¿Cuándo acudir a urgencias con los niños? Esta es la pregunta que se formulan expertos en pediatría del blog “Salud y prevención” en un nuevo post, en el que ofrecen también las respuestas

Riesgo de acudir tarde a urgencias con niños: empeoramiento del cuadro médico
Blesa apostará por defender el modelo pediátrico español, en el que los niños y adolescentes son atendidos por pediatras en cualquier nivel asistencial.

Desde siempre el verano es una época más tranquila en cuanto a la asistencia de Urgencias pediátricas se refiere. La disminución del contacto escolar y la estacionalidad de las infecciones, relacionadas con el clima, condicionan que sea un tiempo con menor carga asistencial. No obstante, y ante la duda, no hay que dejar de acudir con los menores a Urgencias.

Así lo subraya el doctor Fernando Cabañas, Jefe de Departamento de Pediatría y Neonatología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y del Hospital Quirónsalud San José (Madrid), quien de hecho lamenta que durante el periodo de confinamiento las Urgencias han disminuido por que los niños han estado recluidos en casa, de forma que  la incidencia de infecciones de cualquier tipo ha disminuido, y por el temor de los padres de contraer la infección por la COVID-19 si acudían al hospital.

“Todo ello ha hecho que la petición de asistencia en algunas enfermedades o procesos se haya demorado en el tiempo, y hayan llegado en ocasiones al hospital tarde, de forma que se han producido complicaciones”, según lamenta el experto de Quirónsalud Madrid.

Algunos ejemplos que se han dado, según detalla, son casos en los que los dolores abdominales de apendicitis, como los padres se han retrasado al ir hospital, cuando se han decidido el niño ya sufría perforación con peritonitis; o bien por ejemplo cuadros febriles que resultaron ser meningitis; o cuadros respiratorios que si hubieran sido tratados de forma precoz no hubiera sido necesaria la hospitalización, ni los cuidados intensivos.

Frente a ese miedo al contagio de coronavirus en los centros sanitarios, que ha frenado y mucho a los padres a la hora de llevar a sus hijos a Urgencias, el experto destaca que se han creado circuitos limpios del virus: “Nuestro hospital siempre ha sido seguro para los niños, incluso cuando teníamos muchos pacientes ingresados con COVID-19. Se han creado circuitos No-COVID y el hospital materno-infantil ha estado protegido. El paciente en el momento actual puede tener más riesgo por contacto con otros niños que por su visita al hospital”.

Precisamente, Cabañas resalta además que tanto el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, como el Hospital Quirónsalud San José de Madrid cuentan con la certificación Applus+ ‘Protocolo Seguro frente a la COVID-19’, “que corrobora que estas instalaciones cumplen con los estándares de desinfección más exigentes en pandemia”.

Otra experiencia es la del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona, donde la doctora Mati Viñas, Jefa de Pediatría hospitalaria y Urgencias pediátricas, señala que se organizó, desde muy al principio, un triaje en la primera admisión en Urgencias, para poder diferenciar dos circuitos, que permitieran que los pacientes con sintomatología infecciosa o posiblemente infecciosa, o con contacto con pacientes COVID, pudieran tener un circuito diferenciado de los demás.

Las afecciones más habituales en esta época

Así con todo,esta especialista en Urgencias pediátricas mantiene que, por norma general, deberíamos consultar con nuestro pediatra aquellas situaciones en las que, a pesar de que nuestro hijo tenga síntomas de enfermedad, el menor se mantenga activo, en buen estado de alerta, y con buen aspecto físico.

Ahora bien, si el estado general del menor no es el habitual, y presenta otra serie de síntomas, es cuando sí se debe acudir a Urgencias, remarca.

Entre los principales motivos por los que llevar a los menores al hospital en verano, una época en la que aumenta la actividad al aire libre, se encuentran las patologías traumáticas, dado que es frecuente el uso de patinetes, bicicletas, etc.

“Es muy importante ser conscientes de que hay que llevar protecciones como cascos, coderas, protecciones de manos, y escoger las actividades adecuadas a la edad del niño”, agrega Viñas.

Al pasar más tiempo en casa, y estar todos más relajados, ve importantísima la prevención de accidentes domésticos. “Se debe acudir a Urgencias cuando se producen heridas o traumatismos con deformidades, o que sean sangrantes, así como por intoxicaciones. Sobre todo, con los más pequeños que empiezan a caminar o gatear y acceden a lugares nuevos, nunca está de más la prevención de accidentes en casa”, añade.

A su vez, menciona que hay que consultar en Urgencias en los casos en los que haya fiebre con rigidez nucal o de muchos días de evolución, o con mala coloración de la piel, así como cefalea intensa, petequias (manchas rojas que no desaparecen al presionar con el dedo), fiebre en menores de 3 meses, alteraciones del nivel de conciencia, o alteración intensa del comportamiento.

Otros motivos para acudir a Urgencias, según la Jefa de Pediatría hospitalaria y Urgencias pediátricas de Dexeus Barcelona, son dificultad respiratoria; signos de deshidratación, vómitos persistentes, dolor de barriga muy intenso; síntomas de alergia con inflamación de la boca, de los ojos o dificultad para respirar; sangrados que no cesa; mareos o pérdida de fuerza persistentes.

Mientras, el doctor Fernando Cabañas, Jefe de Departamento de Pediatría y Neonatología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y del Hospital Quirónsalud San José, recuerda que frente a la duda es clave valorar el estado general del niño, si tiene vómitos, estado de deshidratación, o dificultad respiratoria.

“Estos son síntomas de alarma que a veces son difíciles de diagnosticar.  Sin crear alarma, hay que decir que muchas veces un tratamiento precoz hace que cualquier enfermedad sea más leve. Los padres deben acudir con lógica y cuando ven al niño afectado acudan a su pediatra. Si ven que requieren una atención inmediata deben acudir a un servicio de Urgencias”, añade.

No hay que olvidar, subraya la doctora Viña, que el verano es una época de infecciones gastrointestinales, por lo que ve muy importante insistir en las medidas de higiene y de lavado de manos. “Recordar que, para prevenir las deshidrataciones asociadas a las diarreas persistentes debemos usar las soluciones de rehidratación, especialmente formuladas para compensar las pérdidas que tienen nuestros hijos”, remarca.

En verano también son frecuentes las otitis, por la asistencia a las piscinas, cuando “probablemente un buen aseo con secado del oído tras el baño, y evitar estar mucho rato bajo el agua ayuden a mejorar este aspecto”, valora la Jefa de Pediatría hospitalaria y Urgencias pediátricas.

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