Cuando sufrimos una primera luxación de hombro, normalmente por un accidente o un encontronazo deportivo, se suele iniciar un ciclo de lesiones en la articulación debido al daño ocasionado en el cartílago que recubre tanto la glenoides de la escápula como la cabeza del húmero; una circunstancia traumatológica similar a un círculo vicioso que nos hace plantear la pregunta: ¿Qué fue antes, la luxación o la inestabilidad del hombro... el huevo o la gallina?

La inestabilidad de hombro, bucle antideportivo entre la cabeza humeral y la glenoides

La inestabilidad de hombro, bucle antideportivo entre la cabeza humeral y la glenoides

El hombro, que es la articulación que une el brazo y el tronco del cuerpo humano, permite una gran amplitud de desplazamientos en rotación, separación, elevación y flexión, pero es realmente inestable. Su coordinación viene determinada por tres huesos (clavícula, escápula -omóplato- y húmero), además de sus respectivos músculos, tendones y ligamentos.

La mayoría de los dolores que se producen en el hombro se deben a inflamaciones por bursitis y tendinitis, incluso por desgarros en algún tendón; aunque también tiene su protagonismo la inestabilidad en la articulación generada por la tendencia del húmero a salirse de la cavidad distal del omóplato.

El doctor Álvaro Colino Catro, cirujano traumatológico de la Clínica CEMTRO de Madrid-efeEste cápsula articular, confluencia de dos superficies, es ciertamente deslizante debido a que la cabeza del húmero, de forma convexa, es bastante mayor que su receptáculo en la glenoides de la escápula, que tiene forma cóncava.

"Básicamente estamos ante una bola y una copa de diferente tamaño, como si habláramos de una bola de golf en comparación con un tee -soporte de plástico que se clava en la tierra, utilizado por los golfistas para apoyar la bola en la salida de cada hoyo del campo de golf antes de golpearla en dirección al agujero abanderado en el green-", ilustra el Dr. Álvaro Colino Castro, traumatólogo y cirujano especialista en miembro superior de la Clínica CEMTRO de Madrid.

Esta desproporción física, unida a la gran libertad de movimientos que concede la articulación a nuestro cuerpo, propicia luxaciones de hombro, con mayor prevalencia en varones jóvenes de 18 a 30 años.

"Además, esta luxación -separación fácil de dos partes articulares causada por inestabilidad- es muy frecuente; y eso a pesar de que todo el conjunto de la articulación está bien sujeta por sus partes blandas, ligamentos o por la musculatura intrínseca al hombro", destaca.

De hecho, son muchos los fallos articulares por accidentes, caídas, golpes, movimientos bruscos o trompazos deportivos.

Algunas de estas luxaciones se solventan con maniobras de reducción y reposo con cabestrillo; pero otras tantas se restañan en los quirófanos, donde también se diagnostican sorpresas cartilaginosas añadidas, como la lesión de Hill Sacks.

Cirugía de inestabilidad de hombro con técnica artroscópica

"En una persona que se luxa por primera vez un hombro es habitual que el diagnóstico solo destaque lesiones en partes blandas, normalmente en el labrum anteroinferior (rodete de la cápsula articular); una especie de anillo fibrocartilaginoso que se fractura y desprende de la copa glenoidea", expone.

"Al perder este tope, su parachoques anterior, la articulación del hombro tiende a ser, a partir de ese momento, una buena candidata a la luxación reiterativa. Y cuanta más veces se luxe, mucho más fácil será la recidiva", detalla.

"A veces, incluso, con el paso del tiempo, observamos perdida ósea; casos muy específicos que necesitarán cirugía abierta para solucionar definitivamente el problema desencadenante: la luxación recurrente", complementa.

Cirugía de hombro con técnica artroscópica"Con el artroscopio, en cambio, entramos en la cápsula articular sin necesidad de dañar otras partes blandas, tejidos que son un obstáculo a rebasar en la cirugía abierta. Con la técnica artroscópica llegamos al interior sin agredir a otras partes del cuerpo, en este caso del hombro", asegura.

El caso de un paciente de 20 años de edad, que se cayó jugando un partido de fútbol y se luxó el hombro.

"Este joven se lesionó la zona blanda, el labrum. Parte se desprendió con el golpe tras la caída y cicatrizó de forma incorrecta, en una mala posición. Debemos liberar el tejido cicatrizado para levantarlo y colocarlo en su lugar anatómico habitual, bien situado en la glenoides", explica.

Durante este tipo de intervenciones, no es raro que l@s traumatólog@s encuentren otro tipo de daños al observar con tanto detalle el interior de la cápsula articular del hombro.

"En este tipo de traumatismos, además de la lesión principal, nos encontramos con un defecto de la cabeza humeral, en su parte posterior, que se denomina lesión de Hill Sachs", comenta.

Esta patología consiste en una depresión en la parte posterolateral de la cabeza del húmero causada por el impacto de su cartílago contra el reborde glenoideo anteroinferior.

"El problema reside en que, por mucho que solucionemos la lesión de la zona anterior del hombro, esta muesca puede seguir encajando en la glena cuando la articulación efectúa la rotación externa del hombro", señala.

"Para estabilizar esta dificultad articular utilizamos la técnica de remplissage, que consiste en introducir parte del tendón infraespinoso como una especie de relleno para evitar que la glena encaje con la depresión de la cabeza humeral", describe.

Una vez finalizada la operación artroscópica, resueltas tanto la inestabilidad del hombro como la lesión de Hill Sachs, el paciente recupera, normalmente, toda la flexión y la movilidad natural de su hombro.

"La verdad es que es esta cirugía es relativamente rápida y muy eficaz si tenemos en cuenta la dificultad que entraña operar la articulación del hombro", opina.

¿Este tipo de lesión en el hombro es de las más recurrentes en el deporte, doctor Colino?

"Es muy frecuente en deportes con caídas, como sucede en el esquí o en el ciclismo, aunque también lo veamos en el fútbol o el baloncesto; y también es recurrente en deportes de lanzamiento con el brazo, como el balonmano o el béisbol, o de choque, como el rugby, donde es normal diagnosticar diferentes grados de inestabilidad de hombro", concluye el cirujano traumatológico.

Un equipo de la "Cemtro Team" formado, en esta ocasión, por el doctor Enrique Araiza Contreras (izq.), la enfermera de quirófano, Yilenia Artiles, y el doctor Álvaro Colino... Son jóvenes y suficientemente preparados; incluso les encanta acondicionar el quirófano iluminando solo los puntos clave de la sala con luces de neón para dejar rienda suelta a la música pop-rock que guardan en la nube de internet. Fotografía de Óscar Gómez.

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