El general médico, Manuel José Guiote Linares, jefe de la BRISAN del Ejército de Tierra, se ajusta el cinturón de seguridad en el sevillano aeródromo de Los Alcores para subir al autogiro BellComm C-44 Medevac y comprobar in situ su extraordinaria utilidad sanitaria, ya que esta aeronave, con un coste operativo diez veces menor al el de un helicóptero, “es difícil de detectar por el enemigo y resultaría muy eficaz para evacuar heridos desde la primera línea de combate”
La vitalidad del autogiro C-44 Medevac
12 de abril, 2016
Gregorio Del Rosario
El autogiro C-44 Medevac transporta una camilla que se quita y se pone rápidamente. El paciente se introduce a través de la parte frontal de la cabina, una luna abatible de dos hojas tintadas. La estructura mide 6,5 metros de largo por 3,2 de ancho y tres de alto; y está fabricada con fibra de carbono y aluminio; solo contiene un kilo de acero.
“En el medio militar la evacuación adquiere una importancia vital, ya que hay que sacar a los heridos desde las mismísimas trincheras. Y hay que llevar a cabo la misión con aquellos medios de transporte que mejor garanticen las constantes vitales del soldado, para que no se agrave su precario estado de salud”, argumenta el general médico Guiote.
Cualquier medio de transporte sanitario es una herramienta de salvación, desde la ayuda física de otro soldado y el traslado en camilla, pasando por los animales de carga en alta montaña o por cualquier tipo de vehículo motorizado o acorazado, ya sea terrestre, marítimo o aéreo.
“Pero la distancia que media entre la vida y la muerte está en la calidad asistencia de la asistencia médica -afirma el general-. La BRISAN es capaz de atender al herido en primera línea de fuego y necesita el transporte más eficaz para el traslado de bajas. Contar con las mejores herramientas, como el autogiro como el C-44 Medevac, respalda nuestra labor vital en cada misión del Ejército“.
La camilla se introduce por la parte frontal de la cabina, que es abatible. EFE / Juan Pedro Ortiz
Salvar vidas y ahorrar gastos sanitarios con el autogiro
El autogiro no solo cumple con el 90% de las misiones sanitarias de un helicóptero en cualquier condición de temperatura y clima, sino que reduce su coste operativo al 10%, es decir, gasta 100€ por hora de vuelo frente a los 1.000 de un helicóptero convencional.
El autogiro C-44 Medevac, que consume 20 litros de gasolina de automoción a la hora, desplaza 320 kilos, pese a lo cual puede asumir una capacidad de carga de otros 240 kilos y alcanzar una autonomía de vuelo de cuatro horas a una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora, ampliable a seis horas y 600 kilómetros de distancia si se le incorporan tanques adicionales.
“El precio de compra, seis veces menor que el coste de un helicóptero de su clase, conseguiría que tuviéramos más operatividad táctica a un precio muy reducido, sobre todo a la hora de tomar tierra en la línea de contacto con el enemigo. Puede despegar en 60 metros y aterriza en menos de diez con un margen de seguridad muy elevado”, señala el general.
“Además -continúa-, el autogiro C-44 deja un rastro muy débil en un radar, es prácticamente invisible a la visión humana cuando vuela a seis o siete mil pies de altura y deja una huella térmica intrascendente, lo que le hace difícil de derribar con un misil tierra-aire o cualquier arma”.
La tripulación se reduce a un piloto y, si fuera necesario, a una persona de apoyo, dependiendo de la estabilidad del soldado herido.
Interior medicalizado del autogiro C-44 Medevac. Fotografía cedida por BellComm
“Podría viajar un médico o un técnico sanitario para asistir a la baja durante el traslado con algún tratamiento vital, pero lo habitual sería que las constantes del paciente se controlen en tiempo real a través de nuestros modernos dispositivos de telemedicina“, explica el general médico Guiote.
El C-44 Medevac va equipado con bomba de infusión para la administración segura de fármacos, aspirador de secreciones para mantener la vía aérea permeable, ventilador mecánico para restaurar las funciones respiratorias, desfibrilador externo semiautomático para solucionar una parada cardiorespiratoria y un monitor de signos vitales, con vídeo, audio y un escáner para la detección de hemorragias cerebrales.
Además, el C-44 dispone de más espacio para transportar otros materiales sanitarios y cuenta con una cabina insonorizada para la comodidad del evacuado. Con las aspas plegadas se puede portear como una caravana de cámping y cabe en el garaje de un chalé estándar.
El autogiro C-44, versátil y multiusos
BellComm presentó su innovador autogiro a nivel mundial en Sevilla, pero el inventor del autogiro, precursor del helicóptero, fue el español Juan de la Cierva, quien lo patentó y desarrolló en la segunda década del siglo XX.
El autogiro no despega o aterriza en vertical y no es totalmente estático en el aire, como el helicóptero. Sus alas giratorias giran por la acción del viento y si se detiene su hélice propulsora puede aterrizar con cierta suavidad; un helicóptero se desploma en pocos segundos porque sus aspas de sustentación se mueven por un rotor.
Este tipo de aeronave es la más segura ante las turbulencias traicioneras, ostenta el récord, y disfruta de una excelente maniobrabilidad. Es tan fácil de pilotar que se obtiene la licencia con 10 horas de vuelo, 3 sin instructor; aunque la profesionalidad se obtiene con al menos 40 bien trabajadas.
El autogiro C-44 Medevac se puede configurar, además de ambulancia aérea, como aeronave de reconocimiento, escolta, control de tráfico y fronteras, realización de mapas cartográficos, revisión de infraestructuras y tendidos eléctricos de alta tensión, lucha contra los incendios forestales, enlace aéreo para telecomunicaciones, transporte VIP o espionaje, versión ya usada contra las FARC colombianas a la que se añadió tecnología israelí para detectar volumen de agua corporal en el ser humano.
Para el general médico Manuel José Guiote “el autogiro es una herramienta tan práctica, eficaz y barata que su versatilidad depende exclusivamente de la inteligencia humana y de sus muchas necesidades“, como la de un gran comerciante hindú que usa un C-44 para sus envíos de paquetería y ahorrarse los cuantiosos gastos que se ocasionan por los atascos de tráfico en la India.
El vuelo operativo del autogiro C-44 de BellComm. EFE / Juan Pedro Ortiz
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