La brecha de género en la salud supone un coste millonario para las arcas del Estado. Pero no sólo tiene efectos económicos, también de bienestar. El deterioro de la salud reduce la capacidad de generación de ingresos, produce costes y repercute, entre otros, en la calidad del capital humano y en la productividad. Además limita el potencial de crecimiento personal. EFEsalud te cuenta con datos y números todo lo que se pierde

Tanto es así que la brecha de género que se registra en España en el ámbito de la salud representa al menos 9.000 millones de euros al año.
Esta cifra supone el 0,8% del PIB, según el primer informe de la plataforma ClosinGap, impulsada para generar conocimiento y prácticas que promuevan la igualdad de oportunidades.
El objetivo de esta plataforma que reúne a ochos empresas líderes en su sector (Merck, MAPFRE, Vodafone, Repsol, Melía Hoteles, L Oreal, Mahou San Miguel y Solan de Cabras y BMW), es analizar el coste de oportunidad que tiene para la economía española la persistencia de desigualdades de género en ámbitos como la salud.
También en el de la conciliación, las pensiones, el uso del tiempo libre, el consumo, el turismo, la movilidad o la digitalización.
Asimismo persiguen generar el debate necesario en la sociedad para poder acelerar el cierre de la brecha global de género que, según el Foro Económico Mundial, al ritmo actual podría llevar alrededor de 170 años.
Su presidenta Marieta Jiménez, que es además directora Ejecutiva de Merck España, ha explicado al presentar este estudio que el país se encuentra en el puesto 24 dentro de los 144 países estudiados en el Global Gender Gap Report del Foro Económico Mundial.
Según este Foro, España ha sido capaz de cerrar hasta el momento cerca de un 75% de su brecha de género.
Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap durante la presentación del informe.
La brecha de la enfermedad
El informe detalla que a la hora de acudir a un profesional médico en Atención Primaria los hombres presentan, de forma más frecuente que las mujeres, trastornos relacionados con los sistemas cardiovascular (infarto agudo de miocardio, isquemia cardiaca sin angina); respiratorio; endocrino, metabolismo y nutrición (gota) y digestivo y problemas psicológicos derivados del abuso de drogas y alcohol.
Las mujeres, además de las consultas relacionadas con aparato genital y mamas, sufren de forma diferencial problemas relacionados con el aparato locomotor; los sistemas endocrino, metabolismo y nutrición; nervioso; sanguíneo; urinario; circulatorio cardiovascular (venas varicosas) y problemas de la piel y psicológicos relacionados con la depresión.
En Altas Hospitalarias, los hombres destacan en enfermedades del sistema circulatorio cardiovascular y respiratorio, mientras que las mujeres en los diagnósticos relacionados con las complicaciones del embarazo, parto y puerperio.
Diferencias en la mortalidad
En relación con la mortalidad, el estudio apunta que las mujeres fallecen con mayor frecuencia que los hombres en situaciones de trastorno mental senil y presenil, alzhéimer y por causas relacionadas con enfermedades hipertensivas.
Y en mayor proporción por enfermedades cardiovasculares, siendo las enfermedades cerebrovasculares la primera causa de muerte en mujeres.
Para los hombres, las principales causas diferenciales de muerte con respecto a las mujeres son los tumores, las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, las lesiones autoinfligidas y la cirrosis.
Mientras que la primera causa de fallecimiento en hombres se debe a los tumores malignos de tráquea, bronquios y pulmón.
Hábitos y estereotipos
En lo relativo a hábitos y estilos de vida se observa mayor prevalencia de consumo de tabaco y alcohol en hombres, aunque la incidencia está aumentando en mujeres.
Además, se detecta mayor obesidad y sobrepeso en hombres, menor actividad física en mujeres y mayor índice de accidentes domésticos en mujeres frente a accidentes laborales en hombres.
Finalmente, uno de los condicionantes de la salud asociado en parte a los estereotipos sociales de género hace referencia a los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia, enfermedades que afectan más a las mujeres en un ratio 7:1.
Baja natalidad: pérdidas de 31.000 millones
Son pues muchas las desigualdades que persisten entre hombres y mujeres, desigualdades que inciden por ejemplo en la baja tasa de natalidad.

Así el crecimiento “que pierde España por su menor tasa de natalidad sería de 31.003 millones de euros, un 2,8 % del PIB observado en 2016 y casi el 50% del gasto público anual en sanidad”.
De esa cantidad, el 9,3 por ciento habría formado parte de la recaudación por cotizaciones sociales de la Seguridad Social, lo que representaría 2.872 millones de euros más en recaudaciones en 2016.
Un millón de empleos no reconocidos
Por otro lado, en España 4,3 millones de personas declaran hacerse cargo de los cuidados de personas mayores y enfermas crónicas de forma no profesional.
En este informe sobre brecha de género en salud se pone de manifiesto que el deterioro de la salud reduce la capacidad de generación de ingresos, produce costes directos, indirectos e intangibles, repercute en la salud demográfica y económica del país y en la calidad del capital humano.
Por ejemplo, y en relación a los 4,3 millones de personas que declaran hacerse cargo de los cuidados de mayores, el 59% son mujeres (64% en el caso de dependientes) y dedican a este fin el 62% de las horas totales declaradas, lo que supone 1.800 millones al año.
Se trata – refiere el estudio- de una dedicación no profesional, que de formalizarse, “equivaldría a más de 977.000 empleos anuales a jornada completa”.
Según la fuente, el potencial económico de esta mayor dedicación al cuidado que llevan a cabo las mujeres asciende a 7.812 millones de euros al año.
Brecha de género: ansiedad y depresión
El estudio demuestra además que los cuidados a mayores incrementan en 3,4 puntos adicionales la probabilidad de sufrir depresión en las mujeres.
Así, de los cuidadores, el 13,4% de las mujeres y el 7,3% de los hombres declaran haber sufrido depresión en los 12 últimos meses.
En cuanto a la ansiedad, los cuidados incrementan dicha probabilidad en 2,7 puntos adicionales: los porcentajes de incidencia de este trastorno para este mismo periodo alcanzan al 13,6%de las mujeres y al 7,3% de los hombres.
La incidencia de depresión y ansiedad en el PIB por la vía de la incapacidad temporal es, en consecuencia, de 345 millones de euros mayor en las mujeres que en los hombres, lo que representa un 0,03% del Producto Interior Bruto.
Longevidad con salud: un punto del PIB
Otro dato analizado es el relativo a la longevidad y, si bien las mujeres registran una esperanza de vida al nacer seis años superior a la de los hombres, y de cuatro años mayor al llegar a los 65 años.
“Pero si las mujeres pudieran vivir en mejores circunstancias esos cuatro años de más que viven respecto a los hombres, el ahorro potencial sería de 8.945 millones de euros, lo que supone cerca de casi 1 punto del PIB (0,8%)”.
Esta cantidad, concluye el estudio de ClosinGap, es, además, el 70% de la factura farmacéutica, lo que habría permitido poner en marcha soluciones que ayuden a la innovación y sostenibilidad del sistema sanitario.
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