¿Es el único destino para las mujeres que nos marchitemos sin oponer resistencia al paso del tiempo, dejando que nuestro cuerpo, nuestra mente o nuestra naturaleza más íntima dejen de luchar por mantener el esplendor de la juventud?, se cuestiona en un artículo de opinión la doctora Manuela Gómez Pérez, miembro de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC).

“Durante décadas las mujeres han vivido enganchadas a la sombra de la decepción al ver cómo sus cuerpos, sus genitales o su sexualidad cambiaban por el inexorable paso del tiempo y también por el mero hecho de ser parejas, madres o amantes… comienza a escribir en su reflexión.
Lo cierto es que, estando diseñados para ello, pese a su almohadillado específico, mucosas que le confieren especial resistencia a la fricción de larga duración, así como secreciones que garantizan la hidratación por dentro y por fuera, como si de un Rolls&Royce clásico con tapicería de cuero y napa se tratara, el paso de los años daña el tejido de sostén, pierde firmeza, elasticidad y resistencia a la vez que se alteran sus defensas naturales.
Sin embargo, para unas cuantas apasionadas a las que nos obsesionaba el concepto de envejecer sin oponer resistencia, dejando que todo aquello que nos importa se marchite (cuerpo, mente y por último, lo más íntimo), no era una opción.
Los médicos y médicas antiaging, como se nos conoce, o expert@s en medicina estética avanzada, en nuestra inquietud de saber y ampliar conocimientos empezamos entonces a flirtear con la idea de que aquello que cura por fuera también podría curarnos por dentro. Y al fantasear con la idea y profundizar en el conocimiento de la luz llegamos a la conclusión de que había algo irrefutable, un hecho ineludible… la luz cura.
Y con ese poder nos alzamos para atender las necesidades de esa mujer moderna, inquieta, profesional, amiga, amante, pareja y madre que no se resigna a que todo llegue como si nada… y se marchite.
Y todos y todas conocemos los innumerables usos que la luz en sus distintas gamas y longitudes de onda tienen en medicina y en otros campos.
Y por lo tanto, el uso del láser en medicina estética avanzada y antiaging cobra relevancia empezando por la piel y ahora lo hace en nuestro lado más íntimo (nuestro sexo) devolviéndonos aquello que nunca debimos perder….tono, firmeza y juventud.
Y dijo Dios: ‘Hágase la luz’… y la luz se hizo y vio Dios que era buena y separó la luz de las tinieblas… Bienvenida mujer a la nueva era, a la era de La Luz“.
Y entonces cierra los ojos la doctora Manuela Gómez Pérez antes de dirigirse hacia el sol madrugador, donde un nuevo y esplendoroso día abraza tiernamente a l@s que se aventuran a sentir la pasión infinita por la vida.
Los tratamientos con láser han supuesto un antes y un después en la mejora de la salud y la calidad de vida de las mujeres
Entre las terapias más demandadas se encuentra el rejuvenecimiento genital y/o el tensado vaginal con láser. Consiste en inducir un estímulo de luz que incrementa la producción de colágeno generando un efecto estiramiento (“lifting”) o de aumento de firmeza en los tejidos de la vulva y la vagina.
Al mismo tiempo, mejoran las secreciones de la mucosa vaginal, consiguiendo un aumento de la lubricación y de las defensas naturales. Si esta técnica la asociamos a otras terapias de medicina regenerativa el resultado que se obtiene nos hará disfrutar de una mucosa fresca y reforzada.
Además, se mejoran tanto la salud femenina general, gracias a la disminución del síndrome genitourinario (SGM) y las infecciones urinarias o ITUs de repetición, como el incremento de la satisfacción en las relaciones sexuales con nuestra pareja o al complacer a la soledad con el tacto más sensual de nuestra intimidad.
Otro de los tratamientos estrella ayuda a las mujeres que quedaron incontinentes tras los partos o durante la menopausia.
“Con su efecto térmico a gran profundidad, la luz láser contribuye a aumentar el tono de la musculatura en la región del triángulo urogenital, haciendo que su musculatura se compacte y vuelva a ejercer su función, pero aún más tonificada”, explica la doctora Manuela Gómez Pérez.
“Y por ende, acaba con la temible incontinencia de esfuerzo al toser, reír, estornudar o al iniciar una carrera -añade-. Vuelve a sentirte una mujer segura y confiada, dejando atrás las compresas para las pérdidas de orina.
El consejo de Manuela: “Mujer, no practiques deportes de impacto o de saltos reiterativos a partir de la cuarta década de la vida, ya que, pese a que nos ayudan a liberar endorfinas y a desestresarnos, afectan de forma negativa a la salud de nuestra musculatura pélvica, favoreciendo la incontinencia y los prolapsos genitales.
Sustitúyelos por ejercicios hipopresivos, aquagym, aquafitness, pilates y yoga, prácticas deportivas que fortalecen la musculatura pélvica, desde el interior, y los abdominales mejorando la flexibilidad articular al tiempo que calman nuestra mente y aumenta nuestra tolerancia al ser y al estar”.
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