Ola de calor en abril: ¿Cómo nos afecta?

El culpable de este calor excepcional en abril es la entrada de una masa de aire muy cálido y seco, de origen africano, que junto con las condiciones de estabilidad atmosférica y fuerte insolación han provocado un marcado ascenso de las temperaturas, según la Aemet.

Y es que según un estudio elaborado por la Universidad Politécnica de Cataluña, los días de verano en las principales ciudades españolas han pasado de 90 a 145 en los últimos 50 años, lo que constata que las olas de calor diurnas se han multiplicado casi por siete mientras que las nocturnas, casi por once en las últimas décadas.

Esta investigación refleja que en las principales ciudades de España el incremento medio de las temperaturas ha subido 3,54 °C entre 1971 y 2022.

Impacto en la salud

La médica de familia y comunitaria y miembro del Programa de Salud Planetaria de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), María del Campo, subraya a EFEsalud que es conocido que la temperatura del planeta tiene un gran impacto en la salud de la población.

Con el cambio climático, originado por el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, surge el concepto de salud planetaria "que relaciona la salud humana con la del medio que habitamos", explica del Campo.

El calor que ha llegado en abril nos ha pillado por sorpresa y con las prendas de abrigo todavía en el armario.

Este exceso de calor en nuestro cuerpo, explica la doctora, puede ocasionar una alteración en el sistema que controla la temperatura de nuestro cuerpo.

"Normalmente el cuerpo produce sudor para enfriarse pero existen situaciones en las que no consigue su objetivo, por lo que la temperatura del cuerpo aumenta y puede dañar nuestra salud", apunta la experta de la semFYC.

¿Cómo se defiende nuestro cuerpo del calor?

Fisiológicamente, el organismo se adapta a las altas temperaturas a través de dos mecanismos. Por un lado, aumentando el flujo sanguíneo en la piel, con lo que la vasodilatación del cuerpo provoca un intercambio de calor con el ambiente, lo que permite que el calor sobrante salga y no tenga efectos perjudiciales para el cuerpo. Y por el otro, a través del sudor.

"La sudoración elimina el calor sobrante por evaporación y las gotitas de sudor al enfriarse, provocan el enfriamiento del cuerpo y todo ello gracias a las glándulas sudoríparas", expone Del Campo.

Los más vulnerables

Normalmente la mayoría de las personas no tiene ningún problema en esa adaptación al calor aunque sea en abril, a través de los mecanismos ya comentados. Pero sí hay que vigilar, según la especialista, a esos grupos más vulnerables que tienen alterado el sistema que controla la temperatura corporal.

Son especialmente sensibles a sus efectos y consecuencias, los mayores de 65 años, los enfermos crónicos y los menores de cuatro años, especialmente los bebés menores de un año.

"Hay que destacar, aparte de las características individuales, que la susceptibilidad al calor no depende únicamente de esas características sino también está influenciada por circunstancias y situaciones en las que las personas viven y trabajan", sostiene Del Campo.

Vigilar síntomas

Son tres las situaciones principales que afectan a la salud y que son secundarias al calor excesivo: los calambres musculares, el agotamiento y el golpe de calor.

Tanto los calambres como los mareos, el dolor de cabeza, las nauseas o la sudoración excesiva se suelen resolver con reposo en un lugar fresco y con hidratación. En el caso de que en una o dos horas la situación no mejore, es recomendable consultar con un profesional sanitario.

"Si aparecen síntomas como elevación de la temperatura corporal, dolor de cabeza intenso, fatiga o perdida de conciencia, puede que estemos ante un golpe de calor, una situación grave pero poco frecuente", abunda la experta de la semFYC.

En cuanto a la mortalidad asociada al calor, ésta no se cuantifica únicamente por los casos de golpe de calor, sino también por el agravamiento de las patologías.

El cambio climático

Del Campo insiste en que el cambio climático tiene riesgos para la salud porque, entre otras cosas, nos enfrentamos a la degradación de la calidad del aire, a la exposición de enfermedades infecciosas emergentes, a la disminución del acceso al agua dulce que conlleva consecuencias negativas para la nutrición, la salud mental y aumentan las patologías y las lesiones.

"Nuestros hábitos dependiendo si son o no saludables van a afectar de una manera u otra al medio ambiente. Los saludables ayudan a mejorar la salud medioambiental, por ejemplo pequeños cambios como usar el transporte activo, como la bicicleta, caminar o ingerir alimentos sostenibles, cultivados localmente y de temporada", explica Del Campo.

Recomendaciones ante el calor inusual en abril

Cuando la Aemet alertó del aumento inusual de las temperaturas en esta época del año, el Ministerio de Sanidad hizo hincapié en las redes sociales sobre la importancia de cuidar la salud con una decena de recomendaciones.

• Bebe agua con frecuencia.
• No abuses de bebidas con cafeína, alcohol o azúcar.
• Presta atención a mayores, bebés y niños.
• Prioriza estar en lugares frescos.
• Evita el deporte entre las 12.00 horas y las 17.00 horas.
• Usa ropa ligera y que deje transpirar.
• Nunca dejes a ninguna persona en un vehículo.
• Si te encuentras mal, consulta a tu médico.
• Mantén tus medicinas en un lugar fresco,
• Haz comidas ligeras.