Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de hospitalización y muerte en España. Ante este gran desafío, se hace necesaria una revisión para detectar los principales retos y las posibles oportunidades de mejorar la salud cardiovascular.

Durante el año 2021, 326 personas murieron cada día en España a causa de alguna enfermedad cardiovascular (ECV), según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estas cifras sitúan a las ECV como la primera causa de hospitalización y muerte, por lo que se vuelve necesario mejorar urgentemente la salud cardiovascular.
España es uno de los pocos países de la UE que ha publicado recientemente una estrategia nacional totalmente enfocada en la salud cardiovascular (SCV).
Sobre estas bases surge el informe “Hacia una mejor salud cardiovascular en España”, elaborado por Farmaindustria y fruto de un debate entre los agentes clave de estas patologías, procedentes tanto de las Administraciones públicas como del ámbito académico, clínico y la industria farmacéutica.
El objetivo principal de este estudio es preservar y mejorar la salud cardiovascular.
Las cifras de una mala salud cardiovascular
Según los datos del INE, cerca de 120.000 personas fallecieron en el año 2021 a consecuencia de una enfermedad o problema cardiovascular.
Las mujeres están generalmente más afectadas que los hombres ya que cada año mueren por estas patologías casi 7.500 mujeres más que hombres.
Además, los datos muestran que los costes económicos de las enfermedades cardiovasculares van en aumento, incrementándose al menos un 20 % los gastos económicos entre 2014 y 2020.
La importancia y la necesidad de abordar activamente la evolución y aumento de los problemas cardiovasculares han llevado a elaborar la Estrategia en Salud Cardiovascular del Sistema Nacional de Salud (ESCAV) a raíz de la cual se están analizando los factores clave para mejorar la salud cardiovascular.
Desafios clave en los que trabajar para mejorar la salud cardiovascular en España
A pesar de que las cifras son bastante negativas, lo cierto es que España entre los años 1990 y 2019 presentó la tasa de mortalidad más baja por Enfermedades Cardiovasculares (ECV) entre los 27 países de la Unión Europea.
No obstante, los problemas de estas patologías siguen siendo una de las principales preocupaciones ya que constituye la primera causa de muerte. Además, la prevalencia ha comenzado a estancarse.
Para enfrentar la problemática, el informe recoge los desafíos más importantes en los que trabajar.
1. Fomento del diagnóstico precoz y prevención de enfermedades cardiovasculares
Al igual que ocurre en Europa, la gestión de las enfermedades cardiovasculares se ha centrado principalmente en el tratamiento, relegando la prevención a un segundo plano. La ausencia de un diagnóstico precoz y la falta de prevención son, según el estudio, los principales problemas.
Dado que no existe un programa sistemático de diagnóstico precoz de ECV y de sus factores de riesgo, un porcentaje significativo de la carga de la enfermedad nunca se llega a detectar.
Un ejemplo de la falta de prevención lo expone el estudio al investigar el tratamiento de los problemas de colesterol.
Tan solo dos tercios de las unidades de cardiología españolas ofrecen rehabilitación cardiaca y solo una de cada diez personas son conscientes de sus niveles idóneos de colesterol.
La población, cada vez más envejecida, requiere de mayores esfuerzos para mejorar la prevención y el diagnóstico precoz.
El informe concluye destacando que la mayor parte de las enfermedades cardiovasculares subyacentes no se descubren hasta que se produce un episodio agudo.
2. Mejorar la recopilación, distribución y gestión de datos cardiovasculares
La recogida y recopilación de datos no es homogénea y está sujeta a grandes diferencias por comunidades.
Además, los datos que se recogen sobre las enfermedades cardiovasculares suponen un reto para el análisis, pues no están estandarizados y tampoco se comparten o se exportan para facilitar la investigación.
Tan solo 6 de las 19 comunidades autónomas recopilan datos específicos de ECV a través de registros. De ellas, solamente 3 (Galicia, País Vasco y Cataluña) utilizan los datos con un propósito más allá de la elaboración de informes.
La regionalización del sistema español acentúa los problemas relacionados con el diseño y mantenimiento de la infraestructura de los datos, complicando la compatibilidad de los mismos entre regiones, comunidades y países.

3. Alcanzar la igualdad en lo relativo a las Enfermedades Cardiovasculares
Existen importantes desigualdades en el tratamiento de las ECV.
- Desigualdades geográficas: los factores de riesgo y la mortalidad intrahospitalaria varían mucho entre regiones. Estas diferencias se ponen de manifiesto principalmente en la sensibilización y en el acceso a una prevención de calidad la cual no se produce por igual en todas las comunidades.
- Desigualdades socioeconómicas: las personas procedentes de un grupo socioeconómico menos privilegiado están más expuestas a los factores de riesgo metabólicos tales como la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes o la obesidad.
- Desigualdades por género: Las enfermedades cardiovasculares se sitúan como la principal causa de muerte en mujeres, género más afectado por estas patologías. Existen factores de riesgo específicos para el sexo femenino tales como la preeclampsia, la diabetes gestacional y la cardiotoxicidad relacionada con el tratamiento del cáncer de mama.

Una mejor salud cardiovascular en España es posible
Los desafíos relacionados con las ECV son complejos y están interconectados. El estudio se ha centrado en destacar las siguientes áreas de trabajo de cara a mejorar la salud cardiovascular:
- Identificar a las personas en riesgo y reconfigurar las vías de prevención secundaria.
- Impulsar una correcta recopilación, distribución y gestión de los datos relativos a las enfermedades cardiovasculares.
- Ofrecer un acceso más equitativo al diagnóstico precoz y la prevención.
Oportunidades clave para poner en práctica una mejora de la salud cardiovascular con éxito
Sinergias y cooperación a nivel europeo
Esta revisión española elaborada por FarmaIndustria ofrece también a Europa lecciones útiles sobre la equidad en el tratamiento, el diagnostico y la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
Muchos países de Europa comparten el modelo de descentralización regional que incrementa las diferencias entre comunidades y regiones. España incluye explícitamente consideraciones de equidad en su estrategia nacional de SCV, algo que otros países europeos podrían imitar.
Por otro lado, las propuestas planteadas a nivel europeo podrían suponer importantes mejoras y avances a nivel nacional. Asimismo, las iniciativas de la UE basadas en Real World Evidence (RWE) serian esenciales para impulsar las posibles inversiones locales.
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