El porcentaje de mujeres que deciden preservar la fertilidad tras ser diagnosticadas de cáncer de mama se sitúa entre el 12 y el 25%, según recogen distintos estudios. Un porcentaje bajo en el que influyen factores como la desinformación de la paciente y también su miedo a que el embarazo pueda repercutir en la enfermedad

Preservar la fertilidad con cáncer de mama, infórmate
Infografía elaborada por Efesalud
  • 8 de abril, 2019
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS

La incidencia del cáncer de mama en mujeres jóvenes va en aumento, asegura la doctora Amparo Ruíz, jefa clínica de Oncología Médica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), quien sitúa en 20 % el porcentaje de mujeres menores de 40 años afectadas por este tumor.

Por esa razón, preservar la fertilidad para poder ser madre una vez superada la enfermedad cada día cobra mayor importancia.

“Es fundamental que sepan que no pasa nada por someterse a las distintas técnicas y que este proceso no va a empeorar el pronóstico de la enfermedad, además de poder desarrollar un embarazo normal”, asegura la especialista en una entrevista con EFEsalud.

Un tema que también fue el protagonista de su conferencia en el Simposio Internacional del Grupo de Investigación de Cáncer de Mama (GEICAM), celebrado en Toledo a finales de marzo.

El miedo a una posible recaída o a que afecte de alguna forma al embarazo planea en las mujeres jóvenes recién diagnosticadas que suelen mostrar prisa por empezar cuanto antes el tratamiento contra el cáncer dejando a un lado las opciones de preservación de la fertilidad.

“Ellas tienen miedo a que ese proceso influya en la enfermedad y a que el niño herede” las mutaciones genéticas que predisponen al cáncer, comenta la doctora.

Pero solo aquellas que son portadoras de la mutación de los genes BRCA1 y BRCA2 pueden transmitirla en un 50% de posibilidades a sus hijos.

“En esos casos se puede hacer un diagnóstico genético pre-implantacional y seleccionar el embrión que no tenga la mutación. Pero no todo el mundo está informado y muestran cierto temor”, apostilla.

El oncólogo, el punto de partida

Es importante que sea el oncólogo quien proporcione a la paciente la información sobre las opciones para preservar la fertilidad una vez que haya sido diagnosticada y antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento.

“Lo que frena todo es la falta de información, el oncólogo que es quien debe dar la información”, asegura la doctora.

Amparo Ruíz señala que un 30-40 % de los oncólogos consultados en distintos congresos de oncología a nivel europeo ni habían consultado guías de cáncer de mama gestacional, ni tenían claro hasta que punto podía ser perjudiciales las distintas técnicas de preservación de la fertilidad.

Las técnicas de preservación de la fertilidad

Criopreservación de ovocitos y de embriones son dos de las técnicas más recomendables para las mujeres jóvenes con cáncer de mama.

“Antes, las dos técnicas requerían una estimulación que se hacía con estrógenos y que al ser hormonal podía tener peligro. Pero hoy en día se utiliza el letrozol, un medicamento que pertenece a los inhibidores de la aromatasa”, explica la doctora. Un principio activo que se emplea para el tratamiento del cáncer de mama hormonalmente sensible después de cirugía.

“Con letrozol los picos de estrógeno que se obtienen son como un ciclo ovárico normal y eso hace que no haya riesgo de recaída”, asegura la experta.

fertilidad con cáncer de mama
Óvulo. Fotografía de Quirón Salud

Respecto a la preservación de embriones, el problema es el futuro de ese embrión . Hay casos que al final deciden no tener hijos, que se producen separaciones de la pareja y el embrión es de los dos o en el caso de que uno de ellos muriera…cuestiones de índole ética.

Registro de GEICAM

Todas estas situaciones ha llevado al Grupo de Investigación de Cáncer de Mama (GEICAM) a crear un registro de mujeres jóvenes con cáncer de mama con los hospitales para así poder conocer las diferentes situaciones.

El registro va a recoger de forma retrospectiva, a partir de 2010, datos hospitalarios de mujeres con cáncer de mama gestacional, que se refiere a las diagnosticadas durante el embarazo, durante la lactancia o hasta un año después del parto, y sobre las técnicas de preservación de la fertilidad.

“El objetivo es saber cuántas pacientes están o han estado en esa situación, que supone para ellas, si implica algo en la enfermedad…todo lo tenemos que saber”, apunta Amparo Ruíz quien asegura que GEICAM no solo aborda estudios clínicos con fármacos contra el cáncer de mama, sino también epidemiológicos sobre los efectos de la alimentación o ejercicio de las mujeres con cáncer de mama.

“Muchas mujeres dejan a un lado la maternidad anteponiendo la enfermedad, aunque es cierto que cuanto más jóvenes, el deseo de ser madres es mayor”, concluye la oncóloga.