Una piel para toda la vida es la guía para el cuidado de la piel del doctor Pedro Jaén, prestigioso dermatólogo de relieve internacional. El libro abordan las diferentes enfermedades dermatológicas, así como los aspectos clave para el cuidado de la piel en todas sus etapas

Cuidado de la piel: Una guía del doctor Pedro Jaén
Portada de Una piel para toda la vida

Una piel para toda la vida es la completa guía para el cuidado de la piel del doctor Pedro Jaén, fundador y director del Grupo Pedro Jaén.

El libro repasa los principales trastornos que puede sufrir la piel a lo largo de la vida y hace hincapié en la prevención.

“La idea era hacer un libro divulgativo, que sirviese para todas aquellas personas interesadas en el cuidado de su piel, y también para entender algunas de las enfermedades más frecuentes”, explica el doctor Jaén a EFEsalud.

De acuerdo con el experto, “el mayor enemigo de la salud es la ignorancia, y también la información errónea”.

Por este motivo, el libro desmiente una gran cantidad de mitos y bulos sobre el cuidado de la piel.

“Hay muchas informaciones incorrectas o contradictorias sobre el cuidado de la piel, y muchas veces estas informaciones incorrectas son para vender algo”, apunta el doctor.

piel Doctor Jaén
El doctor Pedro Jaén/EFE

En este sentido, la publicidad puede ser también nuestra enemiga: “Muchas informaciones incorrectas o erróneas sobre el cuidado de la piel son para vender algo”, apunta el doctor.

Utilizar los productos adecuados en función de nuestra edad y tipo de piel, protegerla de los factores externos y dedicar tiempo a la auto exploración para detectar posibles patologías son algunas de las claves para mantenerla sana y en perfecto estado.

No debemos anticiparnos a los cuidados que necesita la piel

Es importante cuidar la piel durante toda la vida, comenzando desde la niñez con protección solar. A medida que envejecemos, debemos añadir a este hábito otros como la limpieza o la hidratación, pero lo más importante es no anticiparse.

“En ocasiones, sobre todo cuando se es joven, es mejor no usar ningún producto que usar productos inadecuados o de forma anticipada”, aconseja.

“A veces es innecesario incorporar algún producto que tiene su coste. Por otra parte, si incorporas al cuidado diario productos que son muy activos, que pueden ser muy irritantes, pueden producir un efecto secundario como una dermatitis, una irritación…”, advierte.

Es alrededor de la treintena cuando comienzan a manifestarse los signos de envejecimiento cutáneo y hacen aparición las patologías más comunes.

Es en este momento cuando podemos comenzar a actuar para prevenir y retrasar el envejecimiento de la piel. Las personas rubias y de ojos claros pueden comenzar a hacerlo antes, alrededor de los 25 años.

La radiación solar y el tabaco, los mayores enemigos

El hecho de que la piel esté completamente expuesta y sea uno de los órganos del cuerpo mas visibles hace que el deterioro asociado al paso del tiempo, a las agresiones externas y a la posible aparición de alteraciones patológicas sea más evidente a una edad relativamente temprana.

Por ello, una de las claves para mantener la piel sana y bonita es protegerla de estas agresiones.

El exposoma es un término que hace referencia a todos los factores que tienen un impacto sobre la salud y que nada tienen que ver con la genética.

Algunos de los factores del exposoma afectan a nuestra piel provocando oxidación y, por lo tanto, acelerando el envejecimiento.

Los factores del exposoma implicados en el envejecimiento de la piel son: radiación solar, tabaco, contaminación ambiental, alimentación, estrés, falta de sueño y clima.

“La asociación de tabaco y sol es quizás el peor enemigo de nuestra piel, porque acelera el envejecimiento, e incluso facilita la aparición de cáncer de piel siempre que se tenga una genética susceptible”, apunta el dermatólogo.

Por ello, el protector solar es el mejor cosmético, y debe acompañarnos toda la vida.

El tabaco y la radiación solar son los mayores enemigos de nuestra piel. EFE/MORELL

Las enfermedades de la piel afectan a la salud emocional

La autoexploración juega un papel fundamental a la hora de prevenir determinadas enfermedades de la piel:

“La piel es un órgano que se ve, el propio paciente es el primero en ver el problema, algo que no ocurre en otros órganos. Una de las acciones que tiene un mayor impacto positivo en la salud dermatológica de las personas es que le dediquen un tiempo a la autoexploración”, recomienda.

En cuanto se detecta algo es importante acudir al dermatólgo. “El cáncer de piel se puede diagnosticar o prevenir años antes de que aparezca el problema si se explora adecuadamente”, recuerda el doctor.

Solo en España cada año se diagnostican alrededor de 74.000 casos de cáncer cutáneo no melanoma y 4.000 de melanoma, mucho menos frecuente pero más peligroso que el resto de tumores cutáneos, ya que compromete la supervivencia del paciente si no se trata con celeridad.

Además del cáncer de piel, el acné, la dermatitis o la alopecia son algunas de las enfermedades dermatológicas más frecuentes.

Aunque muchas de las patologías en dermatología no revisten gravedad ni comprometen la salud de los pacientes, las enfermedades de la piel tienen un impacto demoledor sobre la calidad de vida, “incluso más que otras enfermedades más graves para la salud y para la supervivencia”, puntualiza el médico.

“Un adolescente con acné tiene una gran afectación psicológica: los adolescentes que tienen acné tienen más depresión, más falta de autoestima…. Lo mismo ocurre con la hiperhidrosis, el vitíligo o la perdida de pelo, sobre todo en las mujeres, entre otras”.

La pandemia también tiene consecuencias en nuestra piel

Además de las enfermedades dermatológicas, muchas otras enfermedades tienen efectos o se manifiesta en nuestra piel. Es el caso de las enfermedades del sistema inmune.

También la covid-19 afecta en este sentido. De hecho, muchas personas que han pasado la enfermedad experimentan en los meses posteriores la caída del pelo, pero “afortunadamente es recuperable en la mayoría de los pacientes”, señala Pedro Jaén.

Además de los efectos de la propia enfermedad, las medidas que debemos tomar para combatirla, como el gel hidroalcohólico y las mascarillas, también afectan a nuestra piel

“El gel produce irritación y puede producir eccema. Si el eccema ya ha aparecido, tendremos que aplicar algún tratamiento, pero si no ha aparecido, lo que hay que hacer es prevenir empleando cremas barrera, que nos aíslan de la solución hidroalcohólica”, explica el dermatólogo.

En cuanto a las mascarillas, “cuando hablamos con la mascarilla puesta, los microorganismos de la boca se están depositan en la piel de alrededor de la boca y la nariz. Esto puede provocar irritación, pero es importante distinguir si esa irritación se debe al uso de la mascarilla o tiene otro origen”, precisa.

“El consejo más importante en este sentido es que prime la protección. De todos modos, lo mejor sería emplear mascarillas que no vayan tan pegadas a la piel, mascarillas que filtren, que se adhieran bien, pero que estén un poco más separadas, como las mascarillas FFP2″.

El gel y la mascarilla pueden tener consecuencias sobre nuestra piel. EFE

Claves para cuidar la piel en verano

Lo más importante, de acuerdo con el doctor Jaén, es evitar la quemadura solar. La quemadura no es necesariamente ampollas, dolor en la zona… simplemente el enrojecimiento ya nos indica que nuestra piel ha sufrido.

“Una parte del daño, sobre todo si eres joven, lo puedes recuperar o reponer, pero llega un momento en el que se pierde esa capacidad, de manera que cada quemadura se acumula y van apareciendo como consecuencia signos de envejecimiento, manchas, arrugas y cáncer de piel”, indica.

Está demostrado que, además de uno de los principales factores de envejecimiento cutáneo, la radiación solar es la causa directa de miles de casos de cáncer de piel.

Emplear fotoprotector y evitar estar expuesto en las horas en las que más quema el sol son algunas de las claves.

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