La terapia celular CAR T, aquella que transforma los linfocitos T del paciente para que luchen contra las células tumorales, está consiguiendo tasas destacadas de supervivencia en determinados tipos de leucemia y linfoma pero todavía se enfrenta a retos como mejor la eficacia, reducir la toxicidad o implantar su administración

Las CAR T (Chimeric Antigen Receptor T-Cells) fue uno de los principales temas tratados en la IV Jornadas de Periodistas “Avanzando en el cuidado del paciente hematológico” que la Sociedad Española de Hematología (SEHH) ha celebrado en Alicante.
Esta estrategia terapéutica se basa en extraer los linfocitos T del paciente, células del sistema inmunológico, y tratarlos para potenciar y extender su acción de forma precisa contra la célula tumoral y no contra el resto.
El presidente de la SEHH, Ramón García Sanz, ha considerado que esta terapia innovadora que, según datos globales, puede llegar a hasta un 50 % de supervivencia en casos que no respondían a otros tratamientos, supone algo “completamente rompedor”.
Pero ha pedido mesura tanto a los medios de comunicación como a los propios profesionales de la Medicina: “Los milagros no existen, y un año después no somos capaces de implantarlo al cien por cien, además de los miedos respecto a la sostenibilidad del sistema. Hay que ser optimistas, pero con calma. No podemos ir demasiado deprisa”.
García Sanz se ha referido a noviembre de 2018 cuando el Ministerio de Sanidad presentó un plan estratégico para el acceso equitativo a esta terapia celular representada hasta ahora por dos medicamentos comerciales (de Novartis y Gilead) incluidos en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud y dirigidos a tratar la leucemia linfoblástica aguda de células B y el linfoma B difuso de célula grande.
Además, Sanidad designó diez centros hospitalarios para transfundir esta terapia a los pacientes.
El reto de la implantación
Sin embargo, hasta el momento se han presentado unas cien peticiones para recibir la terapia comercial CAR T, una cifra por debajo de los 900 pacientes candidatos.
De las cien peticiones para recibir estos CAR T comerciales, 35 son de pacientes ya tratados, otro tercio está pendiente de tramitación y el resto son pacientes que tras haber recibido la autorización han recaído o fallecido sin haber llegado a acceder a la terapia, ha explicado el hematólogo.
Este desajuste entre los 900 pacientes candidatos (800 de linfoma y 100 de leucemia) y solo cien peticiones podría deberse a la falta de petición del fármaco por parte de los médicos que, por desconocimiento o desconcierto ante los trámites, siguen recurriendo a otras alternativas terapéuticas más convencionales o a los ensayos clínicos en marcha.
“Hay una curva de aprendizaje hasta que un sistema queda implantado. Hace falta más formación en los hematólogos prescriptores” para recurrir a la terapia CAR T, ha considerado el presidente de la SEHH.

Los retos de reducir la toxicidad y aumentar la eficacia
Otro de los retos de esta terapia celular es conseguir que respondan casos de mal pronóstico y, según estimaciones globales, la tasa de respuesta se sitúa entre el 40 y el 50 % de curaciones.
García Sanz ha explicado que uno de los principales retos es aumentar ese porcentaje de eficacia, conocer la capacidad de respuesta de cada paciente y evitar las recaídas.
Además, la investigación ya trabaja para extender las CAR T a otras indicaciones, como otros tipos de linfoma y leucemia, al mieloma múltiple o a determinados tumores sólidos.
Reducir la toxicidad que producen este tratamiento con CAR T es otro de los retos.
La proliferación de linfocitos produce unas sustancias tóxicas para el paciente, un proceso llamado síndrome de liberación de citocinas, además, otra de las consecuencias es que puede afectar al sistema nervioso, dos situaciones que cuentan con tratamientos sintomáticos.
Por eso uno de los desafíos es reducir anticipadamente la toxicidad sin restar eficacia al tratamiento.
La terapia CAR T es un tratamiento innovador y complejo que supone un desafío de producción, de manejo clínico y de gestión para garantizar un acceso equitativo y sostenible para el Sistema Nacional de Salud, según puso de relieve el presidente de los hematólogos españoles.
Debe estar conectado para enviar un comentario.