La enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Rosabel Molina Olías, matrona en el madrileño Hospital de El Escorial, nos recuerda que “entre un 3% y un 5% de los embarazos a término, a partir de la semana 37, el feto se presenta en posición podálica, es decir, de nalgas, sentad@ o de culete”. “Por debajo de …

Y si el bebé viene de nalgas…

Y si el bebé viene de nalgas…

  • 29 de mayo, 2019
  • Gregorio Del Rosario

La enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Rosabel Molina Olías, matrona en el madrileño Hospital de El Escorial, nos recuerda que “entre un 3% y un 5% de los embarazos a término, a partir de la semana 37, el feto se presenta en posición podálica, es decir, de nalgas, sentad@ o de culete”.

“Por debajo de la semana 28 de gestación este porcentaje ronda el 35% al moverse el feto libremente dentro de la placenta. Esta presentación tiene, a su vez, tres subtipos generales, dependiendo de la posición de las piernas del feto: nalgas completas, nalgas incompletas o nalgas francas”.

  • Nalgas completas: de culete con las dos piernas cruzadas y las rodillas hacia el pecho.
  • Nalgas incompletas: de culete con una de las piernas descruzada y estirada hacia la cabeza.
  • Nalgas francas: de culete con las dos piernas estiradas hacia la cabeza.

mujer embarazadaDe la posición de nalgas a la versión cefálica externa

Cuando la madre de pone de parto, el feto debe pasar a través de los huesos pélvicos y llegar hasta la abertura vaginal (canal de parto), dispuestos a ser expulsados con la ayuda de las contracciones y el empuje materno. La mejor posición fetal se completa con presentación occipital anterior: la cabeza del bebé mirando hacia la espalda de la madre.

Hacia la semana 28 de gestación los futuros bebés comienzan a colocarse en posición cefálica, con la cabecita enfocada hacia el cuello del útero de la madre; pero si vienen “sentados” es casi seguro que l@s especialistas programarán una cesárea; técnica quirúrgica que se hace imprescindible en los pocos casos, alrededor del 1%, en los que el bebé llega atravesado, incluso de costado o de hombro, respecto al canal del parto.

“El parto de nalgas por vía vaginal, sobre todo si no es una posición de nalgas completas o si la cabeza del feto está deflexionada (su mentón no está orientado hacia el pecho para que sea la coronilla la vanguardia del nacimiento), es una postura que conlleva riesgos elevados para el bebé”, expone la matrona.

La versión cefálica externa: mediante una serie de maniobras en el abdomen de la madre se pretende conseguir que el feto se coloque en posición cefálica para intentar un parto vaginal y así poder evitar la cesárea. Es una técnica recomendada a partir de la semana 37 por la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología (SEGO) si el bebé no lo ha conseguido de forma natural.

“No es un método que se pueda aplicar en todos los casos y tampoco es una técnica fácil o sencilla, puesto que no está exenta de riesgos. Existe un protocolo para aplicar la versión cefálica externa, con una serie de criterios de inclusión y exclusión, que siempre decidirá y empleará la ginecóloga bajo control ecográfico”, señala Rosabel Molina.

Relacionamos algunos métodos de exclusión, a modo de ejemplo:

  • Embarazo con gemelos, mellizos, trillizos o más bebés.
  • Contraindicación de parto vaginal.
  • Dificultad para palpar la cabeza del feto.
  • Un índice bajo de líquido amniótico o rotura de la bolsa de aguas antes de aplicar la maniobra.
  • Hemorragia genital o patologías relacionadas con la coagulación.
  • Desprendimiento de placenta.
  • Placenta previa.
  • Disminución de la frecuencia cardíaca del feto (bradicardia).