El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, destaca durante su visita a las zonas afectadas por el ébola en la República Democrática del Congo (RDC) que “la situación ha mejorado realmente”

“La situación del ébola se ha estabilizado, no ha acabado, pero somos prudentemente optimistas de que la vamos a poder controlar. Queda aún trabajo, no obstante”, dijo Tedros en una entrevista con el portal Actualité, recogida por EFE, a su llegada a la zona afectada.
En las tres zonas de la RDC afectadas por el brote de la enfermedad vírica, las rurales de Bikoro e Iboko y la urbana de Mbandaka, se han registrado hasta hoy 14 casos sospechosos, 14 probables y 38 confirmados, y 28 muertes, de las cuales 14 han resultado positivas.
El director general de la OMS ha viajado, por segunda vez desde la declaración del brote hace poco más de un mes, a la RDC junto a la subdirectora de programas, Soumya Swaminathan.
Tedros volvió a recalcar que el mayor desafío en la respuesta a la enfermedad es la logística, sobre todo en la población rural de Iboko, puesto que supone atender “comunidad a comunidad”.
Y resaltó que la coordinación con el Gobierno y el resto de organizaciones involucradas está yendo bien: “lo hacemos lo mejor que podemos”, admitió.
El Ministerio de Sanidad, junto a la OMS, Médicos Sin Fronteras (MSF) y otros organismos internacionales, realizan desde hace dos semanas una campaña de vacunación en las tres zonas con la que se han inmunizado ya a 2.221 personas.
Se inmuniza, de momento, con la vacuna rVSV-ZEBOV, un tratamiento experimental que fue probado en Guinea Conakri tras la epidemia de 2014 a 2016, y la participación en la campaña es gratuita y voluntaria.
Es el único tratamiento experimental autorizado hasta el momento por el comité científico y el ético en la RDC, a pesar de que se valoran otros cinco fármacos: el ZMapp, Remdesivir (GS-5734), REGN3470-3471-3479, Favipiravi y mAb 114.
Este brote de ébola, localizado inicialmente en las zonas rurales del noroeste y que después alcanzó el área urbana de Mbandaka, es el noveno que golpea a la República Democrática del Congo desde que se descubrió el virus en 1976 en este país, cuando entonces se denominaba Zaire.
La enfermedad -que se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados- causa hemorragias graves y puede tener una tasa de mortalidad del 90 por ciento.
Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.
La peor epidemia de ébola conocida se declaró en marzo de 2014, con los primeros casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea Conakri, desde donde se expandió a Sierra Leona y Liberia.
La OMS marcó el fin de la epidemia en enero de 2016, después de registrarse 11.300 muertes y más de 28.500 casos, aunque ha admitido que estas cifras podrían ser conservadoras.