La ginecóloga Silvana Bonino, de Barcelona, ha denunciado ante los Mossos d’Esquadra una pintada en su coche particular en la que se la tildaba de “rata contagiosa”, según ha explicado hoy miércoles en declaraciones a EFETV. No es el único caso, ni mucho menos de acoso y amenazas a profesionales sanitarios, y también a cajeras y profesionales de otros trabajos que asumen riesgos para que todos podamos adquirir alimentos

Una ginecóloga denuncia ante los Mossos una pintada insultante en su coche
La ginecóloga Silvana Bonino, de Barcelona, ha denunciado ante los Mossos d’Esquadra una pintada en su coche particular en la que se la tildaba de “rata contagiosa”.Esta profesional sanitaria ha narrado que ayer se dirigía a su trabajo cuando al bajar al aparcamiento de su edificio de vecinos se encontró con la pintada en un lateral de su vehículo, al que también habían pinchado dos ruedas. En la imagen Silvana Bonino muestra una foto del coche con la pintada. EFE/Marta Pérez

Esta profesional sanitaria ha narrado que ayer se dirigía a su trabajo cuando al bajar al aparcamiento de su edificio de vecinos se encontró con la pintada insultante en un lateral de su vehículo, al que también habían pinchado dos ruedas.

“Al principio, no me lo podía creer, no entendía nada. Sentí sorpresa y tristeza por recibir este ataque”, ha explicado hoy la doctora, especialista en ginecología.

Tras hacer unas fotos de la pintada, la doctora Bonino regresó a su domicilio “muy alterada”, y le contó lo sucedido a su marido, de origen chino y residente en España desde hace años.

El marido de la doctora decidió entonces acudir a denunciar a los Mossos d’Esquadra los hechos, ya que, además, la mujer no pudo acudir con su vehículo a su centro de trabajo sino que tuvo que pedir a sus padres que le dejaran el suyo.

La doctora optó también por hacer públicas las fotos de la pintada en sus cuentas de las redes sociales, que se han hecho virales entre ayer y hoy, tras haber sido retuiteadas por muchas personas conocidas y de renombre.

EFEsalud denunció ayer por la tarde este caso desde su cuenta de Twitter.

coronavirus pintada insultante
Imagen de la pintada insultante en el coche de la ginecóloga/Imagen cedida

Esta mañana, el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), Jaume Padrós, se ha puesto en contacto con la doctora, para expresarle su apoyo, y también la ha llamado el abogado de esta entidad, quien le ha indicado que estos casos se consideran violencia contra los profesionales médicos.

“Me parece miserable y me da pena la gente así”, que hace este tipo de cosas, ha declarado la ginecóloga, que está decidida a “seguir adelante” con su trabajo, que desarrolla en una consulta privada de la zona alta de Barcelona.

En el whatssap de la comunidad de vecinos todos le han mostrado su apoyo, ha asegurado y ha indicado que “nunca había tenido un problema con nadie”, que su profesión es “muy agradecida” y facilita la relación con muchas personas.

La persona que ha hecho la pintada insultante “no me conoce mucho pero lo más triste es que puede ser un vecino”, ha lamentado la profesional sanitaria.

Héroe en el balcón, enemigo en el rellano

Letreros que invitan a marcharse, manchas de lejía en la puerta, un coche pintado con espray: “Rata contagiosa“. Además de matar, en algunos casos el coronavirus ha convertido la empatía en una cuestión de distancia: la que va de la ventana de los aplausos de cada tarde a las zonas comunes compartidas con el vecino expuesto por trabajo a la enfermedad.

Hablan los ejemplos. El médico Jesús y la cajera Miriam, señalados en carteles del bloque de pisos donde residen. Leo, enfermero, a quien recomiendan un hotel para descansar las horas fuera del hospital. La ginecóloga Silvana, sorprendida al encontrar en el garaje de la comunidad su vehículo transformado en un mural de insultos. O José Antonio, carnicero, destinatario de un sobre anónimo.

Alcázar de San Juan, Ciudad Real: “Hola, vecino. Sabemos de tu buena labor en el hospital y se agradece, pero debes pensar también en tus vecinos. Aquí hay niños y ancianos. Hay lugares como el Barataria, donde están alojando a profesionales. Mientras esto dure, te pido que lo pienses”.

La madre de Jesús, médico de familia en el hospital La Mancha Centro, que mantiene hospitalizados a 203 personas con positivo por coronavirus, dio la voz de alarma en su perfil de Facebook. Nacido en las Islas Canarias pero con un puesto de trabajo en la Península, la amenaza, al contrario, le ha facilitado ayuda emocional, comida y ofertas de alojamientos.

Jesús aseguró a Efe que sintió tristeza después de un mes dejándose “el lomo en el hospital”, no sin antes aplaudir el comportamiento “genial y ejemplar” de la mayoría de la ciudadanía, a la que agradece el apoyo mostrado desde el inicio de la pandemia.

La alcaldesa de Alcázar de San Juan le entregó una carta de agradecimiento por el esfuerzo dedicado a la atención de los enfermos, en tanto que el cartel que le invitaba a marcharse fue reemplazado por uno bien distinto, que destacaba: “Aquí vive un héroe”.

Cartagena, Murcia: “Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto, ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riesgo”.

El hijo de Míriam sobrevive con 10 años al castigo de no poder salir de casa. La inocencia de la edad lo llevó a creer que el folio escrito a rotulador que había encontrado en el rellano lo único que pedía a su madre era buscar una casa nueva porque trabajaba en un supermercado. El pequeño rompió a llorar.

Su madre, que supo descifrar el mensaje, no se achantó y respondió al anónimo con una nota, firmada por ella, que pegó al lado de la original en el recibidor del edificio.

“Soy la vecina del 3º izquierda. A los valientes que dejan notas anónimas os diré varias cosas: ‘Sí trabajo en un supermercado, con lo cual gracias a nosotros vosotros coméis cada día'”, comenzaba la réplica, en la cual reprochaba recibir lecciones de limpieza cuando al llegar a casa no puede dar un beso a sus hijos y reclamaba “empatía” en lugar de “tanto aplauso” durante la ovación de las ocho de la tarde para las personas obligadas a trabajar fuera de casa.

“Estamos ayudando a muchas personas aun poniéndonos nosotros en riesgo. Me parece cobarde, no hay derecho”, afirmó Míriam a Efe.

Barcelona, mes de abril. Silvana entra en el garaje para coger el coche rumbo a una nueva jornada de trabajo como ginecóloga, pero en el lateral de la puerta del conductor han pintado “Rata contagiosa” con espray negro sobre la carrocería blanca. Según ha confirmado, antes de asistir a una mujer de parto la doctora ha denunciado los hechos a los Mossos d’Esquadra.

En la carnicería de un hipermercado de Noia (A Coruña) trabaja José Antonio, natural de Gijón (Asturias), que, cuando en la puerta de su edificio vio un sobre en blanco, pensó que sería por el bullicio armado por su hijo, de dos años, pero se equivocaba. Era una nota en mayúsculas, sin firma, en la que se le pedía que buscara otro lugar, porque su trabajo suponía un peligro para la comunidad.

A su mujer, embarazada de cinco meses, le entró un ataque de pánico. Hablaron con todos los residentes y encontraron apoyo en ellos y mensajes de aliento. No saben qué ha pasado ni quién ha podido ir a depositar el sobre, ha contado a Efe.

Madrid, finales de marzo. Con dos décadas de experiencia como enfermero en centros de salud, Leo dio positivo en coronavirus, comenzó el aislamiento en casa y un vecino se interesó por su estado de salud, relató a la Cadena SER. En la visita de unos amigos, que se han prestado voluntarios para hacerle la compra, se percató de unas manchas de lejía en la puerta de la vivienda, luego reconocidas por ese vecino, que se comprometió a dejar la tarea a la encargada de la limpieza.

El Consejo General de la Enfermería ha puesto a disposición de los facultativos asesorías jurídicas en el caso de que las quejas contra los profesionales sean “susceptibles de denuncia ante el juzgado”, según ha manifestado a Efe José Luis Cobos, vicesecretario general, que ha tachado las amenazas de “minoritarias” pero “muy reprobables”.

De la ira también saben los ancianos en la provincia de Cádiz, donde una lluvia de piedras por parte de un grupo de vecinos vinculados al narcotráfico, según fuentes policiales, recibió en La Línea de la Concepción el pasado 24 de marzo a un autobús y varias ambulancias que desplazaban a una veintena de mayores con coronavirus desde una residencia, foco de contagio, en Alcalá del Valle.

La Policía Nacional ha anunciado que investigará como delitos de odio el acoso a los profesionales expuestos al coronavirus.