El consenso de un grupo de expertos internacionales ha determinado la definición de la COVID-19 persistente como aquella condición patológica que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente tres meses después del inicio, con síntomas que duran al menos dos meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo

La OMS y La Princesa colaboran en la primera definición de la COVID-19 persistente

Los síntomas comunes de esta covid persistente incluyen, entre otros, fatiga, dificultad para respirar y disfunción cognitiva; síntomas de la enfermedad que tienen con frecuencia un impacto diario en el desarrollo de las funciones vitales, familiares y sociolaborales del paciente.

Estos síntomas pueden ser de nueva aparición después de la  recuperación inicial de un episodio agudo de COVID-19 o persistir desde el diagnóstico de la enfermedad. Los síntomas también pueden fluctuar o recaer con el tiempo.

Los expertos internacionales participantes, liderados por el Dr. Joan B. Soriano, médico epidemiólogo del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid e investigador del CIBERES (Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades  Respiratorias), publican hoy esta definición en The Lancet Infectious Diseases, la revista de mayor impacto en enfermedades infecciosas.

El doctor J.B. Soriano/ fotografía de David Talles

Esta definición es fruto de un proceso Delphi, dirigido desde Ginebra por el Comité COVID-19 de la OMS, en el que han  participado 265 pacientes, sus cuidadores y especialistas de este nuevo trastorno que se estima que puede afectar hasta un 16% de las personas que superaron la COVID-19 aguda.

El método Delphi es una técnica de comunicación estructurada, desarrollada como método sistemático e interactivo de consenso, combinando las opiniones de l@s pacientes, sus clínicos, científicos básicos, gestores y otros expertos. En casos precedentes, Delphi se usó para obtener las primeras definiciones de enfermedades como el SIDA o el Síndrome post-UCI.

“Consensuar una primera definición en la COVID-19 proporciona una base para los estudios clínicos y ensayos en curso, y una mejor exploración de sus mecanismos, factores de riesgo y terapias”, dice el Dr. Joan B. Soriano.

“No obstante, es probable que los umbrales de tiempo y las agrupaciones de síntomas evolucionen a medida que aumente tanto el conocimiento sobre esta nueva enfermedad como el análisis de sus secuelas”, añade.

Para el Dr. Soriano “es una definición demasiado larga como descripción, y quizá debamos aportar otra para l@s niñ@s, pero es un primer paso en la buena dirección”.

“Ha sido un auténtico privilegio poder participar durante meses en el desarrollo de esta iniciativa en Ginebra, que incluía a pacientes, sus representantes y cuidadores, además de muchos colegas de Atención Primaria y de otras especialidades de España y otros 50 países”, subraya.

COVID-19 persistente, en el ojo clínico mundial

Para Silvia Guerrero, paciente con COVID-19 persistente, coordinadora del grupo de investigación Long Covid ACTS y una de las afectadas que participó en las encuestas del método Delphi, considera que “la enfermedad Long Covid -covid persistente- ha movilizado a pacientes en todo el mundo para impulsar el  reconocimiento e investigación participativa de esta nueva entidad. La OMS ha reconocido la importancia de la participación de l@s pacientes y ha recomendado potenciar estas sinergias”.

“Como pacientes -destaca- hemos participado activamente en la elaboración del consenso Delphi del que se ha derivado este artículo. Nos congratulamos de los avances que se han realizado en la definición de la enfermedad, a pesar de no coincidir completamente en la terminología, considerando que sería más ajustado la denominación ‘Long Covid‘. Aún así, esta primera definición era indispensable para el avance en el conocimiento de esta nueva entidad”.

Dra. Pilar Rodríguez Ledo-AsomegaLa Dra. Pilar Rodríguez-Ledo, médica de Atención Primaria de la ciudad de Lugo (España), otra de las participantes en el panel de expert@s de la OMS y coautora de la guía de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) de COVID-19 persistente junto con otras 52 sociedades científicas y médicas, ofrece su razonamiento sobre esta definición:

“Estamos asistiendo a un hecho inédito, fruto de un reto más de esta pandemia: la necesidad de consensuar la definición de una patología emergente, que precisa de la colaboración de todos aquellos que estamos implicados en su atención y que, a falta de evidencias, debe recurrir a este consenso Delphi para estandarizar unos mínimos que nos permitan avanzar en la asistencia prestada y en la tan necesaria investigación”.

“La definición de la COVID-19 persistente es un buen reflejo de una actuación basada en el consenso, la colaboración y la  atención compartida que deben constituir las bases del abordaje de esta entidad, caminando  juntos, afectados y profesionales, con el mismo objetivo de avanzar en pro de generar y difundir  el conocimiento”, completa la doctora Rodríguez Ledo, recientemente premiada con el XXII Premio Nóvoa Santos de Asomega.

Consulta COVID-19 persistente con 700 pacientes en La Princesa

El servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa, dirigido por el Dr. Julio Ancochea Bermúdez, consciente de las secuelas que la COVID-19 ocasiona, cuenta desde el mes de junio del año 2020 con una consulta denominada Consulta Post-COVID, en la que se realiza el  seguimiento periódico de más de 700 pacientes con secuelas de la enfermedad.

Estos  pacientes habían estado ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos o en la Unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI) y tuvieron que ser dados de alta con pauta de  oxigenoterapia respiratoria domiciliaria. Puede decirse que el 30% de ell@s presentan COVID-19  persistente.