Palabra controvertida en términos de evolución histórica, locura es el término que Sergio García incluye en su Abecedario de la Psicología para trazar un recorrido de muchos siglos en unas pocas líneas

L de locura, abecedario de la psicología
EFE/Christian Charisius

La locura es un término que siempre ha dado miedo a lo largo de su recorrido histórico.

El paso de los siglos ha ido delimitando su significado, desde considerarse “enfermedad mental” a, en la actualidad, “trastorno mental”.

Los pueblos bárbaros pensaban que la locura era enviada por dioses y demonios y, por lo tanto, era sagrada, motivo por el cual quien la padecía no tenía control sobre la misma.

En la Antigüedad, los griegos e Hipócrates separan la religión del estudio de la locura y ubicaron en el cerebro la capacidad de sentir, soñar o razonar.

Además, se inicia el estudio de los diferentes tipos de “personalidades” en relación a la desarmonía de los humores:  flema, bilis amarilla, bilis negra y sangre. Usando técnicas como el diálogo con el paciente o la interpretación de los sueños.

Los romanos añaden que son las pasiones o los deseos insatisfechos los desencadenantes de la locura. Galeno describe un alma racional en el cerebro y un alma irracional en el corazón o hígado.

En la Baja Edad Media, el loco es el resultado de la brujería y se hacen exorcismos para desposeer al diablo del cuerpo.

Sergio García psicólogo
El psicólogo Sergio García Soriano/Foto cedida

En la Alta Edad Media nace el enfoque médico y  se piensa que extirpando la piedra de la locura del cerebro surgirá la cura, por lo que comienzan las operaciones quirúrgicas sistemáticas.

El Renacimiento trae un pensamiento más humanista y se acaban los exorcismos y las trepanaciones dando lugar al alejamiento de los locos del espacio público y de las ciudades, siendo un método fletar barcos o navíos repletos de “locos” sin timón o personas recluidas en el campo sin contacto con la civilización. También aparece el primer hospital para locos en Inglaterra.

En la Edad Moderna, siglos XVI y XVII, los “locos” pasan a ser integrados en los hospitales generales o prisiones debiendo compartir el espacio con prostitutas, delincuentes o borrachos…

La Ilustración, en el siglo XVIII, piensa que su origen es la herencia y las presiones ambientales y para someterles a la norma imperante usan camisas de fuerza o “duchas heladas”.

En el siglo XX y XXI aparecen y se desarrollan los psicofármacos, la psicoterapia y la lucha contra la estigmatización viendo que una adecuada integración social permite a la persona una vida saludable. Se delimita científicamente el trastorno mental con el DSM y las investigaciones científicas necesarias.

En la actualidad, se quiere visibilizar estos padecimientos dentro de un proceso coyuntural que puede surgir en cada uno de nosotros y diferentes personajes públicos del mundo del arte o de la ciencia han salido a exponer en los medios de comunicación cómo han resuelto su “problemática emocional”.

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