Euforia, liberación, prudencia o miedo marcarán el comienzo de la circulación sin mascarillas en espacios exteriores a partir del 26 de junio. Los psicólogos tienen claro que combatirá la fatiga, pero apuntan a un carrusel de emociones y actitudes en función de las noticias y la personalidad y circunstancias  de cada uno. Los médicos piden cautela y sentido común

Sin mascarillas al aire libre: entre la euforia y el miedo
Ilustración de María González

La medida que entrará en vigor en España este 26 de junio coincide con la amenaza de la variante delta y con el estancamiento de la incidencia acumulada del virus por debajo de 100, riesgo medio.

Las informaciones contradictorias sobre el uso de la mascarilla en las primeras semanas desde el estallido de la pandemia, así como su escasez, provocaron la primavera de 2020 una desconfianza y resistencia que puede volver a repetirse, en esta ocasión por otros motivos, principalmente  por el temor a verse desprotegido.

A la psicóloga forense y sanitaria Timanfaya Hernández le preocupa que pueda haber pasos atrás en las decisiones y en cómo se conduce la información, “porque va a ser muy difícil” manejar los extremos, aquellos que  están eufóricos por quitarsela  y que les costó mucho ponérsela al principio.

La misma dificultad en el manejo psicológico puede darse con los más temerosos, en este caso en sentido contrario, porque suele sucede que ambos grupos intensifican sus conductas en estos escenarios.

Pero para el grueso de la población, la psicóloga entiende y espera que no habrá problemas.

Apunta además Timanfaya al sesgo cognitivo basado puramente en lo emocional que se da en el comportamiento confiado con familiares o amigos  y más receloso ante personas menos conocidas, como si el virus entendiera de parentescos.

Es un sesgo que se ha venido observando durante la pandemia y que puede aumentar con esta nueva medida.

Los médicos piden prudencia

Doctor José Ramón Arribas
El doctor José Ramón Arribas/Foto cedida

Sentido común es lo que pide a la población José Ramón Arribas,jefe de la Sección de Medicina Interna y coordinador de la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

Especialista de referencia en enfermedades infecciosas (Sida, Ébola, Covid..) y presidente de GeSIDA (grupo de estudio del Sida -SEIMC), coordina actualmente uno de los cinco ensayos que se desarrollan en España con la vacuna Janssen para evaluar las posibles bondades o no de una segunda dosis.

En su opinión, las actividades en lugares abiertos y con poco contacto con otras personas siempre han tenido bajo riesgo, “otra cosa es un botellón de más de dos horas y con distancias cortas”.

Por ello apela a la cautela y al sentido común; recuerda que esta pandemia nos ha sorprendio “muchas veces”  y afirma que la variante delta es para “estar preocupados”, y son los jóvenes los que resultan más infectados en este momento.

Finalmente se muestra partidario de acelerar al máximo la aplicación de la segunda dosis de las vacunas que lo requieren, porque se ha comprobado que frente a esta variante  en concreto una sola dosis protege menos.

mascarillas aire libre

Ambiente en la Puerta del Sol de Madrid tras el fin del estado de alarma. EFE/Luca Piergiovanni.

Sin mascarillas al aire libre

Por su parte el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ha llamado a la prudencia y ha solicitado al Ministerio de Sanidad regular de un modo concreto su todavía necesaria utilización con el fin de proteger la salud de las personas, una mayoría aún sin vacunar.

El Consejo recuerda que el uso generalizado de las mascarillas permitió que durante la pandemia pudiéramos seguir viajando en autobús, permanecer en nuestros centros de trabajo o acudir a los mercados y centros comerciales para continuar las indispensables actividades de la vida cotidiana.

“Su generalización representó un verdadero cambio de paradigma, al reducir las tasas de contagio de manera radical”.

Con la llegada de la vacuna, sostienen, se ha promovido inexplicablemente “una euforia sobre el fin de la pandemia que se ha anticipado demasiados meses sobre la realidad objetiva que, a día de hoy, es de lenta y progresiva mejora en la incidencia”

Pero añaden que  “con amenazas reales como la emergencia de la variante delta y otras de importancia, que ensombrecen el futuro al que nos dirigimos, presumiblemente el de la endemización de la infección por el SARS-CoV-2, los retrocesos en el Reino Unido e Israel deberían servirnos de aviso”.

Y recuerdan que en el momento presente la mayor parte de las personas menores de 50 años no han recibido aún su primera dosis, y muchas personas mayores de esa edad aguardan recibir su segunda dosis de vacuna anticovid, por lo que no pueden ser tenidos como inmunes.

“Hemos de recordar que entre los mayores vacunados siempre habrá, aproximadamente, un 5 % no protegido que se puede infectar si el virus aumenta su circulación; que las personas con solo una dosis de vacuna siguen siendo vulnerables, y que entre los menores de 45 años también ha habido muchos casos graves y hospitalizaciones”, añaden.

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FOTO EFE/Biel Aliño

La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria SEMERGEN recomienda, en un comunicado oficial con motivo de esta nueva etapa con las mascarillas, no relajar las medidas de seguridad, y apela a la responsabilidad y la prudencia con una pauta completa de vacunación que no pasa del tercio de la población.

“La pandemia de Covid-19 no acaba el 26 de junio”, advierten.

En la misma línea, los especialistas del grupo HM Hospitales afirman que la mascarilla ha venido para quedarse, con o sin pandemia.

Aunque deje de ser obligatoria al aire libre, este grupo de hospitales considera que hay que llevarla siempre y emplearla cuando sea oportuno, en aglomeraciones o si no es posible respetar al aire libre la distancia de seguridad.

“La mascarilla es un recurso que deberá usarse con sentido común a partir de ahora y cuando finalice la pandemia, seguirá siendo una herramienta con la que contar en ocasiones específicas”, completan.