Tres años después de ser nombrada y tras gestiones polémicas como la reforma sanitaria o la crisis del ébola, la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha presentado su dimisión horas después de la publicación del auto del magistrado juez Pablo Ruz sobre el caso Gürtel

El caso Gurtel provoca la dimisión de Ana Mato como ministra de Sanidad
La ministra de Sanidad, Ana Mato, hoy en el Pleno del Congreso horas antes de presentar su dimisión. EFE/Javier Lizón
  • 26 de noviembre, 2014
  • MADRID/EFE

Ana Mato manifiesta, en un comunicado con el membrete del Ministerio, que “en ningún caso” el juez le imputa “ningún delito” ni tampoco le atribuye “responsabilidad penal alguna”.

“No quiero, bajo ningún concepto, que mi permanencia en esta responsabilidad pueda ser utilizada para perjudicar al Gobierno de España, a su presidente ni tampoco al Partido Popular”, asevera Mato.

A su juicio, el juez Ruz se limita a comunicarle la resolución “a efectos meramente civiles como consecuencia” de su situación familiar “en el momento en el que supuestamente se produjeron los hechos” y en el que estaba casada con el exalcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid), Jesús Sepúlveda.

El juez Ruz ha cerrado hoy la instrucción de una pieza separada sobre la primera etapa de la red Gürtel en un auto en el que la considera “partícipe a título lucrativo” de los regalos de la trama que recibió su exmarido, lo que supone que, si bien no se le acusa de ningún delito, se le podría enjuiciar como responsable civil para que restituya el dinero del que presuntamente se ha beneficiado.

Según el auto, Mato y sus hijos se habrían beneficiado de “regalos en forma de servicios turísticos” de la trama en el periodo 2000-2004 por 31.580 euros, incluyendo billetes de avión, tren y alquiler de coches y alojamiento en hoteles de España y del extranjero.

El nuevo ministro, la próxima semana

Con su dimisión Ana Mato se convierte en el tercer miembro del Gobierno de Mariano Rajoy que deja el cargo, después de los relevos de Miguel Arias Cañete en Agricultura y Alberto Ruiz-Gallardón en Justicia.

Tras conocerse su marcha, fuentes del Gobierno han informado de que la toma de posesión de su sustituto al frente del Ministerio no se prevé hasta el próximo miércoles y de que hasta entonces será la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría quien asuma las competencias de ese departamento.

Estas mismas fuentes han explicado que Rajoy ha aceptado la dimisión de Mato tras mantener una conversación en la que le ha reiterado que seguía confiando en ella.

Ni el ébola, ni la reforma sanitaria

La ministra de Sanidad, Ana Mato, el pasado 6 de octubre, antes de la rueda de prensa en la que confirmó el contagio por ébola de la auxiliar de enfermería Teresa Romero. EFE/Ballesteros

La reforma sanitaria o la gestión de la crisis provocada por el ébola no han sido las causantes de la dimisión de Ana Mato, sino la trama corrupta destapada en el caso Gürtel, cuya alargada sombra le ha perseguido durante casi dos años.

Mato se ha tenido que enfrentar en sus tres años como titular de este departamento a numerosas críticas, que arreciaron con la aprobación de la reforma sanitaria, que introducía el copago farmacéutico según la renta, incluidos los pensionistas, y retiraba la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares.

La reforma, aprobada el 20 de abril de 2012, a través del real decreto ley de medidas urgentes para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), tenía como objetivo, dijo la ministra entonces, ahorrar 7.000 millones de euros, pero el sector sanitario, las organizaciones sociales y los partidos de la oposición mostraron sus reticencias.

Entre sus logros figura el haber alcanzado en julio del pasado año un Pacto por la Sanidad con médicos y enfermeros para garantizar la sostenibilidad y la calidad del sistema sanitario, y el haber sacado adelante planes para atajar la exclusión social y para proteger a la infancia.

Con la reforma sanitaria implantada, Mato se encontró con otra piedra en el camino: el virus el Ébola. La repatriación de dos religiosos infectados que fallecieron en España y el posterior contagio de Teresa Romero, una auxiliar de enfermería que les había atendido, volvieron a reavivar las peticiones de destitución de la ministra por la gestión de esta crisis sanitaria.

Las reacciones políticas…

Para el PSOE, según ha dicho su portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, la dimisión de Mato demuestra que Rajoy ha estado mintiendo todo el tiempo que ha durado la investigación de la trama y le ha pedido al jefe del Ejecutivo que diga “quien va a dimitir por lucrarse el PP de la red Gürtel”.

El vicesecretario general de Organización del PP, Carlos Floriano, ha asegurado que la dimisión de Ana Mato la “honra como persona y como política”, mientras el diputado de IU Ricardo Sixto ha opinado que esta dimisión sólo tiene como objetivo que el banco azul del Gobierno no se convierta mañana durante el debate sobre corrupción política en el Congreso en el “banquillo de los acusados”.

La líder de UPyD, Rosa Díez, estima “correcta” la decisión de Mato; el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, ha calificado de “ejemplar” esta dimisión y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha pedido la de Rajoy y la convocatoria de elecciones anticipadas al considerar que “la corrupción ha llegado hasta una serie de niveles en los que es completamente inaceptable”.

…y las sanitarias

Desde el sector sanitario, el secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), Francisco Miralles, ha lamentado la marcha de Mato y ha confiado en que su sustituto “sea alguien que conozca bien el sector”.

Para la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) la decisión de Mato es una “excelente noticia” para los profesionales sanitarios y “para la salud de este país”, según su portavoz, Marciano Sánchez, que la ha considerado “la peor ministra de Sanidad de la historia de España”.

Según la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de España, Ana Mato “pasará a la historia” por los “graves recortes” que ha llevado a cabo en materia de dependencia.