Nuevos biomarcadores y el desarrollo de fármacos con anticuerpos monoclonales e inhibidores están revolucionando el tratamiento mieloma múltiple, un tipo de cáncer de médula ósea producido por una degeneración del ADN de las células plasmáticas. Tema de fondo en el Congreso de Hematología de Orlando

El doctor Jesús San Miguel, recién nombrado presidente de la Sociedad Internacional del Mieloma y coordinador del Grupo Español del Mieloma (GEM), reconocido experto en este cáncer de la sangre, destacó que tan solo en el último mes se han aprobado tres nuevos fármacos de terapia dirigida y que de otros cuatro o cinco existen ya ensayos clínicos para el tratamiento mieloma múltiple.
“Esto nos hace concebir muchas esperanzas” ante un cáncer prácticamente incurable con una incidencia de cuatro o cinco casos por cada 100.000 habitantes y con una tasa de supervivencia de cinco años en el caso de pacientes mayores, ya que la prevalencia es mayor en varones entre 67 y 70 años.
San Miguel asiste al 57º Congreso de la Sociedad Americana de Hematología (ASH) que reúne hasta el 8 de diciembre en Orlando a más de 20.000 especialistas en hematología que abordan los avances en leucemia, linfoma y mieloma, además de otras enfermedades del sistema inmune.
El experto español, en una entrevista con un grupo de periodistas, resaltó que los nuevos fármacos están dirigidos a todos los perfiles de pacientes: jóvenes y mayores, con enfermedad avanzada, con recaídas o de nuevo diagnóstico, un panorama muy diferente al de hace unos quince años cuando el mieloma solo se trataba con quimioterapia.
“La inmunoterapia va a tener un papel relevante en el mieloma en los próximos años. No hay que olvidar que nuestro sistema inmunológico está programado para eliminar células que se transforman, como las tumorales. Sin embargo, estas células aprenden mecanismos para evadirse de ese control y por eso se trabaja para revertirlos con inmunoterapia activa y pasiva”, apuntó el también director de Medicina Clínica y Traslacional de la Clínica Universidad de Navarra.
Además del desarrollo farmacológico, se ha logrado mayor precisión para evaluar tanto el diagnóstico como la eficacia del tratamiento con las técnicas de enfermedad mínima residual.

“En este campo -indicó-, el GEM ha sido pionero mundial con técnicas de inmunofenotipo (citometría de flujo) y de secuenciación, de gran sensibilidad, que nos permiten detectar una célula tumoral residual entre un millón de células normales”.
En el Congreso de Orlando también se han presentado datos que consolidan la importancia del PET (prueba de medicina nuclear) en la evaluación de la respuesta de los enfermos con mieloma.
“Tenemos la buena noticia de estar uniendo progreso en la terapéutica con progreso en la biología para poder hacer un tratamiento más personalizado. El PET y la enfermedad residual se convierten en biomarcadores de eficacia del tratamiento que nos permiten modificarlo en función de esa enfermedad residual”, señaló.
Las traslocaciones cromosómicas y las mutaciones genéticas, la terapia génica todavía como técnica experimental, suponen otra vía de estudio del GEM, que está integrado por más de cien hospitales españoles.
“Estamos lejos todavía de la medicina personalizada, pero sí dando pasos para poder entender mejor por qué unos enfermos son resistentes a un tipo de tratamiento y no a otro”, manifestó San Miguel.
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