Nueva Zelanda, país elogiado por su gestión frente a la pandemia de coronavirus, prevé acabar con la cadena de transmisión del virus dentro de sus fronteras para el 15 de junio, lo que le convertiría en uno de los primeros países en lograrlo.

Pero esto no significa que la fecha sea fija, ni tampoco significa haber erradicado el coronavirus permanentemente de Nueva Zelanda, explica a EFE un portavoz del Ministerio de Sanidad.
“Es la seguridad de haber eliminado la cadena de transmisión en nuestra comunidad por al menos 28 días y de que podamos prevenir o contener con efectividad cualquier futuro caso importado del extranjero”, precisó el funcionario.
Hasta la fecha, Nueva Zelanda ha confirmado la infección por la COVID-19 de 1.154 personas, entre ellas 22 fallecidas.
El país oceánico registró su último contagio el 22 de mayo, una persona que tuvo relación con un foco identificado, y cumple hoy su décimo tercer día consecutivo sin nuevos casos del nuevo coronavirus.
El 27 de mayo los médicos dieron el alta al último paciente hospitalizado por la enfermedad y ahora solo queda un enfermo en aislamiento, según el informe de este jueves.
Sin embargo, un portavoz de Sanidad indicó a Efe que toman como referencia el 18 de mayo, cuando el último caso de “infección local por fuente desconocida” terminó su tratamiento.
De continuar así y con la referencia del 18 de mayo, el próximo 15 de junio se cumplirían 28 días del alta del último caso de contagio sin rastrear -detectado el 29 de abril- y podrán afirmar que han erradicado el virus dentro del país.
OMS preocupada por la pandemia en Sudamérica y Centroamérica
Por contra, la epidemia avanza en América donde el ritmo de aumento diario de casos confirmados se sigue acelerando, algo que preocupa especialmente a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Desde hace algunas semanas el número de casos diarios que se registran (en el continente americano) es más alto que en todo el resto del mundo”, indicó en una conferencia de prensa virtual el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La tendencia es opuesta en Europa, donde el pasado martes se reportó el número el número más bajo de casos desde el 22 de marzo, agregó Tedros.
El director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, detalló por su parte la situación en Latinoamérica, elogiando primero la forma en que “los países pequeños y del Caribe han logrado contener el virus”, con la excepción de Haití, cuya situación se considera grave por la fragilidad del país y porque el virus se ha propagado en grupos vulnerables.
De Sudamérica, el experto dijo que resulta inquietante la intensidad con la que el virus SARS-CoV-2 se está transmitiendo en el conjunto de la sociedad, muy en particular en Brasil y Perú.
Este miércoles, Brasil registró un récord de 1.349 nuevas muertes por COVID-19 en un único día, con lo que el total de fallecimientos por la pandemia en el gigante latinoamericano se elevó a 32.548, informó el Ministerio de Salud.
El fuerte salto del número de fallecidos en los dos últimos días confirma a Brasil como el cuarto país con mayor número de muertes por la pandemia en el mundo, por detrás de Estados Unidos, Reino Unido e Italia, y lo deja muy cerca del tercer lugar ya que, según los datos de la Universidad Johns Hopkins, las víctimas italianas sumaban hasta hoy 33.601, pero su curva ya es descendente.
Según la citada universidad, el mundo supera este jueves los 6,5 millones de contagios con Estados Unidos, Rusia y Reino Unidos en los primeros puestos; y 386.289 muertes.

México supera los 100.000 casos de coronavirus
México superó este miércoles los 100.000 casos de coronavirus tras reportar la mayor cifra de contagios y muertes diarios, con 3.912 infectados y 1.092 decesos, informaron las autoridades sanitarias del país.
Con los contagios reportados en las últimas 24 horas, el país alcanzó los 101.238 casos acumulados, un 4 % de incremento respecto a los 97.326 reportados la jornada anterior, indicó el director general de Epidemiología, José Luis Alomía en una rueda de prensa.
Los 1.092 fallecimientos, la cifra más alta reportada en una sola jornada, elevaron los decesos a 11.729 desde el inicio de la pandemia, un 10,2 % más que los 10.637 del día anterior, de acuerdo con el reporte técnico diario.
Estados Unidos, leve bajada en las estadísticas diarias
Estados Unidos llegó este miércoles a los 1.849.852 casos confirmados de COVID-19, con 107.099 fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local es de 18.417 nuevos contagios y 919 muertes, lo que supuso una bajada en las estadísticas diarias.
El conteo del martes reveló que 23.144 personas contrajeron la enfermedad entre el lunes y ayer, mientras que 1.177 perdieron la vida.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 374.085 casos confirmados y 30.019 fallecidos, una cifra por debajo de las estadísticas de muertes en Italia y Brasil.
Una bajada de las estadísticas diarias que contrasta con el aumento del riesgo de transmisión de coronavirus dadas las manifestaciones multitudinarias y desórdenes en distintas ciudades de Estados Unidos en protesta por la muerte de un hombre de color asfixiado por la rodilla de un policía durante su detención.
ONU y Cruz Roja piden una “vacuna popular”
La ONU y la Cruz Roja llamaron a los gobiernos y al sector privado a unirse para ofrecer una “vacuna popular” contra el COVID-19, a la que tengan acceso todos los ciudadanos del mundo y, en especial, los más vulnerables.
En un comunicado conjunto, las dos organizaciones defendieron que a medida que se aceleran los esfuerzos para desarrollar herramientas contra el virus, “la solidaridad global debe prevalecer” y “no debe dejarse a nadie atrás”.
Según recordaron, la enfermedad está teniendo un impacto global, pero afecta de forma desproporcionada a grupos e individuos vulnerables.
“Una vacuna popular debería proteger a los ricos en ciudades y a los pobres en comunidades rurales, a los ancianos en residencias y a los jóvenes en campos de refugiados. Un contrato social para una vacuna popular contra el COVID-19 es un imperativo moral”, señalaron.
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