Esta es la conclusión a la que ha llegado una investigación del CIBERobn en el primer estudio comparativo que ha realizado sobre la composición de grasa subcutánea y visceral; también ha comprobado la posibilidad de desarrollar fórmulas para neutralizar la acción nociva de un determinado tipo de grasa

Los efectos que el tejido adiposo tiene sobre el metabolismo humano son importantes, pero hasta ahora las diferencias que hay entre la grasa subcutánea y la grasa visceral eran prácticamente desconocidas.
La grasa subcutánea es aquella que está debajo de la piel y que tiene como funciones principales proteger la piel y el esqueleto, y amortiguar los nervios y los vasos sanguíneos. En cambio, la grasa visceral se dedica a la protección de nuestros órganos.
Algunos estudios anteriores habían demostrado que el tamaño del depósito visceral está muy ligado a un mayor riesgo de complicaciones metabólicas relacionadas con la obesidad, como son la resistencia a la insulina, el colesterol alto y otras enfermedades cardiovasculares.
Ahora, científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn); del Institut0 de Investigación Biomédica de Girona Dr. Josep Trueta (IDIBGI); y del Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida) han colaborado en este trabajo, publicado recientemente en la revista americana FASEB Journal.
El estudio, titulado “Los tejidos adiposos subcutáneo y omental presentan marcas lipidómicas específicas”, recoge por primera vez el resultado de un análisis en el que se compara la composición de los dos tipos de grasa. Y lo que se saca como conclusión es que, en cuanto a lo que es más perjudicial para nuestra salud, tiene más importancia la localización de la grasa que su composición.
De hecho, en el análisis se han identificado 16.000 tipos de lípidos en una concentración diferente en función de la localización de la grasa. El estudio de la aglomeración de lípidos en una muestra de grasa puede llegar a determinar su procedencia y sus posibles efectos dañinos para la salud.
Los científicos, dirigidos por el doctor José Manuel Fernández-Real, jefe de la sección de Endocrinología del Hospital Josep Trueta de Girona, trabajaron con una muestra de 38 individuos con obesidad mórbida y 12 individuos delgados.
Los expertos pudieron verificar que este hecho se producía en pacientes obesos, aunque no en los delgados. A partir de esto se podría desarrollar una técnica para neutralizar la acción nociva de un determinado tipo de grasa.