La Urticaria Crónica Espontánea (UCE) no mata pero es una afección cutánea grave que determina en múltiples casos la vida de los afectados: comida, vestimenta, sexo, relaciones en el trabajo… Quienes la sufren alzan la voz y los médicos han escuchado; un binomio clave para un tratamiento eficaz

La Urticaria Crónica Espontánea (UCE) es una enfermedad de la piel grave que se caracteriza por la aparición de ronchas o habones con enrojecimiento, hinchazón, prurito y a veces dolor en la piel.
La prevalencia mundial de la urticaria crónica (UC) asciende al 1% de la población mundial y hasta dos tercios de los pacientes padecen UCE.
La UCE es una forma impredecible y debilitante de picor crónico e inflamación y puede manifestarse con hinchazón de las capas profundas de la piel (angioedema) que aparece de forma de forma espontánea y dura más de seis semanas.
“La causa última es desconocida pero sabemos cómo actúa, sus mecanismos”, afirma Marcos Hervella Garcés, médico adjunto del servicio de Dermatología del Complejo Hospitalario Navarra quien asegura que a veces los pacientes están huérfanos si no dan con expertos en esta patología. “Se les invita a resignarse y el mensaje que queremos hacerles llegar es que no lo dejen”, insiste el doctor.
Esta enfermedad se puede confundir en el diagnóstico con una alergia. “La alergia implica algo externo que lo provoca; quien sufre UCE, tiene lesiones haga lo que haga”, afirma Hervella.
En la mayoría de los casos, la UCE dura entre 1 y 5 años, pero puede durar décadas. Las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de padecer la enfermedad.
Ana María Giménez-Arnau, dermatóloga responsable de la Unidad de Inmunología-Alergia Cutánea y Fotofobia del Hospital del Mar de Barcelona afirma que la UCE era una enfermedad huérfana. “La urticaria es una enfermad muy prevalente pero ha estado huerfana muchos años, por la cronicidad del proceso y por la inutilidad de encontrar un tratamiento que permitiera controlar la enfermedad”.
“Lo que cuenta es la mejora en la calidad de vida; la enfermedad no le va a matar pero si le va a influir en todo: el sexo, relaciones, trabajo, comida, vestimenta. Después de tres ensayos, se ha obtenido la licencia del medicamento omalizumab para 2014, una alternativa segura para los pacientes”, afirma la doctora.
Síntomas de la UCE

Los síntomas de la UCE incluyen la aparición de reacciones cutáneas de tipo edematoso y que producen prurito, a menudo descritas como ronchas. Hasta el 50% de las personas con UCE también experimentan angioedema y tienden a experimentar síntomas de mayor duración.
Los síntomas de la UCE son impredecibles, ya que aparecen espontáneamente sin un desencadenante externo específico para el desarrollo del picor crónico, las ronchas y el angioedema. Las investigaciones acerca de las causas subyacentes de la UCE han puesto de manifiesto el papel del sistema autoinmune en muchos pacientes, con posibles factores agravantes como estrés, fatiga e infecciones.
La UCE puede afectar significativamente a la calidad de vida de una persona, ya que provoca efectos negativos como insomnio y comorbilidades psicológicas como depresión y ansiedad.
“Ha habido un giro hacia el paciente. Utilizamos escalas objetivas en cuanto al prurito, el picor, los habones” asegura, Esther Serra Baldrich, dermatóloga de la Unidad de Alergología Cutánea del Hospital Sant Pau de Barcelona quien insiste: “es una enfermedad que produce ansiedad, un cuadro depresivo a veces por el sufrimiento que ocasiona tanto al afectado como a su pareja”.
Las investigaciones indican que estos efectos son similares a los de personas con cardiopatía isquémica que experimentan falta de energía, aislamiento social y molestias emocionales. Los pacientes también experimentan dificultades para trabajar y más de la mitad (56%) pierden al menos un día de trabajo a causa de la dolencia.
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