Escuchar el latido del corazón de un embrión de entre seis y doce semanas es de suma importancia ginecológica por dos motivos: “Fijamos la edad gestacional y determinamos su viabilidad”, subraya la Dra. Carmen Sala Salmerón de la Clínica Gine-3
El valor del latido cardíaco embrionario
Como experta en calidad de vida de las mujeres indica que cuando este perfil de embarazada acude a su consulta para una revisión completa, decida posteriormente continuar con la gestación o interrumpir el embarazo, “será su derecho inalienable escuchar o no el latido fetal” (batec fetal, en catalán).
“Prácticamente todas ellas desean escuchar el latido fetal de su futuro bebé; incluso alguna, sin que nos demos cuenta, graba el sonido del monitor con su teléfono móvil para enviárselo a sus familiares nada más salir de la consulta”, destaca.
En este sentido, la mujer que ya ha resuelto tener a su bebé también habrá tenido una consulta previa con la comadrona, donde se habrá valorado, entre otras cosas, su estado de salud o le habrán informado sobre diferentes pruebas analíticas y diagnósticas, como el cribado de anomalías congénitas.
“Apunto aquí que muchas mujeres que nos piden cita ginecológica cuando están embarazadas de pocas semanas, normalmente hacia la semana seis, siete u ocho de gestación, suelen desconocer la fecha exacta en la que se quedaron embarazadas; incluso requieren conocer el estado de salud de su bebé”.
“Y no penséis que podemos establecer con facilidad si un embrión de aproximadamente cinco milímetros está vivo o no. Siempre necesitaremos escuchar el latido fetal cuando nos asalten las dudas de su viabilidad”, asegura la Dra. Sala Salmerón.
Con la ecografía eco-Doppler abdominal se consigue escuchar el latido fetal a partir de la sexta semana de gestación y se determina, a su vez, la viabilidad del embarazo.
El latido cardíaco real en la gestación
Durante la sexta semana de embarazo, el embrión, implantado en el útero, se desarrolla rápidamente… y de forma especial el corazón, que empieza a latir y bombear sangre con sus dos únicos vasos sanguíneos.
El corazón embrionario late velozmente, a 150 pulsaciones. El ritmo cardíaco de un adulto en reposo se establece entre los 60 y 100 latidos por minuto.
La longitud cráneocaudal (LCC), desde la cabeza hasta el final de la columna vertebral, se aproxima a los seis milímetros. El tubo neural se empieza a cerrar. En el interior comienzan a formarse los pulmones y las fibras musculares.
Si no se escuchara el latido fetal habrá que descartar la posibilidad de que se trate de un embarazo anembrionado (huevo huero), una de las causas de aborto espontáneo. También es posible detectar un embarazo gemelar.
“Reitero, llevo más de treinta años ejerciendo como ginecóloga y, como es lógico, he recibido a centenares de mujeres que no deseaban continuar con su embarazo, escuchen o no el latido cardíaco fetal”.
¿Y sabéis cuál es el momento más terrorífico para una ginecóloga?
“Cuando viene una parejita feliz y ella me dice: ¡Carmen, por fin me he embarazado; la regla no me ha bajado y creo que estoy de seis semanas!
Entoces, me dispongo a realizar la ecografía. La pareja entra en la sala de exploración y ella se tumba en la camilla…
Pero el ecógrafo, que paso y repaso, no detecta el ritmo cardíaco del embrión… Sólo se escucha la sonda resbalando por el abdomen, cubierto de gel ultrasónico.
La mujer, alarmada y asustada, te mira a los ojos y te pregunta: ¿Qué pasa, Carmen; qué pasa?
“No escucho el latido fetal… No hay latido fetal”… Y en ese instante se nos congela el corazón.
Por lo tanto, más allá de ideologías políticas y opiniones partidistas, ninguna Ley puede substituir la decisión que adopta libremente una mujer.
Ella, sin presión alguna, escuchará o no el latido fetal; decidiendo si continúa o no con el embarazo… Aunque no entiendo esa tendencia social que pretende descartar la opinión del padre porque sí, apremiando aún más si cabe a las mujeres embarazadas.
En cualquier caso, es de suma importancia facilitar ayuda psicológica a las mujeres que lo necesiten en estos momentos tremendamente difíciles.
Y por cierto, las ecografías 4D que se efectúan a las 6 ó 7 semanas de gestación nada tienen que ver con el diagnóstico de un embarazo, sólo tienen un matiz artístico y emocional.
Dra. Carmen Sala Salmerón, ginecóloga, obstetra, especialista en suelo pélvico y experta en calidad de vida de la mujer
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