Para la doctora Carmen Sala Salmerón, tocoginecóloga, “la perimenopausia es la transición que experimenta una mujer desde las postrimerías de su época fértil hasta la menopausia o cese total de la función ovárica; clínicamente, cuando lleva doce meses completos sin la regla”
Perimenopausia: pacto transicional en el derecho de la mujer
“Es un periodo que suele durar entre dos y cinco años y viene caracterizado por una serie de manifestaciones endocrinas, biológicas y clínicas, como puedan ser los sofocos, el insomnio, la irritabilidad o el mal carácter”, destaca la experta en calidad de vida de la mujer de la Clínica Gine-3 de Barcelona.
Nos encontramos con una etapa transicional donde las mujeres necesitan explicaciones detalladas de lo que les está sucediendo por dentro y por fuera.
“Hay que hablar y hablar con ellas de manera individualizada. Debemos asesorarlas, aconsejarlas y ofrecerles tratamientos, cuando sea preciso, y sin juzgarlas. No solo podemos decir la típica frase… Son cosas normales de mujeres… No, no son cosas normales de las mujeres; hay que tratarlas convenientemente“, opina la galena catalana.
Aunque las mujeres tengan la buena costumbre de acudir a su cita ginecológica rutinaria, durante esta transición perimenopáusica, donde acontecen trastornos inesperados, es necesario que ellas acudan más pronto que tarde a su ginecólog@ de confianza.
“Si vuestro cuerpo no funciona con regularidad, no esperéis a que los síntomas desaparezcan por sí solos o se transformen en algo ordinario”, aconseja la médica especialista en suelo pélvico.
¿Hablamos de la perimenopausia?
Una mujer tiene su primera regla -menarquia- hacia los doce años y tiene su última regla hacia los cincuenta. Los síntomas de la perimenopausia harán acto de presencia, en la inmensa mayoría de los casos, durante el declive paulatino de la función ovárica durante los últimos años de su fertilidad.
A nivel biológico y endocrino, resultan implicados su sistema genital y reproductivo: “Es una especie de ‘biofeedback‘ de toma y daca entre la hipófisis y los ovarios”, apunta.
Ante esta situación irregular, la hipófisis o glándula pituitaria, localizada debajo del cerebro, encargada de producir la hormona foliculoestimulante (FSH) para estimular el desarrollo de los óvulos y controlar el ciclo menstrual, provoca un aumento hormonal, “pero la respuesta del ovario es irregular y cada vez más débil”, señala.
Nos enfrentamos a un círculo vicioso. Serán los niveles de estrógenos y progesterona -hormonas producidas por los ovarios- los causantes de los desequilibrios.
“Tendrás la regla cada dos o tres meses… y te cansarás de las pruebas de fertilidad –test predictor-; o estarás hasta el moño de padecer la regla cada quince días; o tu regla es muy, muy abundante, incluso con coágulos; o te durarán al menos siete días”, relaciona la Dra. Carmen Sala.
El conjunto de síntomas resultarán más o menos pronunciados en la perimenopausia de cada mujer:
- Disparidad de ciclos menstruales.
- Calor repentino en la parte superior del pecho y la cara -sofocos-.
- Sudores nocturnos, con fatiga e irritabilidad.
- Alteración de los estados de ánimo.
- Disminución del deseo sexual -libido-.
“El mal carácter no debo incluirlo en esta serie, aunque este síntoma subjetivo me lo comenten las mujeres de forma habitual en la consulta”.
Expone la Dra. Sala
Hay un porcentaje de mujeres que no evidenciarán síntomas y otras tantas que podrán sufrir, a largo plazo, osteoporosis por déficit hormonal, más aún cuando se establecen las temidas menopausia y posmenopausia.
En cualquier caso, las manifestaciones clínicas serán secundarias a la falta de hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona).

También hay mujeres que desean tener hij@s en su fase de perimenopausia
“Algunas me preguntan si aún pueden quedarse embarazadas al tener su regla cada tres meses y les respondo que sí, aunque, estadísticamente, sea muy pocos los casos. No se puede descartar el embarazo durante la perimenopausia“, aclara.
“Además, las asesoro sin aconsejar o juzgar sobre su tasa de fertilidad; y, una que vez que se quedan embarazadas, les recuerdo ciertos riesgos de cromosomopatías, de enfermedades coadyuvantes, como la hipertensión y la diabetes, o las posibilidades elevadas de abortos espontáneos”, enfatiza.
Las informa de tú a tú sobre los anticonceptivos más adecuados a sus circunstancias vitales.
“Anticonceptivos orales, si no son fumadoras o carecen de riesgo de tromboembolismo congénito. Un sistema intrauterino (como el DIU Mirena levonorgestrel, ideal y que yo siempre recomiendo), o los POP (píldoras de progestágeno), con los que suprimirán la regla y obtendrán seguridad”, plantea la ginecóloga.
Diagnóstico y tratamiento de la transición perimenopáusica
Las mujeres con síntomas en fase perimenopáusica deben consultar lo antes posible con el fin de analizar su estado de salud ginecológica y determinar todos aquellos aspectos descritos u otros factores externos que puedan estar interfiriendo en su transición saludable hacia la menopausia.
“En el ovario se pueden formar quistes benignos funcionales (cistoadenomas, endometriomas -tejido endometrial-, dermoides -teratoma maduro-). Y en la base del ovario comprobamos el número de folículos primordiales subsistentes -primer estadio de desarrollo folicular-, un dato que nos indicará la cantidad de ciclos de fertilidad que le quedan a la mujer”.
“En el endometrio podremos descubrir miomas (submucosos, intramurales y subserosos), pólipos (crecimientos adheridos al endometrio) o hiperplasias endometriales (proliferación excesiva de células de la pared interior del útero con hasta cuatro tipologías que generan sangrado vaginal anormal y pudieran derivar en cáncer de endometrio).
Dra. Carmen Sala Salmerón
Descartadas las múltiples patologías acosadoras, interesa mucho realizar una prueba de la determinación hormonal (FSH, LH, estradiol -la forma más importante del estrógeno-, progesterona, antimulleriana o AMH, prolactina y TSH -tiroides-) tanto para estudiar sus desequilibrios e interacciones como para ofrecer el mejor tratamiento posible.
“Es fundamental aplicar un tratamiento individualizado, que dependerá de la mujer, de sus características y de la sintomatología clínica analizada”.
Especifica la Dra. Sala
“Por ejemplo, si detectamos carencia de la hormona progesterona, habrá que pautar progesterona, que podrá ser prescrita en ciclos durante quince días al mes o en ciclos de 28 días”, detalla.
“Inclusive, detectaríamos en una persona más o menos joven (42, 43 ó 44 años) que su transición perimenopáusica ha coincidido con un fallo ovárico, es decir, que no le funciona nada”, completa.
“En fases tempranas, antes de los cincuenta y dos años, habrá que introducir un tratamiento hormonal sustitutivo, ya que en ocasiones contadas las terapias serán quirúrgicas, a pesar de que hoy en día tengamos procedimientos mínimamente invasivos.
“Con todo, y es ahí donde incido siempre, lo importante es hablar con argumentos y sensibilidad, ya que un tanto por ciento de las mujeres acuden asustadas a la consulta, con miedo. Piensan que todos estos trastornos, con reglas abundantes en muchos casos, son sinónimos de algo malo”.
“Más allá del diagnóstico y el tratamiento, es fundamental transmitir a las mujeres que ni están enfermas ni tienen un cáncer”.
“El índice de miedo de las mujeres es alto y, como ginecólog@s, debemos ofrecerles seguridad y tranquilidad respecto a su salud, que no están sufriendo proceso maligno alguno durante la perimenopausia”.
Concluye la Dra. Carmen Sala Salmerón, médica, obstetra, ginecóloga, experta en suelo pélvico y especialista en calidad de vida de la mujer.
SEGUNDA PARTE: “Diagnóstico y tratamiento de la perimenopausia“
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