¿Sabes cómo influye el cambio climático en nuestra salud? ¿Y los elementos tóxicos con los que convivimos en casa? Pilar Muñoz-Calero, doctora experta en medicina ambiental, nos explica dónde se encuentran, algo fundamental para proteger nuestro bienestar y el mundo en que vivimos sobre todo hoy, Día Mundial del Medio Ambiente

La incidencia de las enfermedades relacionadas con elementos contaminantes como el plomo o el cloroformo está en aumento pues no paramos de elevar la carga tóxica de nuestro organismo. El principal problema es que no nos damos cuenta de la cantidad de agentes tóxicos perjudiciales para la salud que introducimos en nuestro cuerpo no sólo fuera de casa, sino también dentro.
Pilar Muñoz-Calero, doctora especialista en medicina ambiental y organizadora del VIII Congreso Internacional de Medicina Ambiental, nos explica la importancia de saber detectar estos elementos tóxicos en el interior del hogar.
En el interior de las viviendas puede haber hasta cien veces más elementos tóxicos que en el exterior, apunta la doctora.
El congreso, que arranca hoy en Madrid, se celebra con el objetivo de divulgar y concienciar, haciendo especial hincapié en formar “a profesionales de la medicina para que el medio ambiente se incluya a la hora de diagnosticar”, pues “estamos ante un nuevo paradigma de la enfermedad y si un médico no es consciente de estos factores es difícil llegar a la causa de la enfermedad”, señala la experta.
¿Dónde se encuentran los elementos tóxicos dentro del hogar?

♦ Productos de higiene personal: la doctora pone como ejemplo el suavizante de la ropa, que tiene unos ocho productos neurotóxicos “como el alcanfor, un irritante local que se absorbe muy fácilmente, causante del desorden en el sistema nervioso central y que incluso figura en la lista de residuos peligrosos”. También tiene cloroformo, “neurotóxico cancerígeno que también forma parte de la lista de residuos peligrosos, incluso te indican que no debe ponerse en contacto con los ojos, con la piel, con la ropa”.
♦ Productos de limpieza: la experta apunta que en productos como el amoniaco o la lejía están presentes elementos neurotóxicos como los mencionados anteriormente. Además, recomienda el uso de vinagre, limón o bicarbonato para la limpieza tal y como se hacía antiguamente al resultar más saludable.
♦ Cosméticos: el maquillaje resistente al agua, los pintalabios eternos y los productos milagro casi siempre tienen truco y en el tema de la toxicidad no son una excepción. Pilar explica que algunos de los componentes de los cosméticos, cremas, colonias o perfumes son muy peligrosos, como las “sustancias cancerígenas o los ftalatos, que son disruptores endocrinos”.
La doctora añade otro problema cosmético muy de moda, las barras de labios de larga duración que “lo son porque tienen plomo, sustancia que estamos absorbiendo”. El plomo es un metal pesado bioacumulable, por lo que es muy difícil eliminar del cuerpo y puede provocar problemas de memoria, cognitivos, pulmonares, etc.
♦ Aditivos químicos: colorantes, potenciadores del sabor, conservantes… pese a estar presentes en dosis pequeñas, la doctora señala que comemos al menos 3 veces al día, “introduciendo en el organismo multitud de sustancias que son aditivas, algunas cancerígenas o que provocan alteraciones del sistema nervioso y del tiroides“.
“La comida es nuestra primera medicina, si tomas alimentos llenos de aditivos lo que estás produciendo es más daño a tu organismo que beneficio”, señala Muñoz-Calero
♦ Ondas electromagnéticas: la doctora señala que es sobre todo el sumatorio y el abuso que se hace de ellas. “Es un enemigo invisible” que puede provocar “cáncer, problemas cognitivos, neurológicos, irritabilidad, nerviosismo”, pues los campos electromagnéticos “se acoplan a los campos electromagnéticos que también existen en nuestro interior” pudiendo provocar alteraciones.
Si son peligrosos…¿Por qué nos parece un consumo seguro? La especialista indica que se basan “en que efectivamente son dosis muy pequeñas y quieren decir que, como son legales, son seguros, pero la palabra legal no puede ir unida a la seguridad porque sabemos que lo que no se ha calculado en ningún momento es el efecto sumatorio de todos estos productos“.
Relación entre la salud y el cambio climático
Además de estos agentes tóxicos instalados en nuestra casa, hay otros tantos externos que nos resultan más conocidos como los pesticidas, la contaminación acústica o el cambio climático.
Respecto a este último, la doctora explica que “lo que se produce es un gran desequilibrio”, poniendo como ejemplo las plantas y el exceso de calor, pues “emiten mucha más cantidad de terpenos, una sustancia reactiva que en la dosis adecuada no tendría que ser tan nociva”. Somos naturaleza, y si rompemos la armonía sufriremos las consecuencias.
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