Los adultos ejercemos de padres y los niños de hijos, pero a veces intercambiamos esos papeles y son ellos los que nos recuerdan la insensatez de algunos de nuestros hábitos más rutinarios; por ejemplo, cuando enjuician con voz franca y directa nuestras adicciones mortales al tabaco y al alcohol o nuestro gusto insaciable por alimentos insanos, un combinado enfermizo de azúcar y grasas saturadas. Esos momentos de incoherencia absoluta se pueden convertir, si reaccionamos con diálogo y autocrítica, en la clave del respeto y de la convivencia en el seno de la familia. El otro camino lleva a su muerte segura

Fumar perjudica gravemente la salud de toda la familia

Fumar perjudica gravemente la salud de toda la familia

  • 17 de julio, 2016
  • Gregorio Del Rosario

Quietos para siempre

Estamos tomando un aperitivo Germán, Elmo, Ari y yo en Bodegas Rivas. Es la primera vez que nos reunimos los cuatro en un contexto amistoso después de la separación. Germán y yo hablamos, y fumamos un cigarrillo detrás de otro. Elmo se acerca, enfadado.
-¿Qué os he dicho ochenta mil veces? -nos pregunta.
-¿Qué, cielo?
-¡Que en esta familia no se fuma! -Elmo me mira con reproche-. ¿Qué me prometiste, mamá?
-Ya, amor -le digo con voz culpable-, es que no es fácil.
-Me lo prometiste, mamá.
Me revuelvo, incómoda.
-Y tú me prometiste que no ibas a pegar más a Ari -me defiendo.
-No es lo mismo -dice Elmo-. Voy a tirar todo el tabaco a la basura.
-Elmo, por favor... -le suplico.
-Voy a dejar de fumar muy pronto -dice Germán.
-¡Eso ya lo has dicho millones de veces! ¿Qué queréis, a ver? ¿Queréis que se os queden los pulmones como un pollo frito? ¿Queréis quedaros en la tumba, así? -Elmo hace un gesto tajante de horizontalidad con las manos-. ¿Quietos para siempre?

Quietos para siempre” es un relato breve de la escritora Isabel Cañelles (Editorial Relee).

Un muñeco que representa un cigarrillo con cara triste quiere que dejemos de fumar con un prohibido dibujado en su cuerpo de papel y tabaco.
Fumar está detrás de al menos 25 enfermedades, mata alrededor de seis millones de personas al año y, en la mayoría de las ocasiones, ahúma la paz familiar. EFE / Jeon Heon-Kyun

Completely still forever

Germán, Elmo, Ari and I are having an apéritif in Bodegas Rivas. It's the first time that the four of us have got together in a friendly way since the separation. Germán and I are talking and chain smoking. Elmo comes over angrily.
"What have I told you eighty thousand times?" he asks.
"What, honey?"
"That smoking isn't allowed in this family!" Elmo stares at me reproachfully. "What did you promise, Mom?"
"Yes, love," I say guiltily. "It's just not that easy."
"You promised, Mom."
I squirm uneasily.
"And you promised you wouldn't hit Ari anymore," I say defensively.
"It's not the same," says Elmo. "I'm going to throw the cigarettes in the trash."
"Elmo, please ?" I plead.
"I'm going to give up smoking very soon," says Germán.
"You've already said that two million times! What do you want? Do you want your lungs to end up like fried chicken? Do you want to be in a grave, like this?" Elmo makes an emphatic horizontal gesture with his hands. "Completely still forever?"

Translation/Traducción: Fionnuala Ni Eigeartaigh.

Isabel Cañelles, escritora, con sus dos hijos, Elmo y Ari, personajes de un libro de relatos-efe
Isabel Cañelles con Elmo y Ari, sus dos comediantes.

TODOS LOS RELATOS: “El día a día de Elmo y Ari”

 

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