“Se levantaba de la cama y decía que ya no valía para nada”, contaba a EFEsalud una mujer del estado físico y psicológico de su marido… Hasta que ambos fueron a la consulta de un cardiólogo: la disfunción eréctil se quedó en la camilla y la pareja se fue silbando una canción de amor camino de su dormitorio
Noticiero del Corazón: “Los tres mosqueteros frente a la disfunción eréctil”
La disfunción eréctil (DE) es la incapacidad de obtener y mantener la erección del pene, órgano sexual masculino formado por un tejido esponjoso y vasos sanguíneos.
El pene, conectado al hueso púbico, por encima del escroto, contiene dos cuerpos cavernosos y uno esponjoso que ocupan todo el órgano, normalmente recubierto en su totalidad por el prepucio.
Los cuerpos cavernosos, que atrapan la sangre, están rodeados por una membrana, llamada albugínea, que ayuda a sostener la erección. Cuando estos cuerpos cavernosos se llenan de sangre, durante la excitación, se alcanza la rigidez.
En cambio, si los músculos del pene se contraen para detener el flujo sanguíneo y dirigirlo hacia los canales de salida, la erección se revierte; es decir, se ha llegado al clímax de la excitación.
Este tejido esponjoso no solo contiene músculos lisos y tejidos fibrosos, sino que, además, envuelve el conducto uretral, cuyo orificio externo se localiza en la punta del glande.
La disfunción eréctil se diagnostica cuando es recurrente durante seis meses o cuando el problema de erección acontece una vez cada cuatro encuentros sexuales.
“Pero no debemos preocuparnos demasiado por un gatillazo inoportuno”, destaca el Dr. Carlos Macaya Miguel, catedrático emérito en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense y experto mundial en cardiología intervencionista.

Fármacos contra la disfunción eréctil, buenos para el placer sexual
Según avanza la edad del varón, la disfunción eréctil aparece como un problema varonil en las relaciones de pareja, muchas veces provocando consecuencias de gran calado.
Según diversos estudios epidemiológicos, la disfunción eréctil afecta a casi el 50 % de los hombres entre 40 y 70 años. Alrededor de un 40 % ó 50 % de todos los varones mayores de 50 años sufrirá problemas de erección en algún grado.
En la inmensa mayoría de los casos, la causa principal se localiza en factores orgánicos relacionados con una insuficiente circulación de la sangre en los cuerpos cavernosos del pene. Se altera el endotelio vascular y disminuye el torrente sanguíneo.
“Los varones agotan el mecanismo fisiológico que produce y mantiene la erección, y no solo por la edad, sino que se acentúa por una serie de enfermedades muy prevalentes en nuestra sociedad”, expone el Dr. Macaya desde la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC).
La disfunción eréctil suele aparecer por hipertensión, diabetes, exceso de colesterol LDL en el sistema arterial, alcohol, tabaco, drogas, algunos fármacos y, también, por la depresión.
Los factores psicológicos representan, aproximadamente, un 10% de los casos. El estrés por miedo al fracaso desencadena la influencia negativa en la erección.
“El sistema nervioso estimula la glándula suprarrenal para corregir la situación de la tensión segregando catecolaminas, básicamente adrenalina: se reduce el ritmo cardíaco, lo que disminuye, a su vez, el grosor de las arterias. Se provoca así una vasoconstricción que afecta a los cuerpos cavernosos del pene”, explica el Dr. Macaya.

Medicamentos que facilitan una actvidad sexual placentera, especialmente en pacientes con enfermedad cardiovascular.
Al igual que Athos, Porthos y Aramis, mosqueteros de la Guardia del Rey Luis XIII de Francia, se opusieron en el siglo XVII a los deseos del cardenal Richelieu, que intentaba limitar el poder de la nobleza, Viagra, Cialis y Levitra se encaran a la disfunción eréctil para impedir el arriado de la bandera masculina.
En este sentido, se han desarrollado una serie de moléculas con alta actividad terapéutica que mejoran y potencian la erección.
“Hablamos de los inhibidores de la fosforiesterasa: sildenafilo (Viagra), tadalafilo (Cialis) y vardenafilo (Levitra). Son medicamentos que se toman por vía oral y, dependiendo de la dosis, según la necesidad de cada paciente, se obtiene un mayor o menor efecto en la erección”, indica el cardiólogo.
Viagra se presenta en comprimidos de 25, 50 y 100 miligramos; Cialis con 2,5, 5, 10 y 20 mg; al igual que Levitra (el compuesto de 10 mg se disuelve en la boca). En todos los casos es necesaria la estimulación sexual.
“Todos estos fármacos contra la impotencia ya han pasado a la categoría de medicamentos genéricos; es decir, están a disposición de los pacientes en su farmacia de confianza, más económicos y con los mismos principios activos”, apunta.
“Pero cabe recordar que estos medicamentos sólo se pueden tomar bajo prescripción facultativa, ya que tienen capacidad vasodilatora en el sistema arterial y pueden interaccionar con otros tratamientos farmacológicos”, subraya.
Además, Viagra, Cialis, Levitra, o sus respectivos genéricos, podrían provocar algún efecto deletéreo (dañinio, peligroso o perjudicial) en el individuo, dadas sus patologías diagnosticadas, ocultas o por la simple repercusión en el sistema cardiovascular.
“Si nos atenemos a las enfermedades cardiovasculares, diría que hasta un 95% de los pacientes podrán obtener su receta de medicamentos contra la disfunción eréctil, si fuera su deseo o su necesidad”, asegura el Dr. Macaya.
Los pacientes con patologías cardiovasculares recientes no podrán tomar pastillas contra la disfunción eréctil; al contrario que los casos de hombres rehabilitados tras un infarto, bypass, estent coronario, angina de pecho, etc., y dados de alta por su médico.
“El cardiólog@, por regla general, valorará qué tipo de enfermedad cardiovascular sufre el paciente, entre otras, y, sobre todo el grado de afectación, la severidad, y qué tratamientos concomitantes tiene prescritos”, expone.
El especialista determinará no solo la dosis farmacológica, sino cómo y cuándo tomar la medicina en función de la actividad sexual deseada.
¿Y quién es el cuarto mosquetero?
Todos los hombres queremos tener una erección firme y duradera para sentirnos bien y hacer disfrutar al máximo a nuestra pareja. Pero todos los hombres podemos tener problemas de erección a lo largo de nuestra vida, sobre todo a partir de los cuarenta años de edad.
Yo animo a todos los ciudadanos, en especial a los pacientes cardiovasculares, que son muchos, y que deseen tener una actividad sexual placentera, que acudan a su médico especialista para que les aconseje el medicamento más adecuado para solucionar o facilitar la erección.
D’Artagnan, soldado legendario en la vida real y en la literatura de Alejandro Dumas, seguro que no fue una excepción, ya que falleció en combate en el sitio de Mastricht (Países Bajos) en 1673 cuando contaba unos 60 años de edad y lucía el empleo de capitán-teniente del regimiento de mosqueteros.
La mayoría de los pacientes con enfermedades cardiovasculares sufren, a su vez, disfunción eréctil, ya sea por la edad, su enfermedad o por los tratamientos… Acudan al cardiólogo, nunca se automediquen y no le tengan miedo a los mosqueteros del Rey, están de nuestra parte.
Concluye el Dr. Carlos Macaya Miguel, maestro del intervencionismo cardíaco
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