El doctor Félix Notario, nuevo presidente de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), defiende la importancia de incluir en la pediatría a los adolescentes y la necesidad de empezar ya con su vacunación contra la Covid tras el crecimiento de la incidencia acumulada

El proceso de maduración del niño es una de las etapas más complicadas del crecimiento. Actuar sobre el adolescente de forma tardía puede provocar conflictos y problemas que perjudican su salud.
“Es una época decisiva, muy importante”, reconoce el doctor Félix Notario.
En la actualidad los adolescentes están en el ojo del huracán. Lo que estaba suponiendo el camino hacia el final de la pandemia ha puesto en peligro a los jóvenes y hoy, más que nunca, necesitan a los profesionales de la medicina.
La incidencia acumulada del virus en los adolescentes se acerca a los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.
“La adolescencia es una etapa de transición. Hay que fijarse específicamente en la salud de los adolescentes desde la pediatría e incluir a las familias en ello”, explica el doctor.
La atención médica en esta etapa de la vida ha ido in crescendo y es de suma importancia para el crecimiento del adolescente.
La meta de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia aún no se ha alcanzado, pues el nuevo presidente busca completar de forma integral la atención del pediatra hasta los 18 años.

A raíz de ello, la SEMA busca impulsar la formación de los pediatras ofreciendo todas las herramientas necesarias que ayuden a tratar a la población joven.
EFEsalud ha entrevistado al nuevo presidente de esta Sociedad médica.
¿Los adolescentes disfrutan en España de buena salud?
En general sí, pero tienen otra problemática vinculada a esa etapa de transición de la infancia a la edad adulta. En estos últimos meses hemos vivido todos, especialmente los adolescentes, una serie de problemas vinculados a la realidad pandémica.
Los niños han sufrido más problemas de salud mental y hemos tenido que estar más cerca a ellos. Toda la patología, todos los problemas relacionados con el final del desarrollo, son aspectos que tienen que ver con ese proceso madurativo.
¿Cuáles son los principales problemas de salud en la adolescencia?

Es un cóctel con varios ingredientes donde la familia tiene un papel muy importante. El adolescente atraviesa una etapa de transición donde la realidad biológica, psicológica y social cambia sus referencias y su maduración en todos los aspectos.
Lo que más nos preocupa es el estilo de vida, la obesidad, que afecta al adolescente en un 25 %: 1 de cada 4 adolescentes tiene sobrepeso.
La falta de ejercicio físico, las conductas adictivas, las nuevas tecnologías, los trastornos alimentarios, generan un modelo de comunicación diferente con el adolescente y son una serie de problemas que se pueden manifestar en la edad adulta.
¿De dónde viene el auge de las adicciones entre los jóvenes?
Debemos mentalizarnos de que el adolescente no es un niño grande ni es un adulto pequeño. Tiene sus propias reglas de juego y hay que dedicarle tiempo y mucho cariño. Un problema importante es el consumo de alcohol, el inicio en el tabaco, las relaciones sexuales y sus enfermedades. Es un reto.
Hay que estar atento, y por eso se requiere conocimientos y tiempo por parte de nuestra atención médica. Es importante el papel que tiene, que sigue teniendo y que va a tener la familia. Te maravillarías lo que puede aportar cenar dos veces juntos en casa para prevenir una serie de situaciones. A veces esta es la solución más compleja, pero la tenemos cerca.
¿Dónde está la clave para luchar contra la adicción tecnológica?
Es difícil. La SEMA participa en las redes sociales, tiene programas para hablar directamente con los adolescentes, para transmitirles mensajes vinculados a la salud.
“No hay soluciones fáciles para problemas complicados”, sobre todo en los tiempos que corren.

Esto más bien es un problema educativo. Lo hemos vivido con los cursos semipresenciales durante el confinamiento.
Desde pequeños hay que regular de alguna manera llegar a un contrato con los niños y con los adolescentes para llevar un correcto uso, por lo menos en casa. La solución es más bien la ayuda por parte de todos.
¿Es peligroso que un niño o un adolescente no estén vacunados?
No tenemos mucha actividad de nuevos antivacunas, pero es un problema que está ahí y muchas veces se nos plantea, sobre todo por el tratamiento informativo que se ha dado de la COVID y el nacimiento de las vacunas.
Creo que ha habido información contradictoria y exceso por parte de personas que no estaban formadas para mandar los mensajes que han enviado, algo que va a favor de estos movimientos antivacunas y pone en duda ciertos hechos sobre el adolescente.
¿Es difícil informar sobre ello a los adolescentes?
Procuramos que la relación con ellos en consulta sea íntima y de confianza. La única solución es convencerles. Los padres tienen que hacerles ver que son vacunas seguras.
No hay que cuestionar en absoluto hacer una actuación vacunal frente a un virus, como nos está resultando este. El virus está mirando a los jóvenes y está mirando a los adolescentes. Ya está aquí la quinta ola y uno de los caminos más eficaces que tenemos en este momento es la vacunación.
¿Se debería haber vacunado antes a los jóvenes que a los mayores?

Pues a toro pasado quizás sí. Pensábamos que los mayores eran más vulnerables y los jóvenes en principio no presentaban muchos casos, y los que se contagiaban no tenían síntomas. Tal como estaba la situación, lo lógico era vacunar a los mayores. Ahora ya no hay duda de que los jóvenes son un grupo prioritario de vacunación.
La presión hospitalaria está aumentando. Esta situación nos recuerda al inicio, ya está aquí la quinta oleada. Mientras lo observamos no podemos perder ni un minuto en ir vacunando a la mayor parte de población, sobre todo gente joven, adolescentes y “adultescentes”.
¿Por qué unas vacunas están financiadas en unas CCAA y en otras no?
Nosotros lo vemos incompleto y en este momento estamos elaborando un calendario para el adolescente, especialmente porque es la última oportunidad. El pediatra despide a ese niño “mayor” y eso lo hace un adulto con una actualización de sus inmunizaciones a sus vacunas.
En general, la vacunación en España es “deficiente”, por utilizar un adjetivo suave. No tiene sentido que algunas vacunas no estén financiadas, como por ejemplo la del virus del papiloma humano. Se ha relacionado con el cáncer de cuello uterino y algún “experto” pensó que había que vacunar solo a las chicas que son las que tienen útero. Pero el papiloma lo transmiten los varones.
Es una barbaridad vacunar solo a la población femenina. Lo que tenemos que hacer los médicos de la adolescencia es recomendarla a los varones y a los padres, que son quienes la tienen que comprar.
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