La dieta mediterránea puede ser útil a la hora de adelgazar y es menos propensa al efecto rebote o recuperación rápida de los kilos perdidos. Este es uno de los beneficios para la salud, junto a la prevención de enfermedades cardiovasculares, cognitivas o diabetes. Luis Serra, uno de los investigadores en nutrición más importantes a nivel internacional, habla de esta dieta patrimonio inmaterial de la humanidad

Luis Serra: La dieta mediterránea puede ser útil en la pérdida de peso
Alimentos propios de la dieta mediterránea. EFE
  • 20 de febrero, 2015
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS

Serra, catedrático en Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha participado en las XIX Jornadas de Nutrición Práctica que se celebran en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.

El estudio Predimed, uno de los proyectos de investigación más ambiciosos en el ámbito de la nutrición, refleja que la dieta mediterránea disminuye la prevalencia e incidencia de obesidad ya que tiene un mayor efecto de reducción de la grasa corporal.

El investigador y catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Gran Canaria, Luis Serra, en las jornadas de Nutrición Práctica de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. EFE/ASESegún Luis Serra, hay algunos alimentos integrantes de la dieta mediterránea que, en principio, no se relacionaban con la obesidad, como es el caso del pan blanco, pero ahora sí se ha constatado que un mayor consumo de este tipo de pan  incrementa el perímetro de grasa abdominal.

“La tendencia no es reducir el consumo de pan blanco, sino sustituirlo por integral o integral con cereales”, apunta.

La leche de vaca es otro de los alimentos que más interrogantes provocan por la intolerancia a la lactosa. “No podemos decir que los lácteos son negativos, pero sí que se deben consumir de forma moderada y bajos en grasas”, señala el catedrático.

También las carnes rojas son objeto de discusión recurrente en los foros nutricionales. “Se las ha culpabilizado de muchos males, lo que está claro es que un consumo excesivo tiene efectos indeseables en la salud, como algunos tipos de cáncer, y también es indeseable su impacto en el medio ambiente. Por eso debemos moderar su consumo excesivo”, insiste el experto.

Y es que la dieta mediterránea también contribuye a preservar la salud del planeta. La biodiversidad tiene implicaciones en la seguridad alimentaria.

“Es muy importante conservar el sabor de nuestros alimentos, ya es imposible comprar un albaricoque que sepa a albaricoque. Hemos tendido a homogeneizar el producto en función de su aspecto y conservación, más que de su sabor”, sostiene Luis Serra.

Hábitos alimentarios de los españoles

En las jornadas también intervino Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y director científico del Estudio ENPE patrocinado por la Fundación EROSKI.

Aranceta ha presentado datos preliminares de este estudio tras encuestar a más de 3.100 personas de todas las comunidades autónomas entre abril y septiembre de 2014.

El 29% de las personas entrevistadas presenta algún problema de salud crónico, cada vez más prevalente. La hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y la diabetes son los problemas de salud crónicos que, por orden de mayor incidencia, afectan a más españoles.

Solo un 12% afirma haber incorporado cambios en su dieta habitual como parte del tratamiento o prevención de los problemas asociados, y son las mujeres la que modifican su dieta en mayor medida. Estos cambios consistieron en  reducción de la grasa, el azúcar y la sal, y en menor medida, el tamaño de las raciones.

En esta fase, la investigación revela que la mayoría de los encuestados realiza las tres comidas principales del día, a pesar de que los recomendable son cinco comidas. El 91% de las personas respeta el desayuno, el 99% la comida y el 97% la cena. Sin embargo, el 44% no toma nada a media mañana y el 38% no merienda.

Leche para desayunar y plato caliente para comer

Los alimentos más habituales en el desayuno son la leche, el café y el pan, más del 50% de la población los incluye en su dieta. A media mañana la fruta y el bocadillo son los más usuales. En la merienda, los alimentos más frecuentes son la fruta, la leche, el bocadillo y el café.

Imagen de una familia con un niño y una niña en una mesa de cocina con productos para el desayuno.
Foto cedida IMEO

En cuanto a los hábitos de consumo de la comida, en torno al 80% de la población afirma ingerir un primer y segundo plato caliente acompañados de agua; más del 50% también consume frecuentemente durante la comida, fruta, pan y un primer plato frío.

Casi la mitad de los encuestados ha indicado que dedica menos de 10 minutos al desayuno, el 71% menos de 30 minutos a la comida y un tercio menos de 20 minutos a la cena. El 42% de las personas entrevistadas desayuna solo, sin compañía, y el 20% lo hace en familia. La comida y la cena suele ser en familia, según señalan el 36% y 44% de los encuestados, respectivamente.

Los españoles ven la televisión mientras se alimentan. El 44% lo hace durante el desayuno, el 63% durante la comida y la cifra se eleva al 67% durante la cena.

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