Año tras año, sobre todo en época estival, aumentan los viajes a los lugares más remotos y paradisíacos del mundo, donde seguro que pasaremos unas vacaciones inolvidables, pero antes de hacer las maletas tenemos que prevenir posibles enfermedades con al menos un mes de antelación, ya que la salud viaja con nosotros y no es agradable regresar a casa con el equipaje lleno de hongos, virus o bacterias

Verano de 2015: la salud viaja contigo
Globo terráqueo. EFE/ Patrick Pleul
  • 1 de junio, 2015
  • MADRID/EFE/GREGORIO DEL ROSARIO

La doctora Marta Arsuaga Vicente, del Centro de Vacunación Internacional, Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, recuerda que para viajar por el mundo son necesarias las vacunas internacionales, obligatorias en algunos países, y, además, observar ciertas medidas de precaución, sobre todo con el consumo de agua y con la infestación de parásitos, para estar bien protegidos durante el viaje.

Y dónde hay que prevenir más y mejor estas infecciones y estar más atentos a los pequeños polizones que gustan de acomodarse en nuestro cuerpo… en América Central y en la zona amazónica, “puesto que es selva pura”; en el África subsahariana, hasta la frontera con Sudáfrica; y en el sudeste asiático, incluida la India, “una región de moda para los mochileros”, dice.

La Paz-Carlos III atendió el año pasado a 8.229 viajeros, a los que administró 17.239 vacunas: hepatitis A, fiebre amarilla, hepatitis B, tétano/difteria, meningitis, rabia o polio fueron las que más se demandaron. La vacuna de la fiebre tifoidea disminuyó su uso ya que el hospital no la proporciona directamente.

El balance total arroja cifras algo inferiores a las del año 2013 debido a los dos meses que se mantuvo cerrada la unidad para hacer frente a la crisis sanitaria que provocó el virus del ébola en España. El 37% de los viajeros consultó para ir a África, el 35% para Asia y el 22% para América Latina y Centro América. Las edades mayoritarias van de 31 a 40 años y las mujeres ganan a los hombres, un 57% frente a un 43%.

Viajar en 2015

En todos los países del mundo podemos contraer una enfermedad, pero hay zonas o regiones con menos cobertura sanitaria de lo que sería recomendable o sufren brotes de alguna patología de forma coyuntural; por eso, la doctora Marta Arsuaga nos recomienda perseverar en la prevención:

  • Ébola en Sierra Leona y Guinea Conakry.
  • Malaria o paludismo en toda la amazonía, en el África subsahariana, donde es más peligrosa, y en el sudeste asiático, incluida la India.
  • Chikunguña en el Caribe, con República Dominicana además de Haití, Martinica, Guadalupe o Puerto Rico. También en El Salvador, Colombia y Venezuela.
  • Dengue en América Central, también en Bolivia y Paraguay, y en todo el sudeste asiático.
  • Rickettsia y borrelia, con las garrapatas, en Europa Central, pero podría ser en Asturias o los pirineos españoles.
  • Fiebre tifoidea, que no tifus, en el sudeste asiático, India o China. Guinea Ecuatorial, Gabón, Camerún, en África. Perú, en América del Sur.
  • Sarampión en Estados Unidos y en África.
detalle de un mapamundi, donde destacan América latina, África y Asia
Zonas del mundo con mayor incidencia de enfermedades infecciosas. EFE / GRB

La doctora Arsuaga hace hincapié en “los viajes mochileros”, donde son menores los costes del viaje y en los que el consumo de productos autóctonos se hace más interesante. Los viajeros no están acostumbrados a los virus o bacterias que viven o se reproducen en el agua o en los alimentos.

“Nos sirven caballitos de mar o saltamontes… queremos tener nuevas experiencias y probar alimentos exóticos… y la comida puede llevar horas expuesta a la climatología, a las moscas o a los microbios que han llegado procedentes de unas gotas de agua salpicadas desde un charco, cuando una moto ruidosa ha pasado al lado del puesto ambulante”, comenta.

Agua, mosquitos y animalitos

Pero es en el agua de consumo y en los mosquitos, en especial las mosquitas, donde debemos poner más vista y oído.

“Tenemos que tomar agua embotellada y asegurarnos que el hielo de las bebidas se ha elaborado sin agua del grifo, ya que la congelación no elimina todos los microorganismos. Más vale tomarse una cerveza templada y un güisqui doble sin hielo que un virus bien fresquito”, aconseja la especialista en enfermedades tropicales.

“Tampoco comáis ensaladas por las mismas razones. Si ponemos todos nuestro esfuerzo preventivo en el agua embotellada luego no podemos desbaratarlo por la lechuga -continúa-. La fruta, siempre pelada. Nada de mordiscos paradisíacos”.

Y qué decir de ese baño refrescante en un riachuelo o una cascada. “A través de la piel se nos pueden colar parásitos muy dañinos para el cuerpo humano, algo que también podría pasar si paseamos descalzos por la arena de una playa inmaculada”, señala.

La malaria o paludismo, y el dengue, son dos de las especialidades de los mosquitos. Hay que protegerse con repelentes, con ropa clara y que cubra la mayor parte de la piel. En las zonas más rurales salen a picar al amanecer y al atardecer, mientras que en las zonas urbanas gustan de las horas centrales del día. Aunque pueden picar a todas horas. Por la noche, mejor dormir con aire acondicionado y mosquiteras.

En cuanto a las enfermedades de transmisión sexual, cualquier lugar, a cualquier hora, es el adecuado. “En todas partes cuecen habas, como en España, por lo que el amor más físico hay que practicarlo con preservativo. Así evitaremos el VIH, las hepatitis, la gonorrea, el herpes o la sífilis”, argumenta Marta Arsuaga.

Los ‘animalitos’ que nos embaucan con su tierna mirada no son tan angelicales como los pintan. El viaje se puede ir al traste por un mordisco.

“Es muy bonito dar de comer a los monos o a cualquier otro mamífero, pero no lo es tanto cuando nos sacuden un buen mordisco, que además de doloroso nos puede transmitir la rabia. Entonces, nos tendrían que inocular cuatro dosis de vacuna en un breve periodo de tiempo… nos perderíamos las delicias del viaje… así que es mejor dar las caricias a los animales domésticos o de granja cuando regreséis a casa“, insiste.

La doctora Marta Arsuaga Vicente, especialista en ébola de la Unidad de Medicina Tropical y del Viajero del Hospital La Paz-Carlos III no pretende con estos consejos aguar la fiesta veraniega a nadie, ya que ella misma es la primera en coger el pasaporte y salir corriendo al aeropuerto. Solo pretende que “volvamos a casa tan sanos y felices como antes del viaje”.

Fotografía sonriente de la doctora Marta Arsuaga
La doctora Marta Arsuaga Vicente. EFE / GRB

“No os queremos ver en la consulta con malestar general, dolor de cabeza, fiebre, diarrea, manchas en la piel, dificultades para respirar, larvas en el estómago o un gusano metido en vuestro ojo”, dice.

Éste es el principal motivo de las vacunas, que hay que ponerse al menos un mes antes de la fecha de salida, y de las medidas preventivas en el día a día durante de nuestra aventura, sobre todo cuando viajamos a países tropicales; una actividad de trotamundos que avalan los médicos de La Paz-Carlos III, donde “os van a tratar y cuidar con esmero en el caso de que regreséis con una enfermedad renombrada, extraña o insólita”.