Alimentos como ciertas leches vegetales, postres lácteos o galletas, son percibidos como buenos y saludables. Sin embargo, ¿es realmente así? Una investigación concluye que el consumo de azúcar en niños continúa siendo muy elevado

Científicos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INYTA) de la Universidad de Granada y del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada han realizado un estudio cuyo objetivo es estimar la ingesta de azúcares añadidos en las dietas infantiles de España.
El trabajo de investigación, publicado en la revista Nutrients, ha sido liderado por Jesús Francisco Rodríguez Huertas, catedrático de Fisiología de la UGR. En él ha participado la catedrática del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UGR, María Dolores Mesa-García y la investigadora del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos ‘José Mataix Verdú’ y del Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada, Marta Palma Morales.
El trabajo de investigación ha contado con una muestra de 1.775 adultos con hijos de edades comprendidas entre los 7 y los 12 años.
Los datos recogidos han revelado que los niños españoles consumen más del doble de los azúcares recomendados por la OMS.

Estos son algunos de los resultados más destacables del estudio:
- La mayoría de los azúcares añadidos vienen de alimentos de baja densidad nutricional: El 65% de los azúcares consumidos por los niños provienen de alimentos de baja densidad nutricional, como salsas, golosinas o bollería industrial. Tan solo el 35% procede de productos con cierta calidad nutricional, como postres lácteos, bebidas vegetales o yogures azucarados.
- Visión distorsionada de los alimentos: Alimentos como las galletas o los dulces de repostería casera son percibidos por la mayoría de padres como alimentos buenos. Sin embargo, estos aportan más de 15 gramos de azúcar por ración, una cifra muy por encima de la media recomendada.
- Mejores y peores productos: La leche es uno de los alimentos más consumidos en los hogares españoles y cuenta con un gran valor nutricional. Encontramos productos consumidos con gran frecuencia como el cacao en polvo que cuentan con una densidad nutricional mucho más baja. De todos los alimentos analizados, el que mayor densidad nutricional posee es la leche infantil enriquecida. Esta aporta una baja cantidad de azúcares y casi el doble de nutrientes que la leche básica.
- Similitud con resultados anteriores: Es preocupante la gran similitud de los resultados obtenidos con otros anteriores. Los estudios ESNUPI y ANIBES contienen cifras semejantes. Estos muestran también el elevado consumo de azúcares en la infancia y alertan de la elevada ingesta de productos como yogures, bollería industrial y refrescos.

Índice de calidad nutricional
Los investigadores han creado un índice para evaluar la calidad nutricional de los alimentos, en el que se refleja la densidad de nutrientes presentes en cada porción de un alimento (NDIS). También se ha creado un índice de ingesta diaria de nutrientes (DNII), basado en la cantidad diaria que se consume de cada alimento.
Para poder clasificar los alimentos según su NDIS, los autores consideraron la leche como alimento de referencia, con un NDIS de 3. Los alimentos con un NDIS superior al 2,5 poseen un alto valor nutricional, mientras que que si es inferior al 1,5 cuentan con muy poca densidad nutricional.

Propuestas para reducir el consumo de azúcares añadidos
Una de las conclusiones centrales del estudio es la importancia de evaluar el valor nutricional de un alimento por más parámetros que su contenido en azúcar. El resto de nutrientes que aporte el producto a la dieta son también importantes.
“Se debe concienciar a la población para disminuir el consumo de todos los productos que contienen azúcares añadidos, prioritariamente de aquellos con baja calidad nutricional. En el contexto de una dieta saludable y nutricionalmente adecuada, se podría mantener un consumo ocasional (1-2 raciones/semana) de productos con calidad nutricional baja, siempre que el contenido de azúcares añadidos sea bajo o moderado”, afirma Jesús Francisco Rodríguez Huertas, director del estudio.
Entre las soluciones que proponen los expertos se encuentran las campañas de educación nutricional para padres e hijos. También reducir el consumo de los productos con alto contenido en azúcares e intentar reformular los productos.
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