El alcoholismo sigue siendo una adicción estigmatizada en el mundo. Sus efectos en el hígado son terribles. Y la concienciación social contra ella no tiene nada que ver con la ofensiva que se ha lanzado para combatir el tabaco. De todo ello, EFEsalud ha hablado con el doctor Ramón Bataller, experto que investiga estas patologías en la Universidad de Carolina del Norte

La enfermedad hepática alcohólica, gran olvidada a pesar de su impacto social
El doctor Ramón Bataller en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra/ Foto: Manuel Castells
  • 25 de febrero, 2015
  • PAMPLONA/EFE/JAVIER TOVAR

El doctor Ramón Bataller ha estado recientemente en Pamplona para ofrecer en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra una conferencia sobre su especialidad, la hepatitis alcohólica. Es profesor asociado de Medicina y Nutrición de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, e investigador del Bowles Center para Estudios del Alcoholismo.

Se graduó en la Universidad de Valencia en 1990 y completó su preparación en Barcelona; en esta ciudad trabajó en el Hospital Clínic. EFEsalud ha hablado con él en Pamplona.

Doctor Bataller, ¿cuál es la situación actual de las enfermedades hepáticas alcohólicas?

En hepatología hay dos grandes tipos de enfermedades. Por  una parte están las patologías virales, virus B y C, en las que ha habido avances considerables, como en los últimos tratamientos de la hepatitis C, caros y motivo de conflicto, pero uno de los logros más importantes de la medicina en los últimos años. O en la hepatitis B, donde tenemos vacuna y otros tratamientos muy efectivos, más baratos.

Y por otra parte, están las enfermedades metabólicas del hígado, que es el futuro de la hepatología, el hígado graso, que es causado por dos motivos: el síndrome metabólico (obesidad y diabetes), que en Europa está aumentando y en Estados Unidos es una enfermedad frecuente, y el consumo excesivo de alcohol, que según un último informe de la OMS, genera la mitad o más de las cirrosis en el mundo, y es la causa más importante de enfermedad hepática grave.

Nosotros hemos hecho un estudio que demuestra que solo el 2 por ciento de la investigación y atención en la comunidad hepatológica se dedica al alcohol. Y hemos concluido que la sociedad y los medios sí reconocen el alcohol como un problema importante, pero la investigación, no.

¿Por qué?
Infografía en la que se ve un hígado junto a resto de órganos como el estómago e intestinos. Efesalud.com
EFE

Hay muchas compañías farmacéuticas y mucha actividad económica detrás de los tratamientos de los virus, y esto ha contribuido sin duda a sus avances, que hay que celebrar. No obstante, el resto de enfermedades como el hígado graso causado por la obesidad o el consumo abusivo de alcohol, no han tenido este apoyo ni atención. Y por ello ha habido muy pocos progresos, y no existe ningún tratamiento aprobado para el hígado graso que no sea tratar la causa (esto es, perder peso o dejar de beber). No existe ningún fármaco aprobado por la FDA o la Agencia Europea , y para desarrollar dichos tratamientos hace falta muchísimo más esfuerzo e investigación.

No existe una medida terapéutica más eficaz en enfermedades autoinfligidas como el hígado graso que el cambio del estilo de vida (esto es, hacer dieta sana y evitar el consumo abusivo de alcohol) . En este aspecto, existe poca preparación y entre los médicos generales o especialistas en promover cambios de estilo de vida a sus pacientes.

Hacen falta muchos más estudios y más información para que los médicos apliquen técnicas de motivación para que los enfermos con hígado graso sean capaces de cambiar de vida. A este respecto, los psicólogos y los especialistas en adicciones tienen un gran campo y un papel muy importante en el futuro.

El futuro de la hepatología pasa por tener equipos multidisciplinares con psicólogos, dietistas, médicos motivadores, y esto falta en la investigación y la práctica clínica.

En EEUU, el enfermo alcohólico grave no va a hacer la terapia de la adicción porque es caro, no tiene coche, se siente estigmatizado, y estamos llevando el psicólogo a la clínica, y yo paso visita con el psicólogo. Ello ayuda mucho a los enfermos y en mi experiencia, este equipo multidisciplinar es una gran estrategia.

En la hepatopatía alcohólica hay dos estadíos en la enfermedad. En un inicio la enfermedad no es sintomática, no duele, y el enfermo puede padecer acúmulo de grasa y fibrosis (endurecimiento del hígado) sin percatarse de ello. Es por ello importante hacer programas de detección precoz en enfermos asintomáticos en fases precoces para evitar el desarrollo de cirrosis alcohólica.

Y en segundo lugar, la enfermedad hepática alcohólica tiene otra forma, grave y aguda, cuando el enfermo se pone amarillo; para estos casos, los tratamientos actuales son los mismos que en el año 1971, no ha cambiado nada.

De hecho, el ultimo gran estudio mundial que se ha realizado en el Reino Unido en esta enfermedad, que se denomina hepatitis alcóholica, simplemente confirma que el tratamiento propuesto hace 44 años (los corticoides) siguen siendo los únicos que funcionan. Hace falta mucha más atención de la sociedad, de los médicos y de los investigadores para realizar avances en esta grave enfermedad.

El tabaquismo se ha combatido firmemente en las últimas décadas, ¿por qué no se ha sucedido los mismo con el alcohol?
Botellas de alcohol. Efesalud.com
EPA/Arshad Arbab

El tabaco es intrínsecamente negativo, sin un solo efecto ni sustancia beneficiosa, mientras que en las bebidas alcohólicas hay estudios que indican que de forma moderada, el vino o la cerveza, pueden ser beneficiosos.

Las compañías del tabaco perdieron la batalla y el 55% de sus ganancias se van a pagar enfermos, impuestos y penalizaciones. Pero en materia de alcohol, las compañías están ganando la batalla. Son muy potentes, previenen el aumento de tasas e impuestos.

En Europa se prohibió la publicidad del alcohol en eventos deportivos y para jóvenes, pero en EEUU, en años anteriores, la mitad de los anuncios en la Superbowl, con un 40% de público infantil, eran sobre bebidas de alcohol, con mensajes de fuerza física y de éxito en la vida,  cuando se sabe que en los enfermos que abusan de bebidas alcohólicas ocurre todo lo contrario.

No digo que yo no beba alguna copa de vino, pero sí quiero reafirmar que el alcohol es una sustancia intrínsecamente adictogénica. Y hay personas sensibilizadas y predispuestas a la adicción por genética.

También subrayo que la información y publicidad sobre el alcohol es engañosa porque lo vinculan al éxito deportivo, las relaciones sociales y amorosas, y ocurre todo lo contrario en la vida real.

En los países árabes se bebe menos por razones religiosas, pero en emergentes, como India o China, los índices de hígado grado están aumentando muchísimo.

¿Están estigmatizadas las personas alcohólicas?

Una de mis vocaciones, además de la investigación, es ayudar a personas desfavorecidas; es una motivación dedicar mi vida profesional y médica a aquellas personas que mas lo necesitan. Y uno de los puntos por los que el alcohol está ignorado es que se estigmatiza y se ignora porque no se quiere ver.

Hay diferencia en este estigma entre América y Europa. En Europa el alcohol es más cultural y social, pero en EEUU es menos cultural y se tiende más a relacionar con la debilidad y el fracaso.

Aún así, se estigmatiza, penaliza y abandona a la persona que tiene esta adicción, no es solo alcohólico el pobre o ´homeless´, también empresarios y profesionales abusan del alcohol.

El trato discriminatorio en ocasiones sobre los adictos al alcohol es éticamente muy discutible. Y el estigma sobre el alcoholismo femenino aún peor: un hombre solo bebiendo, se acepta, pero una mujer, ya está estigmatizada; el machismo, que es universal, tiene aquí una de sus  manifestaciones, y que lleva a la mujer que bebe a esconderse más y no reconocer el problema, y el sufrimiento es mayor, por ejemplo en países latinos.

¿Hacía donde va la investigación?
Trasplante de riñón realizada a un paciente en el Hospital Nacional de Kenia, en Nairobi. Efesalud
EFE-Fotografía facilitada por Novartis

Hasta ahora se pensaba que la hepatitis alcohólica era solo una inflamación del hígado, ahora se sabe que la inflamación no es tan mala, y lo que fallan son las células principales del hígado, los hepatocitos; ahora se investiga como regenerar el hígado mas que parar la inflamación.

De hecho, la inflamación es clave para las defensas, si tu bloqueas la inflamación y estás muy grave, predispones a las infecciones. Los tratamientos que se han intentado parando la inflamación han aumentado la mortalidad al inducir infecciones.

Los tratamientos se dirigen a regenerar el hígado y a cómo parar y modular la inflamación mala, pero no toda porque sin ella no nos defendemos contra las bacterias. Es una enfermedad difícil de tratar.

Hay una novedad que quiero comentar. Hasta ahora un alcohólico no se podía trasplantar si no había estado seis meses abstinente, pero un estudio de uno de mis colaboradores ha mostrado que esta hepatitis es un primer síntoma, y ha ofrecido trasplantes sin esos seis meses, muy seleccionados, un 2 por ciento, y la mayoría no vuelven a beber, y se está instaurando este tema en el mundo, es un avance.

¿Qué le parece la polémica sobre los nuevos tratamientos de hepatitis C?

Ha habido una gran inversión para desarrollar tratamientos; para mi la salud es un derecho y no ha de ser primordialmente un negocio. Me gustaría que se provean los medios para que los enfermos se puedan tratar.

Si el dinero publico ha de tener una prioridad es ésta, y además a la larga es un dinero que se va a recuperar; por tanto, incluso desde el punto de vista puramente económico, es una buena inversión a largo plazo. Me parece bien lo que se está haciendo, intentado negociar con las empresas, y bajar el precio.

Pero a pesar de su elevado costo, la primera prioridad del uso del dinero público es garantizar la vida de los ciudadanos. Si hay medicamentos que alargan la vida y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos, la administración debe dar prioridad a este gasto antes que carreteras, organizar la Fórmula 1 o eventos culturales.