El pasado 5 de enero, en medio del Atlántico, la vida de Alfonso Mayo, gallego de 48 años, dio un giro inesperado tras sufrir un grave accidente con maquinaria de un barco que en aquel momento se encontraba reparando. Las graves lesiones le provocaron la amputación del dedo pulgar de la mano izquierda y parte de la misma hasta la muñeca, así como daños faciales. Tras casi un año, el pasado viernes finalizaba su periplo hacia la búsqueda de una solución a su problema. Gracias a un trasplante del dedo gordo de su pie a la mano, una compleja intervención liderada por el cirujano Francisco del Piñal en el Hospital de la Luz, Alfonso ya cuenta con una mano totalmente funcional y puede volver a tener una vida sin limitaciones

Un trasplante permite recuperar la funcionalidad en la mano con el dedo del pie

Un trasplante permite recuperar la funcionalidad en la mano con el dedo del pie

  • 24 de noviembre, 2017
  • Redacción EFESALUD

Un paciente que sufrió un accidente con maquinaria de un barco y perdió parte de la mano, ha recuperado su funcionalidad mediante un trasplante del dedo gordo de su propio pie en una compleja intervención realizada en el Hospital de la Luz de Madrid, del Grupo Quirónsalud.

La intervención, que fue realizada el pasado viernes por el cirujano Francisco del Piñal, especialista en cirugía de la mano y de la muñeca, se prolongó durante doce horas y contó con un equipo formado por cinco profesionales, entre ellos cirujanos plásticos y traumatólogos.

En conversación con EFE, tanto el doctor Del Piñal, como el paciente, Alfonso Mayo, han relatado cómo se ha llevado a cabo esta intervención de microcirugía, cuál es el pronóstico y qué evolución tendrá.

En el accidente, que tuvo lugar el pasado 5 de enero cuando se encontraba reparando una avería en medio del Atlántico, entre Angola y Brasil, el dedo pulgar de la mano izquierda de Alfonso Mayo, gallego, de 48 años, quedó amputado al completo, así como parte de la mano hasta la muñeca.

La operación ha supuesto una “excepcionalidad debido a la complejidad y la extensión que revestían la gravedad de las heridas”, aunque “es la experiencia lo que te permite afrontarla”, ha explicado el especialista.

Durante su trayectoria profesional, este cirujano ha realizado 500 intervenciones de pie a mano, y de ellas “solo han fracasado tres, por lo cual hay muy pocas posibilidades de que falle una operación de este tipo”, ha añadido.

Además de la mutilación del dedo pulgar de la mano, Mayo también padeció graves lesiones en la cabeza que le provocaron daños faciales.

Trasplante dedo pie-mano: Antes y después

La operación se ha llevado a cabo mediante el injerto del dedo gordo del pie del paciente a su mano; mientras que en el pie se ha desplazado el segundo dedo hacia la posición del dedo trasplantado.

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Imagen: Dr. Francisco del Piñal

“En muchos casos, el dedo gordo del pie es mucho más grande que un pulgar. Tenemos recursos quirúrgicos para que, en la misma operación, podamos hacer modificaciones como quitar hueso o piel”, ha precisado Del Piñal.

Una semana después de la operación, el paciente puede mover la mano y caminar.

El doctor Francisco del Piñal ha manifestado a EFE que el paciente necesitará unas cuatro semanas de recuperación y tendrá que realizar ejercicios de rehabilitación.

Según su pronóstico, Alfonso Mayo comenzará a recuperar sensibilidad en el pulgar de su mano izquierda en un período de cuatro o cinco meses: “Lo que más tiempo llevará es alcanzar la sensibilidad, ya que los nervios tienen que avanzar a minuto por día”.

A pesar del tiempo transcurrido entre la pérdida del dedo y la operación, el doctor estima que los resultados serán positivos.

“Nadie sabe la limitación que supone no tener un pulgar hasta que lo sufre”, ha subrayado Mayo al recordar cómo la ausencia de su dedo pulgar de la mano le ha impedido llevar una vida activa, trabajar, ir en bici o acciones tan sencillas como atarse los zapatos.

Alfonso Mayo ha mostrado sus sensaciones tras la intervención: “Ahora me veo con la posibilidad de tener una vida sin limitaciones. Me alegro mucho de ver la mano. Una mano formada, consolidada. Tenía una mano catastrófica”.

El paciente ha explicado que a lo largo de este año ningún cirujano le había “dado esperanza de volver a tener una mano”.

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Imagen de la reconstrucción de la mano de Alfonso Mayo con el trasplante del dedo gordo de su pie a la mano