El investigador Eduardo López-Collazo comparte la explicación científica de una de las afecciones médicas más graves y menos conocidas. Lo hace a través de su libro “¿Qué es la sepsis? Algo más que el estado final del paciente con COVID-19”. Una lectura dirigida a todo tipo de lector, con o sin conocimientos previos sobre la sepsis

A pesar de seguir siendo una gran desconocida, la sepsis es la enfermedad más longeva que existe y es una de las principales causas de fallecimiento en todo el mundo. No se asocia a ningún órgano concreto del cuerpo, como sucede con la mayoría de las enfermedades.
“Es un síndrome de anormalidades fisiológicas, patológicas y bioquímicas potencialmente mortal que se asocia a una infección”, recoge en su libro “¿Qué es la sepsis?” Eduardo López-Collazo, director del Instituto de Investigaciones Sanitarias del Hospital Universitario La Paz de Madrid y divulgador de contenidos médico científicos.
Se caracteriza por una respuesta desregulada de nuestro sistema de defensas ante una infección. Ese mismo sistema que trata de defendernos es el que puede matarnos.
“Es como tratar de aniquilar a una cucaracha con una bomba atómica. Acabarás con ella, pero también arrasarás todo lo que hay alrededor”, visualiza López-Collazo en conversación con EFEsalud.

López-Collazo, físico nuclear e inmunólogo, investiga el campo de las infecciones y el cáncer. Desde muy joven se interesó por la sepsis, un tema que consideraba poco explorado donde podía aportar grandes avances.
Bajo su responsabilidad se encuentra una de las principales líneas de investigación sobre la septicemia en el Hospital Universitario La Paz.
Los avances en la línea de investigación
Uno de los avances más significativos de la investigación emprendida por López-Collazo tiene su origen en averiguaciones previas contra el cáncer: “Una de las cosas más interesantes que hemos podido ver, es que hay unas moléculas llamadas inmmune checkpoints descubiertas primero en el cáncer”.
¿Qué son los ‘inmune checkpoints?
“Es un término intraducible y vendría a ser una especie de freno del sistema inmunológico. Hasta ahora hemos visto que cuando se activan muy tempranamente en algún paciente que padece sepsis, este mismo paciente tiene una peor prognosis, entonces por ahí, hemos abierto una brecha de investigación”.
Otro de los principales fenómenos que más interesan a los expertos que emprenden la investigación es la fase en la que se encuentra el enfermo. Este interés radica en los estados inflamatorios y de cansancio que se alternan.
“Nosotros en el laboratorio vemos que esos dos estados se sobreponen y el médico tiene muy difícil saber contra qué actuar y cómo actuar. Si frenar el sistema inmunológico o subírselo. Porque no sabemos en que estado está”, señala el inmunólogo.
La dificultad que entraña identificar la fase en la que se encuentra el paciente es una de las grandes razones por las que las muertes son tan elevadas en las personas que padecen sepsis.
Otro de los convenientes que manifiesta esta enfermedad a la hora de establecer el diagnóstico es la imposibilidad de localizarla en el cuerpo como suele hacerse en otras patologías.
El físico nuclear lo introduce así en su libro: “hoy llamamos sepsis a la disfunción de órganos causada por una respuesta descontrolada del cuerpo frente a alguna infección”.
Cuando preguntamos al investigador por los posibles tratamientos vigentes que han demostrado ser efectivos destaca el uso de antibióticos. Sin embargo, insiste en que “no es una mera infección”, por ende, un antibiótico no es suficiente para tratar la enfermedad, aunque en algunos casos, si la infección es leve y la intervención es rápida, la evolución del paciente suele ser positiva.
El peligro más temido es encontrarse ante un “shock séptico“. Por fortuna, esta situación si es evitable gracias a esa aplicación de antibióticos, tal y como recalca López-Collazo.
A este miedo suma, también, el factor de la edad, “fundamentalmente cuando tienes las manos atadas y no se puede hacer más que poner un antibiótico y esperar que el sistema inmunológico reaccione”.

¿Qué relación hay entre la sepsis y las muertes por COVID?
El primer vínculo lo vemos en personas que deben ser ingresadas tras infectarse de la covid, es decir, aquellas que sufren la enfermedad con mayor severidad.
Estos pacientes, tal y como cuenta el autor en su libro, presentan una evolución y unos síntomas similares a los observados en la sepsis:
- Una tormenta tóxica que conlleva muertes en caso de no ser controlada
- Un período de inmunosupresión que puede derivar en un shock séptico y, en consecuencia, fallecer una vez se halla eliminado el virus del cuerpo
“No cabe duda alguna , la COVID-19 desemboca en un evento de sepsis. Incluso, probablemente debido a que la sepsis se asocia con una fuerte activación del sistema de coagulación que puede derivar en trombosis“, afirma este investigador.
De haber existido avances significativos que proporcionaran algunas soluciones eficaces contra la septicemia antes de la pandemia, quizás habría pasado como “una gripe complicada”. Sobre todo, teniendo en cuenta que aquellos fármacos y tratamientos hallados contra la sepsis en un supuesto, resultarían de gran ayuda en la lucha contra el coronavirus.
Por último, Collazo comparte su asombro por la falta de hábitos higiénicos básicos en la población: “Sigue siendo asombroso que, ya en el siglo XXI , se haya tenido que incidir en la importancia del lavado de las manos para frenar la transmisión de enfermedades”.
Después de tantos siglos conviviendo con la sepsis. aún no contamos con ninguna forma de prevención más allá que la de tratar de no infectarse y lavarse adecuadamente. De ahí, la necesidad de comunicar y ahondar en esta lacra gracias al material divulgativo como la publicación del libro de López-Collazo.
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