En las procesiones de Semana Santa, los costaleros pueden sufrir lesiones, desde leves hasta graves, al estar varias horas soportando peso. Para evitarlas, expertos recomiendan utilizar elementos de protección, como la faja lumbar, además de cuidar la postura y entrenar previamente con carga

Costaleros: proteger el cuerpo, cuidar postura y entrenar para no lesionarse
Los costaleros llevan el trono de San Juan "Californios" por las calles de Cartagena en la madrugada de Jueves Santo. EFE/SAGA
  • 1 de abril, 2015
  • MADRID/EFE/Clara Hernández

Las zonas del cuerpo del costalero que más sufren cuando se está bajo un paso son la columna vertebral -tanto la zona cervical, como la lumbar y dorsal- y las rodillas, según explica a Efe el traumatólogo del Institut Valencià de la Recuperació Esportiva y miembro de Saluspot Miguel Ángel Buil.

Así, si no se previenen, se pueden producir lesiones que van desde contusiones, contracturas musculares o esguinces, hasta otras más serias, como pueden ser la rotura de menisco, hernia discal o fractura vertebral.

Por ello, Buil aconseja utilizar telas blandas o almohadillados para proteger las zonas del cuerpo que soportan el peso, como la morcilla o la faja lumbar, que también es utilizada por trabajadores que cargan pesos de todo tipo.

Explicación de los elementos de un costalero. Universidad Europea.

Además, para los cargadores, aquellos que portan los pasos a uno o dos hombros, recomienda ir "cambiando de lado el peso dependiendo de los días", además de ponerse un calzado blando, tipo deportiva.

En cuanto a la postura, en los casos en los que los costaleros levantan la imagen religiosa desde el suelo estando agachados, el experto insiste en la necesidad de cuidar la postura al levantarla, ya que "si se hace con un mal gesto, las lesiones están casi aseguradas".

Son recomendaciones muy parecidas a las que dan "a los que van a iniciar una competición", aclara este médico.

Consejos

El secretario general del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, José Santos, explica a Efe que la edad recomendada para ser costalero es a partir de los 20 años, porque antes el cuerpo no ha terminado de crecer, y, la edad máxima varía según la complexión física de cada uno y la existencia de patologías que impidan soportar peso.

Aconseja hacer el día anterior a la procesión una comida rica en hidratos de carbono, que aportará energía; beber agua y no tomar alcohol, ya que deshidrata y, como consecuencia de ello, pueden aparecer calambres musculares.

Santos manifiesta que por regla general los costaleros son gente que no está acostumbrada a transportar tanta cantidad de peso, por lo que recomienda que empiecen a entrenar en diciembre o enero y hagan actividad física durante todo el año, ya que el sedentarismo es un factor que propicia la aparición de lesiones.

"Se estima que un costalero o cargador soporta una carga de 25 a 50 kilos y el peso medio que suele tener ronda los 80 kilos. O sea, está transportando el 50 % de su peso corporal", añade.

Si se llega a producir lesión tras la procesión, el tratamiento dependerá de la seriedad de ésta; así, si se trata de contusiones, el traumatólogo subraya que se deberá poner hielo en la zona o una crema antiinflamatoria y, en el caso de una contractura muscular, lo mejor es aplicar calor y acudir a un fisioterapeuta.

En el caso de esguinces o casos más graves, como fracturas o hernias, lo normal es acudir al servicio de urgencias, para posteriormente llevar un control médico hasta la curación total de la lesión.

Estos dos expertos señalan que en algunos casos, entra en contradicción la labor de prevención de los sanitarios con el "motivo espiritual de estos actos religiosos, que es sacrificarse y sufrir", por lo que reconocen que a veces es "un poco difícil" hacérselo entender al costalero.

"Damos estas recomendaciones para que los costaleros disfruten al máximo de esta experiencia. Hay que cuidarse", dice Santos.

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