Amar es comprender, es cuidar y es inspirar. Pero en el amor de pareja también hay que mantener el deseo vivo porque “si Eros muere, ya no resucita”. Lo advierte el escritor Álex Rovira, quien nos da las claves para lograr una relación estable. El Día de los Enamorados está llamando a la puerta

Álex Rovira acaba de publicar “Amor” (Ed. ZenithLibros) y con este motivo ha concedido una entrevista a EFEsalud donde asegura: “El amor es más que una emoción, es lo que da sentido a la vida. Y además te puede sorprender a la vuelta de la esquina”.
Un factor sorpresa que se debe intentar mantener en la relación, como se debe preservar la alegría y el deseo. Lo contrario lleva a una peligrosa inercia, lo que el autor denomina “una paz barata”. Una convivencia pacífica que esconde “la muerte del afecto”.
En su anterior libro, “Alegría”, decía que los años y las vivencias entierran esa emoción. ¿Pasa lo mismo con el amor?
No necesariamente porque el amor no es solo una emoción, es lo que da sentido a la vida. Es cierto que, al igual que la alegría, cuanto mayores nos hacemos puede aumentar en nosotros la resignación, la apatía o el miedo. Pero lo que tiene el amor es que te puede sorprender a la vuelta de la esquina, con alguien o con algo que decidas cuidar, porque amar es esencialmente cuidar.
En “Amor” propone aprender a amar comprendiendo, cuidando e inspirando
Amar es la voluntad de comprender, no tiene sentido proclamar amor por alguien si no tienes la intención de comprenderle. El ejercicio de hacer el esfuerzo de comprender a esa persona ya hace que se sienta reconocida y eso refuerza el vínculo. Además, como decía Paracelso, cuando mayor es el conocimiento más grande tiende a ser el amor.
Cuidar es el sinónimo más directo de amar. Las cosas no se dicen, se hacen porque al hacerlas se dicen solas. No creas en nadie que proclama que te ama si no hay un comportamiento coherente que manifieste esa afirmación.
Amar es inspirar, para que el ser amado pueda llegar a ser más de lo que él está llamado a ser. Dar alas para que pueda realizarse, desarrollar sus capacidades, eliminar sus creencias autolimitantes. Inspirar es aumentar el horizonte.

Lamenta que no hayamos sido educados en en el conocimiento del otro
Sí, y al no haber una alfabetización y una dialéctica, las personas se cuestionan si han sabido amar o han sido amados. Porque no nos han dado parámetros. El amor no es ciego, el amor debe ser lúcido porque solo desde el principio de realidad se puede hacer un balance emocional potente, bien reflexionado y pensado, que nos lleve a salir de la inercia de la media naranja y completarnos como naranjas y decidir si convivimos o no.
¿Cómo gestionar la relación cuando desaparece el deseo sexual?
Cuando Eros se muere, no resucita. Muchas veces la muerte de Eros se produce con la aparición de los hijos porque rompe el rol de pareja y deviene el de padres. El problema es cuando esa pareja que antes se deseaba ahora se llaman entre ellos papá y mamá.
Hay que preservar un espacio para la alimentación de Eros, del deseo, de la fantasía, de la ternura, de la alegría, para la intimidad de los cuerpos. A veces es tarde porque asumiendo el rol parental o el rol profesional vamos dejando poco espacio al cultivo de la pareja hasta que se va secando y muere. El deseo no vuelve, porque se tenía que haber cultivado de forma sostenida y eso implica un esfuerzo, es tener claro que quieres preservar ese vínculo más allá de la amistad. Cuando Eros muere la pareja tiene una relación de afecto, de comprensión, de empatía…pero lo que refuerza a largo plazo una relación es que el deseo se mantenga vivo.
Eros no vuelve, pero en cambio asegura que una pareja se puede reenamorar
Se puede reenamorar si ha mantenido ese deseo. Si Eros está a punto de morir pero todavía está vivo el remedio es “no olvides nunca lo que te hizo triunfar” y vuelve a hacerlo. Si Eros ya ha muerto hay que aceptarlo y cada pareja deberá decidir cómo debe seguir adelante.
Hay dos variables que son críticas en una relación de pareja: sin admiración no se sostiene el vínculo amoroso y sin deseo el vinculo amoroso cambia de naturaleza, aunque puede prevalecer. Hay que trabajar la admiración desde el respeto, y hay que trabajar el deseo desde la sorpresa.
En este vídeo, Álex Rovira nos cuenta cómo lograr una relación duradera:
Vídeo: Ana Soteras
Cómo es hoy el amor con tantos modelos de pareja
Hay parejas que se aman mucho pero es imposible que convivan. La articulación de la convivencia es un nivel que tiene que ver con el de los hábitos, con el de las preferencias, del confort relacional. Por debajo de eso están los valores compartidos, el orgullo social, el acoplamiento afectivo-sexual y el proyecto de vida compartido. Eso puede cuajar una relación, aunque no estés conviviendo en el día a día.
Hay unos elementos que ayudan a que la relación funcione y otra es la articulación de la misma. Hay personas que creen que no convivir, sino compartir ciertos momentos hacen funcionar la relación, pero hay otros que juntan a los hijos de ambos partes y funciona. Todo es posible. Si una relación tiene serenidad, admiración, alegría y placer prevalecerá sea cual sea el tipo de convivencia.
¿Cómo se vive el amor en los tiempos de las redes sociales y las páginas de citas?
Las redes sociales fomentan el narcisismo, la proyección de una imagen de un yo ideal o de un yo idealizado. También facilitan el comportamiento promiscuo o de diversificación si la persona tiene tendencia a ello. Por supuesto que de las redes sociales pueden surgir procesos de amor estables en el tiempo, pero habrá que vencer sobre todo la etapa de ese yo irreal que el otro muestra en las redes.
En las redes hay dos tipos de perfiles, el que está todo el día mostrándose a sí mismo y el que está mostrando el mundo para compartir junto al otro. En las aplicaciones de citas, habrá personas que las utilicen porque quieren una relación real y seria, mientras que otras la utilizan para ir de caza. De nuevo la tecnología potencia el patrón racional y cultural de cada sujeto. Aquel más introvertido que busque fidelidad, lealtad y un proyecto de vida buscará un patrón similar, y el que lo busque para hacer un pica pica también lo encontrará.
¿Y sobre los casos de violencia machista y de consumo de pornografía en los adolescentes?
Evidencia la falta de pedagogía en inteligencia emocional, social y psico-afectiva. Se fomenta mucho el camino del vértigo, que aparentemente no te pide nada y te lo da todo pero luego te lo quita todo, y se ignora el camino del éxtasis, que de entrada no te da nada y te lo pide todo pero que con el tiempo te lo puede dar todo a nivel de realización personal y no material.
Pero como vivimos en una sociedad en la que tendemos a materializar todo, eso genera cada vez más infelicidad. Los adolescentes consideran que su valor está en lo que tienen, en lo que molan, en los likes que consiguen.
A amar se aprende, el problema es cuando se confunde el amor con el enamoramiento, la ternura con la excitación, confundes principios que acaban pervirtiendo la naturaleza del sujeto y animalizando: te violo y te tiro, te uso y te tiro, nos acostamos, grabo el vídeo y lo distribuyo… esta perversión de la relación que se degrada hasta ser un objeto de uso y disfrute hace que nuestra sociedad se esté narcisizando y psicopatizando y la única manera de combatirlo es con la pedagogía. En los hogares se debe educar y complementar la formación de las escuelas y viceversa.
¿El amor dependiente puede hacernos víctimas de la violencia machista?
Sin duda. Un amor dependiente tiende a nacer de un amor simbiotizado, no hay encuentro de dos adultos en plenitud, sino de adultos en carencia.
En las relaciones de maltrato, uno da aparente seguridad, que en el fondo es miedo a perder al otro, y a la vez la mujer tiene miedo a que le hagan daño y sigue dependiendo de él aunque sabe que eres violento. Es una dependencia mutua, hay un sentido de unidad. Como no han recibido un proceso de educación que permita a la persona madurar emocionalmente, establecen relación al objeto y no al sujeto y desde ahí se producen comportamientos disfuncionales, autodestructivos, adicciones, maltratos que, si la persona no toma conciencia y denuncia, puede acabar siendo destruido.
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