.

  • Doctor Rodríguez Sendín,  ¿cómo evalúa el estado de salud de los españoles?

Los grandes indicadores de salud de los españoles son buenos salvo en salud mental y bucodental. Nuestro estado de salud y expectativas de vida son buenos, pero no deja de ser un indicador y lo que nos debe preocupar no es solamente la media, sino también los extremos y, en estos momentos cada día hay mayores diferencia entre ricos y pobres.

Hay diferencias importantes en salud en función de la CCAA donde se vive y bolsas de pobreza importantes con escasas o nulas expectativas que constituyen un determinante definitivo de la salud individual y colectiva.

Cinco millones de parados condicionan muchísimo el estado de salud de los españoles. Porque lo más importante en la salud, además de la atención sanitaria, son sus determinantes, comida, vivienda, calefacción, cuidado de la boca, educación, etc…, determinantes todos ellos de la salud. Por eso, se puede decir que la salud de los españoles es buena, pero está entrando en una situación preocupante como consecuencia de la crisis y la insuficiencia económica de las familias.

  •   ¿Cree que entre las prioridades de los ciudadanos está el cuidado de la salud y el bienestar como elemento relevante de su calidad de vida?
Una de las cosas que más preocupa ahora a los españoles es la atención sanitaria porque se considera que el cuidado de la salud estaba garantizado con la asistencia sanitaria.
Y esto es un error porque el cuidado de la salud es algo personal y la asistencia sanitaria es la que se presta para recuperar la salud o para prevenir la enfermedad.
No somos un país que destaque o haya destacado en el autocuidado de la salud, es decir, en hacer ejercicio físico, en no tomar alcohol, en dormir las horas necesarias, en llevar una vida sana, es decir, en considerar la salud desde un punto de vista higiénico, dietético y de ausencia de tóxicos. Se abusa en exceso del alcohol, del tabaco, de drogas; se come en exceso y se hace poco ejercicio.
Probablemente, nuestro país necesite una mayor concienciación porque sabemos que la calidad de vida, de una vida muy larga de más de 80 años que tenemos los españoles, va a depender precisamente de todos esos factores.
  •  ¿Cómo ve la salud mental de los españoles? ¿Y la emocional?

En una situación de crisis como la actual donde lo que más preocupa a muchos españoles es cómo llegar a fin de mes; cómo resolver los problemas de su familia y cómo justificar ante su familia la imposibilidad de mantener el estatus que tenían como consecuencia de un retroceso en el nivel de vida alcanzado por la mayoría de los españoles, todo ello es un peligro para mantener el equilibrio afectivo y emocional preciso.

Es un claro factor de riesgo para caer en, “no puedo más” o “no se qué puedo hacer”, en la desesperación y en el consumo excesivo de tóxicos, entre los que destaca el consumo de alcohol.

Incluso, es un agravante de las patologías de salud mental.

Y, aunque no podemos ofrecer cifras concretas, desde hace cuatro o cinco años, la salud mental de los españoles ha podido empeorar porque los factores emocionales y afectivos, los que aumentan el estrés e impiden vivir en paz con uno mismo y con los que nos rodean, han empeorado descaradamente.

De ahí nuestra insistencia en preservar la garantía de un SNS universal, de calidad, equitativo y solidario, como el que hasta ahora tenemos como elemento fundamental de cohesión social, especialmente en un momento de crisis económica y social.

En cuanto a la asistencia psiquiátrica y cuidados de los enfermos mentales no son los mejores que cabría esperar. La necesidad de integrar las redes asistenciales de salud mental y mantener una estrecha coordinación con el mundo socio sanitario es una asignatura pendiente desde hace mucho tiempo y es necesario su reforma y puesta al día aunque no es tarea fácil.

  •  Valore la importancia que la sociedad da a estos tres factores relacionados con la salud: alimentación, ejercicio físico y sueño.

La alimentación, el ejercicio físico, el sueño y el consumo de tóxicos, son cuatro determinantes claves de la salud individual.

Una sociedad que está bien alimentada, que hace ejercicio, que duerme las horas que precisa, que no consume tóxicos como alcohol, tabaco y drogas da muchos mejores rendimientos en la vida diaria, tanto la afectiva como la intelectual y laboral, es mucho más eficaz y además las expectativas en cuanto a salud y calidad de vida son mejores.

Es el gran campo de trabajo y mejora de la salud pública, la asignatura pendiente que evitaría muertes, aumentaría la calidad de vida y disminuiría el consumo de recurso en los países desarrollados.

Por el contrario una mala alimentación, sin ejercicio físico, sin descanso suficiente y consumiendo tóxicos aumenta el riesgo de una muerte prematura y determina la calidad de vida.

Recientemente Monseñor Aguirre, obispo en Centroáfrica, lamentaba y llamaba la atención a su manera sobre la contradictoria e injusta situación de que 3/4 partes del mundo lucha por comer mientras 1/4 luchamos por adelgazar.

  •  ¿Cómo afecta la crisis a la salud de la población?

Lo que está provocando la crisis es que aumenten las desigualdades en salud: grandes desigualdades en el acceso a los servicios, grandes desigualdades en el acceso a la comida, grandes desigualdades en el acceso a la vivienda de calidad porque todo ellos son determinantes claves de la salud.

Desigualdad que si al final -esperemos que no ocurra- llega a afectar al sistema sanitario, puede generar, además, intolerancia, rechazo social, desesperación y puede llegar a romper la cohesión social.

Va a ser difícil que un gran grupo de población afectado por esta situación pueda admitir que, otro mejor posicionado y su familia, tengan mejores expectativas en el cuidado de su salud. Y en estas circunstancias la paz social se rompe.

Yo creo que, de alguna manera, los médicos vamos a pasar, de gestionar la equidad, a tener que gestionar la desigualdad para intentar que los efectos sobre los pacientes sean los menos posibles. Y este es un esfuerzo en el que la profesión médica y las sanitarias ahora especialmente deben comprometerse.