Sentido común, sentido del humor y solucionar los problemas uno a uno son solo algunas de las múltiples sugerencias que pueden encontrarse en la Guía del Alzhéimer 2019. Una publicación destinada a ayudar en el día a día a familiares y cuidadores de las personas que sufren esta enfermedad neurológica degenerativa de lenta aparición y evolución progresiva que afecta hasta a un 50% de los mayores de 85 años.

Con la colaboración de la Confederación Española de Alzhéimer y EULEN servicios sociosanitarios, la publicación nos cuenta en primer lugar los síntomas frecuentes de esta dolencia que tiene un inicio gradual y poco llamativo, por lo que el momento de comienzo siempre es difícil de determinar con exactitud.
En la fase leve el síntoma fundamental son los olvidos o pérdida de memoria.
Al principio se pierde la memoria de lo que acaba de ocurrir o se le acaba de decir.
También puede darse pérdida de la capacidad de concentración y falta de interés o desorientación temporal (no sabe en qué día vive).
Alteración del juicio: No se viste adecuadamente, compra desmesuradamente o muestra ansiedad, depresión, enfadado, hostilidad.
Fase moderada
En la fase moderada, explica la guía del alzhéimer, el paciente no puede, entre otros, hacer cálculos.
También puede darse pérdida total de la memoria reciente.
O no puede realizar sin supervisión las actividades de la vida diaria.
Por ejemplo, se pone todos los días la misma ropa; se viste en orden inadecuado; necesita ayuda para bañarse; o no puede entender instrucciones fáciles.
Tiene problemas en la comunicación: tanto en expresarse como en entender. O está desorientado en el espacio: puede perderse fácilmente.
Fase severa
En la fase severa, la memoria remota está muy afectada: No reconoce familiares cercanos.
Es dependiente para las actividades de la vida diaria: encamado o camina con mucha ayuda. Incontinencia doble.
Hay que darle de comer y apenas sabe hablar.
Conservan el afecto hasta en fases muy avanzadas de la enfermedad. Siempre van a percibir el cariño de su familia.
Guía alzhéimer: cómo comunicarse
La guía del alzhéimer incluye recomendaciones muy útiles en una faceta fundamental como es la comunicación.
Así aconseja utilizar el tono de voz más grave posible, eliminar ruidos o actividades que la distraigan.
Usar frases cortas y simples, hacer las preguntas de una en una. No dar más de dos posibles respuestas y hablar despacio y esperar con paciencia.
Para la comunicación no verbal se recomienda estar agradable, calmado y colaborador.
Identificarse por su nombre y llamar a la persona por su nombre, o de algún modo físico expresar cariño al paciente.
También aconseja acercarse a la persona de frente, mirarla directamente a los ojos, mantener el contacto visual en la conversación, comprobar si presta atención y si no volver a intentarlo en unos minutos.
Otras indicaciones pasan por reforzar lo positivo y minimizar los errores.
Saber que los sentimientos que expresa el paciente pueden ser diferentes de lo que dice.
Tratarlo siempre como un adulto/a y no como un niño/a y incluirlo en sus conversaciones y no hablar de de él en su presencia como si no estuviera.

Alteraciones de conducta
También se ocupa la publicación de cómo tratar las alteraciones.
Para las del sueño indica que hay que favorecer la actividad física y evitar que se duerman durante el día o que vayan al servicio antes de acostarse.
Una iluminación suave por la noche, evita desorientaciones y si se levanta hablarle suavemente y recordarle la hora que es.
Algunos se levantan para dormirse en el sofá, y hay que permitirlo o valorar la seguridad del domicilio.
También deben evitarse las pastillas para dormir, ya que pueden provocar mayor confusión durante el día, aumentar las caídas y la incontinencia.
Vagabundeo:Para cuando caminan de día y de noche sin parar, la guía del alzhéimer recomienda que si está perdido/a hay que darle instrucciones o ponerles brazaletes de identificación, por si se pierde.
Perdida de interés o indiferencia: mantener a la persona lo más activa posible, sin obligarla, o potenciar sus habilidades o aficiones o pasatiempos, pero todo de forma progresiva, que se sienta importante y activa.
Angustia e irritabilidad: responder calmadamente, sin agresividad, quitar a la persona de la situación que le afecta, buscar el elemento que lo ha precipitado, o distraerle.
Ansiedad, nerviosismo e inquietud: distraerle, darle tranquilidad y cariño y si es por que pierde las cosas, responder sin mentirle.
Darle apoyo y tranquilidad, o dar una respuesta a sus sentimientos, no ignorar , y tampoco darle demasiada importancia.
Gritos, quejas e insultos: No intente interpretar lo que dice, ya que puede no corresponder con la realidad.
Hay que evitar argumentarle o contradecirle, no intente razonar y recuerde que la persona con alzhéimer a quien peor trata es al familiar que más quiere y que le cuida.
La propia enfermedad hace que en muchas ocasiones las personas quieran expresar afecto y les salgan insultos o palabras negativas.
Los gritos no tienen tratamiento farmacológico.
En ocasiones duran unos pocos días o semanas, ya se les pasará, luego hay que intentar no reaccionar ante ellos y llevar a la persona a lugares donde esté más tranquila y que haga cosas que aún disfruta.
Estos son algunos de los consejos de esta guía de la Confederación Española de Alzheimer que incluye asimismo, y entre otras, recomendaciones para actividades instrumentales de la vida diaria, como el manejo de dinero, lista de teléfonos de urgencia, medicación, preparación de la comida, cuidado de la casa, baño, vestido…
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