No va a ser nada fácil mantener la distancia de seguridad en el transporte público cuando aumente la movilidad con la desescalada. El Ministerio de Transportes prepara una Guía con medidas y normas para evitar contagios en estos lugares de tanto tránsito

El transporte público se prepara para la desescalada
Un viajero en el metro de Barcelona protegido por una mascarilla. EFE/Marta Pérez

La secretaria general de Transportes, María José Rallo, ha comparecido hoy en Moncloa con Fernando Simón, tras la reunión del Comité Técnico para la Desescalada.

Y lo ha hecho para informar de los planes de su ministerio en relación con la desescalada y el uso del transporte público.

Ha planteado cuál es la dificultad y el reto: “Romper la relación más movilidad con más contagio. No podemos dar pasos atrás. Con el aumento de actividades permitidas hay que evitar viajes no esenciales, hay que mantener el máximo nivel de disciplina social cuando se incrementen las medidas de alivio” y se transite por las distintas fases de la desescalada.

Para ello, Transportes trabaja en una Guía, ya que el ministerio valora que “el transporte público debe seguir siendo espina dorsal de la movilidad, lo que choca con la distancia física y social que hay que mantener”, ha dicho Rallo.

coronavirus transporte público
Captura de la señal institucional del Palacio de la Moncloa del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, y la secretaria general de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, María José Rallo, durante la rueda de prensa. EFE/Palacio de la Moncloa

Ha admitido las dificultades para controlar los aforos en el interior de los trenes, en el metro o cercanías, así como el flujo de personas en los nodos e intercambiadores de transporte.

“Una guía del ministerio va a abordar el transporte urbano e interurbano, será una guía viva que se irá adaptando a las necesidades del transporte público, que se coordinará con las CCAA y los consorcios de transporte, con quienes la colaboración es excelente”, ha informado.

Tres grupos de medidas

La guía va a contemplar tres grupos de medidas, ha indicado la secretaria general de Transportes.

  • Gestión de la oferta: los servicios a los que tendrán acceso los ciudadanos, incremento de frecuencias, refuerzos, autobuses lanzadero para apoyar trayectos de metro o cercanías.
  • Gestión de la demanda: el 25 por ciento de toda la demanda del día se produce entre las 6 y las 9 horas, ha dicho Rallo, quien ha defendido lograr una menor necesidad de transporte público en estas horas punta, ya que se pueden juntar hasta seis personas por metro cuadrado, lo que impide mantener la distancia de seguridad.

Para evitar esta situación de riesgo, incompatible con la distancia física, ha reafirmado las recomendaciones del gobierno de mantener el teletrabajo, flexibilidad en los horarios de trabajo, posponer la apertura de centros comerciales o limitar los aforos en las estaciones, así como promover una movilidad saludable o micromovilidad hasta una distancia de cinco kilómetros, caminando mucho más o usando la bicicleta.

  • Medidas mitigadoras de riesgo, de carácter sanitario: la alta recomendación del uso de mascarilla, la provisión de dispensadores de gel en las instalaciones de transporte público, o el bloqueo de filas detrás del conductor en los autobuses. Así como la ubicación de mamparas separadoras y otras actuaciones que eviten el riesgo de contagios.

Medidas viables y factibles

“Las medidas -ha subrayado Rallo- deben ser viables y factibles, y necesitan un tiempo para su implantación”.

Ha señalado que ya se han establecido nuevos itinerarios de viajeros en estaciones como Atocha (Madrid) o Sants (Barcelona), con el fin de evitar cruces entre viajeros que entran y salen, así como la de quienes se mueven dentro de las estaciones.

“Las administraciones y los operadores pondremos todo de nuestra mano, pero es fundamental la responsabilidad de los usuarios”, ha resaltado María José Rallo.

El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha añadido: “Vamos a empezar a movernos más y ello supone oportunidad para los contagios, que hay que evitar, desde las medidas de las administraciones y la responsabilidad personal”.

“Vamos a tener una normalidad diferente en los próximos meses. Quedarse en casa es duro, pero fácil. Ahora viene la parte más difícil y compleja, con modificaciones de costumbres, comportamientos diferentes y adaptación a esta nueva realidad”, ha completado.