Si la madre del cómico Luis Piedrahita ponía el grito en el cielo con “¡ni consola ni consolo!”, la campaña #NiBikiniNiBikino busca demostrar que no hay excusas para no disfrutar este verano. La psicóloga y colaboradora del blog Cómete el Mundo, María Sopeña, nos cuenta los riesgos que entrañan para la salud las dietas milagrosas que se repiten año tras año y señala lo importante que es no querer llegar a nuestro ideal en un corto plazo de tiempo. Este verano, ni operación bikini, ni operación bikino

“No hay excusas para no ser feliz y comerte todas las mentiras: las dietas son una excusa, el bikini es una excusa”. Así se presenta el movimiento #NiBikiniNBikino iniciado en el radio blog de trastornos alimentarios de Manuel Antolín, Cómete el Mundo. La iniciativa busca luchar contra la obsesión por adelgazar rápidamente y perder esos “kilos de más” con el fin de alcanzar un cuerpo ideal antes de ponerse el bikini.
¿Preparar el cuerpo para mostrarlo durante el verano? La psicóloga especialista en trastornos alimentarios María Sopeña relata cómo con el calor aumenta el miedo a mostrar el cuerpo. “Hay mucha gente que no va a la playa o que va con camisetas y pareos, y son chicas con un peso normal que en la playa se sienten muy inseguras”, apunta.
Asimismo, insiste en que el mensaje está dirigido a todos los públicos y no es exclusivo de las personas con trastornos de conducta alimentaria (TCA). “En verano estamos todos muy sensibilizados: es la temporada alta de la exposición física y de las dietas”. Con el calor, surge la idea de “tener que estar a la altura”, es decir, “tienes que tener buen cuerpo para ir a la playa”.
Aparece entonces la discrepancia entre el “yo percibido” y el “yo ideal” que aspiras a mostrar, lo que conlleva a su vez más comparaciones con otras chicas, con los cánones de belleza o con tu propio ideal. Sin embargo, María recalca que la relación con el calor no es directa causa-efecto, sino mediadora debido a la propia exposición.
Riesgos para llegar al ideal físico
Con el verano llegan las prisas por corregir los hábitos erróneos en un corto plazo de tiempo y es frecuente recurrir a dietas milagrosas que prometen perder varios kilos en pocos días. María Sopeña subraya los efectos psicológicos de estas dietas y explica cómo debemos priorizar los objetivos a largo plazo frente a los periodos cortos no sostenibles en el tiempo.

“A veces hacemos una dieta de tres días de comer melón y, como hemos dejado de comer o hemos comido a deshoras, hemos perdido peso. Pero no quiere decir que podamos mantenerlo”. La psicóloga señala la falta de información sobre las dietas que realmente funcionan. “Lo importante son los hábitos saludables que se puedan mantener a lo largo del tiempo”.
Si los hábitos no se mantienen, la condena de hacer dieta se va a repetir año tras año. “Con una dieta detox podemos encontrarnos en el mismo punto todos los veranos haciendo la misma dieta”, explica María. El objetivo es plantear un cambio, una revolución en la que no haya vuelta atrás para que no tengas que volver a perder los mismos 5 kilos del año pasado.
No se trata de encontrar la dieta “buena” que va a causar efecto en ti, no es decir me pongo a partir del lunes, es un cambio de paradigma, cambiar la mentalidad. “No hay que pensar a corto plazo, no hay que pensar en esos 5 kilos para ponerse el bikini, sino en estar bien y ser feliz”, insiste la psicóloga.
Consejos para sentirte libre
“Es importante la exposición para perder el miedo. Hay que hacer las cosas y ver que no hay consecuencias”. En verano, ponernos un bikini y comprobar que nadie nos va a decir nada sería la mejor medida según la especialista. Como ella misma asevera, nosotros somos nuestro peor juez. “Yo recomendaría que hicieran la prueba y vieran todo lo que tienen que ganar para estar tranquilos y ser felices”.
El verano se trata de estar de vacaciones. El bikini no es más que una prenda para disfrutar y no para estar sufriendo pensando que no estás a la altura, tal y como afirma María Sopeña. “Lo importante no es no ir a la playa por cómo te ves, sino ser feliz y aceptarte”.
Sensibilizados con los trastornos alimentarios
“Es innegable que la operación bikini afecta a todos, pero la población con TCA es nuestra población objetivo. Al final somos profesionales que nos dedicamos a esto”. La psicóloga informa de que, aunque sólo un 5% de la población tiene un trastorno de alimentación de acuerdo con sus criterios diagnósticos, hasta un 20% desarrolla formas un poco más leves del trastorno, y un 70% de las mujeres está muy insatisfecha con su cuerpo.

María explica cómo es fácil hacer la falsa asociación entre felicidad y delgadez. “Todos podemos pensar que siendo más delgados seremos más felices”. Cuando se desarrolla un trastorno de alimentación, se da así una solución mala a un problema con las herramientas de las que se dispone (dejando de comer, vomitando, intentando ser perfecta, intentando controlar cosas del entorno…).
La psicóloga recalca que esas son sólo las manifestaciones visibles del problema, pero que las causas son otras y que son las que hay que trabajar en terapia. Y una de ellas es el querer ser feliz y cómo hacerlo. “Porque tener un trastorno de alimentación y ser feliz es incompatible”.
Esta experta refiere una técnica empleada en terapia de TCA llamada “la Bella y la Bestia”. “Se llama así porque la chica cree que si no es la más guapa del grupo, no es guapa”. Por la misma regla de tres, María se cuestiona si el compararnos con la gente que vemos, o incluso con algunos modelos, nos hace feos. “¡No!”, exclama la especialista. “Es importante pensar que el mundo no siempre es como nosotros pensamos, sino que lo vemos de manera distorsionada y a veces nos hace daño”, alega explicando que se trata de una creencia distorsionada.
“Al final, no podemos decir que la sociedad es la causa de los trastornos, pero es el entorno en el que vivimos y parece que nos tenemos que inmunizar a él”, concluye la psicóloga especialista en TCA. Desde #NiBikiniNiBikino piden que se empiecen a cambiar los mensajes que se difunden y perpetúan el problema para construir poco a poco una sociedad menos presionada, y más feliz y sana.
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