La baja capacidad de detección del virus, la existencia de otros desafíos sanitarios y la dificultad de seguir las medidas de higiene o confinamientos son algunos de los principales retos en la lucha contra la COVID-19 en África, según advierte la Fundación Recover

Aunque el impacto de la covid-19 en África ha sido menor de lo esperado, la Fundación Recover advierte que la falta de pruebas diagnósticas impide conocer las cifras reales de la pandemia en este continente.
El infradiagnóstico preocupa especialmente en África subsahariana, donde los casos de covid-19 continúan en aumento. La región supera ya los 2.800.000 afectados, aunque según los expertos, solo una pequeña parte de los casos que se dan en esta zona son detectados.
Estudios recientes sugieren además que las muertes por covid-19 son muy superiores a los datos que recogen los informes oficiales. La falta de pruebas para detectar la enfermedad también provoca desvíos en los diagnósticos:
“Hay neumonías que probablemente podrían tener una etiología viral y el coronavirus podría ser el responsable, pero no lo sabemos porque no podemos diagnosticarlo”, explica la doctora Jeannette Boniche, directora médica del Hospital HGR Kanzenze de la República Democrática del Congo y enlace de la Fundación Recover en este país.
Según la doctora, en estos casos hay una tendencia a desviar el diagnóstico hacia una posible tuberculosis.
“La realidad de la covid en África subsahariana está soslayada por la baja capacidad de detección y por la urgencia de enfermedades consideradas más graves”, explican desde la fundación.
La covid-19 se suma a otros desafíos sanitarios
A la lucha contra la pandemia se añade en África la existencia de otros desafíos sanitarios como el VIH, el sarampión o la malaria.
Chus de la Fuente, directora de la Fundación Recover, recuerda que “en África subsahariana hay enfermedades que no esperan y, si no seguimos trabajando para combatirlas, estaremos deshaciendo el camino que tanto nos ha costado andar”.
Desde la fundación insisten en que, para poder asumir el nuevo desafío que supone la covid-19, es fundamental proveer a los profesionales de la salud de los elementos necesarios para protegerse individualmente:
“El personal sanitario es escaso en la región subsahariana, por lo que es prioritario mantener a todos ellos en activo”, apuntan.
“Sabemos que son tiempos difíciles y por eso ahora es nuestra responsabilidad no mirar hacia otro lado”, explica Chus de la Fuente, quien considera que es tan importante luchar contra la covid-19 en África como conseguir que todos los demás programas en marcha de la fundación no se detengan.
África, a la cola de la vacunación contra la covid-19
A pesar de iniciativas como el Programa COVAX, que persigue garantizar el acceso global y equitativo a las vacunas, África está a la cola de la vacunación contra la covid-19.
El programa COVAX, impulsado por la OMS entre otros, tiene como objetivo entregar al menos 2.000 millones de dosis para finales de año.
El pasado 24 de febrero, Ghana se convirtió en el primer país en recibir las vacunas COVAX. Kenia, Angola, Gambia, Ruanda, República Democrática del Congo y Senegal han sido los últimos en sumarse a la lista de países que han recibido vacunas contra la covid-19 a través de este programa.
La Fundación Recover advierte que, a medida que la inmunización avance en el resto del mundo, el continente africano podría convertirse en el próximo epicentro de la pandemia.
Dificultad para imponer confinamientos y seguir las medidas de protección
La respuesta de los gobiernos a la lucha contra la covid-19 ha muy sido desigual en todo el continente.
Unos meses después del inicio de la pandemia, el presidente de Tanzania, John Magufuli declaró el país libre de covid-19 tras tres días de oraciones nacionales. Desde entonces, se ha negado a imponer un confinamiento y se han dejado de hacer pruebas diagnósticas. El país también ha dejado de notificar casos y muertes.
En otros países sí se han decretado confinamientos y medidas de higiene. Sin embargo, la situación en estos países hace muy complicado su cumplimento, ya que muchas personas carecen de instalaciones sanitarias para el lavado de manos y, por otra parte, el confinamiento no es una opción para la mayor parte de la población.
Dentro de un mismo país también existen grandes diferencias entre zonas rurales y urbanas.
“En general, en las grandes ciudades existe algo más de preocupación y se respetan las medidas en edificios públicos y de servicios, como bancos, tiendas… pero en el interior de los países, sobre todo en las zonas más rurales, no existe ningún tipo de prevención”, explica el experto y comunicador especializado en África Chema Caballero.
Además, en el caso de que el virus llegase a esas zonas, las probabilidades de que fuese diagnosticado son muy bajas.