Conseguir que sea el propio sistema inmunológico del individuo el que venza al cáncer es el gran logro de la inmunoterapia. Este tratamiento, con resultados cada vez mejores, es especialmente efectivo en melanoma y en pulmón, pero pronto se unirán a esta lista cabeza, cuello, mama y colon
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En los años sesenta, la lucha contra el cáncer tenía tres aliados: cirugía, quimioterapia y radioterapia. Tras décadas utilizándolos, en 2010 surge un cuarto, la inmunoterapia. A pesar de ser el tratamiento más joven, avanza sin dar un paso atrás con un claro fin: la mayor supervivencia de los pacientes.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la empresa farmacéutica MSD organizaron el pasado fin de semana en Segovia el VII Seminario de Periodistas SEOM-MSD para profundizar en la inmunoterapia y sus novedades, bajo el título “Nuevos modelos de aproximación al cáncer ante la llegada de los tratamientos inmunoterápicos”.
Pilar Garrido, presidenta de la SEOM definió para EFE que la inmunoterapia es una “revolución, pero hay que poner en contexto estos fármacos”. Ahí radica el valor de este seminario para periodistas, pues estos son “el vehículo de la información sanitaria para la sociedad”, según esta oncóloga, especialista en cáncer de pulmón.
“Para nosotros significa esperanza. Queremos curarnos y si no es posible, tener buena calidad de vida”, admitió en el seminario Begoña Barragán, Presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC)
Características, destinatarios y precio
“El sistema inmunológico es capaz de destruir multitud de cánceres y no se llegan a desarrollar”, refiere el doctor Alfonso Berrocal, jefe de sección del servicio de Oncología del Hospital General Universitario de Valencia.
La novedad que aporta desde 2010 la inmunoterapia frente a la quimioterapia y otros tratamientos convencionales es que “no está dirigida contra el tumor, sino que potencia los recursos inmunológicos del paciente para que sea este el que se encargue de destruir el tumor”, explica este oncólogo.
El especialista describe las propiedades de la inmunoterapia, entre las que destaca:
- Cambio de paradigma radical, “dejamos de apuntar a la célula tumoral y apuntamos al paciente”.
- Las toxicidades son distintas, existen pero “se pueden controlar con fármacos inmunosupresores”, además son menores que en la quimioterapia.
- La eficacia se puede mantener, “la respuesta inmunológica tienen memoria y se mantiene con el tiempo”.
Una de las líneas de investigación en las que se trabajan es quiénes son los pacientes más indicados para que la inmunoterapia funcione, “no tenemos marcadores definitivos que nos digan en quién funciona o no la inmunoterpia”, reconoce el doctor Berrocal.
El jefe de uno de los servicios oncológicos de Valencia apunta que el beneficio de la inmunoterapia dependerá de diferentes características:
- Del paciente: el mecanismo de acción de este tratamiento tiene una latencia y el paciente debe tener una situación basal aceptable.
- Del tumor: cuanto más distinto sea éste de las células normales del organismo mejor es la respuesta inmunológica, de forma que a mayor número de mutaciones mayor probabilidad de respuesta.
- De la reacción del organismo frente al tumor: cuando la respuesta inflamatoria al tumor inicial es significativa las posibilidades de responder a la inmunoterapia son mayores.
Otro tendón de Aquiles de este tratamiento es el precio. Por ejemplo, en Estados Unidos los precios rondan entre los 90.000 y los 150.000 dólares anuales; en España, el precio es la tercera parte, unos 40.000 euros, que aún así sigue siendo una cantidad extremadamente alta.
Melanoma y pulmón, los alumnos aventajados
Los tratamientos inmunoterápicos consiguen que uno de cada cinco pacientes con melanoma metastásico y entre el 20 y 30 por ciento de enfermos por cáncer de pulmón abocados a morir sobrevivan, según el doctor Alfonso Berrocal.
“La tasa de supervivencia a cinco años era inferior al 5% y ahora es del 21%, uno de cada cinco pacientes con melanoma metastásico sobrevive”, ha detallado este especialista.
En su exposición en el seminario organizado por SEOM y MSD, el oncólogo ilustró su ponencia con gráficas en las que se demostraba que, al principio, los resultados de la inmunoterapia y la quimioterapia en melanoma iban de la mano, pero con el paso del tiempo, la primera superaba con resultados favorables a la segunda.
Sobre “el enemigo público número 1”, el cáncer de pulmón, el doctor Javier de Castro, jefe de sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz ha destacado los últimos avances.
“Los fumadores responden mejor al tratamiento inmunológico, las células tumorales están más preparadas para que esta terapia pueda ser útil”, ha apuntado el doctor De Castro, si bien ha insistido en tomar esta información con “cautela”.

Hasta ahora, el cáncer de pulmón en personas fumadoras, que ronda el 80%, tenía peor pronóstico con los tratamientos tradicionales y ahora con la inmunoterapia “vamos a tener una posibilidad ante una enfermedad muy relacionadas con el tabaco”.
“La investigación en cáncer de pulmón sigue siendo más baja que la de mama o colorrectal”, demanda también el experto.
El gran reto de ahora en adelante es, según el oncólogo de La Paz, “buscar el biomarcador para la selección de pacientes”.
Queda camino por recorrer en un tratamiento muy “joven”, pero la inmunoterapia busca hacerse un hueco en la lucha contra el cáncer.
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