La hipoacusia es la incapacidad total o parcial para oír sonidos en uno o en ambos oídos. Entre 2 y 3 bebés por cada 1.000 nacidos vivos tienen algún grado de hipoacusia al nacer. Los oídos son una de las principales puertas de entrada al cerebro.

Hipoacusia en bebés, signos de alerta
EFE/Ulises Rodríguez

La hipoacusia, explica la Asociación Española de Pediatría, también se puede desarrollar en niños que tenían audición normal cuando eran bebés.

La pérdida puede ser leve, moderada, grave o profunda. La hipoacusia profunda es lo que la mayoría de las personas denominan sordera.

De acuerdo con la misma fuente, la mayoría de las hipoacusias o sorderas infantiles graves o profundas están presentes en el momento de nacer. Más de un 60 % de estas sorderas pueden tener un origen genético.

Otras sorderas congénitas son debidas a situaciones que han pasado durante el embarazo o al nacer: recién nacidos con peso menor de 1.500 gramos, infecciones como meningitis o infecciones durante el embarazo (rubeola, toxoplasma, citomegalovirus) o nacidos con algunas malformaciones. Estos niños tienen más riesgo de tener hipoacusia.

Signos de alerta

Se estima que un niño necesita oír alrededor de 45 millones de palabras antes de los 4 años y 20.000 horas de escucha durante la infancia como base para la lectura[ y es por este motivo por el que la interacción con los padres y los intercambios de comunicación son fundamentales.

Aunque los pediatras suelen identificar los problemas de audición en las revisiones, el doctor Martín-Lagos Martínez, otorrino del Hospital Universitario Clínico San Cecilio, de Granada, indica que hay algunos signos de alerta que pueden identificar los padres, como que el niño no responda a estímulos o determinados sonidos, o que, estando en edad de pronunciar palabras, se limite al balbuceo, o lo que es peor, que empiece a perderlo. 

Pero cuáles son los signos para reconocer una hipoacusia en los bebés y los niños y niñas.

Menores de 6 meses:

1.- Que no manifieste respuesta ante la presencia de sonidos

2.- Que no se tranquilice con la voz de su madre

3.- Que no preste atención o no se interese ante sonidos familiares

Mayores de 6 meses:

1.- Que el niño no gire la cabeza hacia la fuente sonora

2.- Que no responda con sonidos vocálicos cuando se le habla

3.- Que no responda a su nombre

A partir de los 12 meses:

1.- Que no comprenda las palabras de uso común

2.- Que no señale objetos y personas familiares cuando se le nombran

3.- Que no diga palabras con sílabas replicadas (papá, mamá)

Durante el primer año:

1.- Que no entienda preguntas sencillas

2.- Que no preste atención a las canciones y cuentos infantiles

3.- Que no exprese frases de dos palabras

A los 2 años:

1.- Que no comprenda órdenes sencillas sin apoyo de gestos

2.- Que no acuda cuando se le llama desde otra habitación

3.- Que no utilice los pronombres (yo, tú, mío)

Signos de alerta a detectar en la escuela:

1.-  Desorganización, impulsividad o agresividad

2.- Falta o pérdida constante de atención

3.- Comportamiento inadecuado

4.- Búsqueda constante del apoyo visual o imitación de sus compañeros

5.-  Falta de comprensión y seguimiento de las instrucciones

6.- Dificultad en hacer relaciones con otros niños

7.- Participación empobrecida o retracción en actividades escolares

8.- Pérdida o inconsistencia en las habilidades demostradas

Ante las consecuencias que se derivan de la sordera en los bebés y la importancia de detectarlo a tiempo, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), elaboró en 2018 un decálogo Decálogo de Cuidados del Oído para Niños.

La misma fuente alude a un trabajo publicado en el Journal of Pediatric Otorhinolaryngology que estudió la corteza cerebral auditiva y demostró que es tal el esfuerzo que el niño con hipoacusia tiene que realizar para mantener la atención mientras escucha, que se fatiga y abandona la tarea que está realizando, lo que dificulta el aprendizaje.

La pérdida auditiva puede aparecer a cualquier edad del niño, en el nacimiento, o
más tarde; puede ser de aparición brusca o progresiva, temporal o permanente.

La hipoacusia puede ocurrir cuando alguna de las partes del oído no funciona de manera normal.

Esto incluye el oído externo (pabellón y conducto auditivo externo), el oído medio (tímpano, cadena de huesecillos, cavidades y otras estructuras que están detrás del tímpano), el oído interno y el nervio auditivo.

Así por ejemplo, los catarros, las otitis catarrales o el buceo afectan al oído medio, y el ruido también puede afectar al oído interno.

Una investigación publicada en el Acta Otorhinolaryngologica Italica comprobó que las infecciones virales son la causa más importante de pérdida auditiva adquirida en niños, seguidas por la ototoxicidad por aminoglucósidos y derivados de platino, y por el daño coclear inducido por la sobreexposición al ruido, principalmente en adolescentes.

hipoacusia bebés
Parte interna de una unidad de implante coclear/Ángel Medina G.

Hipoacusia en bebés, tratamiento

Finalmente, defiende la Asociación Española de Pediatría, si un niño es diagnosticado de hipoacusia el tratamiento debe ser interdisciplinar con la colaboración del pediatra, otorrinolaringólogo, logopeda, psicólogo y audioprotesista.

Es fundamental en el momento del diagnóstico la colaboración con la escuela, en función de su edad, y la ayuda de las asociaciones de sordos.

El tratamiento consiste en la atención temprana del bebé, un tratamiento logopédico adecuado y una adaptación audioprotésico  o bien el tratamiento quirúrgico mediante un implante coclear.

Según datos de la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España (AICE), existen en nuestro país más de 17.500 personas usuarias de un implante coclear. Estas cifras incluyen a niños y a bebés con hipoacusia.

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