Tras las puertas de la Real Academia Nacional de Medicina se esconden detalles, experiencia, conocimientos y, especialmente, mucha historia. Un siglo después de su inauguración, el edificio de la madrileña calle Arrieta sigue albergando a eminencias del ámbito de la salud. Óscar da Rocha, historiador del arte nos hace un recorrido por la obra arquitectónica

Real academia de Medicina Madrid: la historia de un edificio centenario y saludable
Biblioteca de la Real Academia Nacional de Medicina/ Foto cedida por la Real Academia Nacional de Medicina
  • 10 de julio, 2014
  • MADRID/EFE/PAZ OLIVARES

“Entre todas las obras arquitectónicas erigidas en Madrid a principios del siglo XX, esta espléndida construcción sobresale como una muestra peculiar de eclecticismo estilístico, que se caracterizó por la adaptación de formas y modelos del pasado a las diversas necesidades presentes de entonces”. Así comienza un libro sobre la historia de la sede de la Real Academia de Medicina de Madrid.

Óscar da Rocha, doctor en Historia del Arte y autor del manual conmemorativo del centenario de la institución médica ha guiado a EFEsalud por las estancias del edificio y ha recuperado el espíritu artístico que le llevó a su arquitecto (Luis María Cabello Lapiedra) a construir tal emblema de la historia de la medicina.

“La Real Academia de Medicina de Madrid: Historia de un edificio centenario” es una obra que se adentra en los recovecos y se acerca a las salas principales del monumento de la mano de un experto en arte y arquitectura. Está organizado en cinco capítulos:

Primer capítulo: repaso a la historia de la propia Academia pasando por las antiguas sedes. La gran aspiración de la institución hasta que consiguieron establecerse en un lugar fijo fue tener uno propio. “Desde su fundación en 1733 hasta llegar a este edificio en 1914, los académicos estuvieron dando vueltas por todo Madrid sin un rumbo fijo. Siempre se habían reunido en sus propias casas, en edificios prestados y se adaptaban como podían”, explica Óscar da Rocha.

Segundo capítulo: contextualización arquitectónica, pues la sede es muy representativa del eclecticismo de principios del siglo XX.

Tercer capítulo: estudio del proyecto original y de su paso por las obras que afrontó entre 1908 y 1913.

Cuarto capítulo: historia del edificio con todas las intervenciones posteriores a su inauguración en 1914.

Quinto capítulo: análisis descriptivo de cómo es ahora, tanto desde el punto de vista arquitectónico como artístico, ya que el edificio alberga una importante cantidad de obras de arte.

Único en la capital

La Real Academia de la Medicina es una obra muy representativa de la pervivencia del eclecticismo como estilo arquitectónico a principios del siglo XX. “Este estilo se basa en la combinación de elementos del pasado con los del presente. El arquitecto tuvo claro desde el principio que la imagen del edificio tenía que ser la que la Academia tenía cuando se fundó 180 años atrás”, comenta el historiador.

“La estructura palaciega que tiene la fachada y el aspecto clásico y lujoso del patio de honor rememoran el siglo XVIII, la época de la fundación de la institución”, añade.

Fachada principal de la Real Academia de Medicina. Efesalud.com
Fachada principal de la Real Academia de Medicina/ Foto cedida por la RANM

El fundamento del inmueble es el estilo neobarroco clasicista de inspiración francesa e italiana, con un aire cosmopolita. “Si nos fijamos bien, la fachada es similar a la que tiene el Palacio Real de Madrid”, aclara el experto.

Se aprecian ciertos detalles del siglo XX que se integran perfectamente en el arte del neobarroco, por ejemplo, algunos elementos metálicos como el voladizo del salón de actos o las estanterías de la biblioteca. Asimismo, algunas carpinterías interiores tienen toques modernistas.

Lo primero que impacta al visitante es, sin duda, la fachada principal, que imita a la de un palacio del siglo XVIII. En ella, se aprecia una parte de abajo rasgada, al igual que sucede con los palacios renacentistas; la primera planta destacada con los balcones y frontones; y el eje central potenciado por las dos columnas en forma de Hércules (algo único en Madrid) y por el escudo real, que está decorado con dos alegorías (una que representa la medicina y otra la ciencia).

La portada está realizada con piedra caliza y los capiteles de las columnas están adornados con los símbolos de la medicina: una copa, una serpiente y hojas de laurel y olivo.

Un paseo por las estancias

Salón de actos de la Real Academia de medicina de Madrid. Efesalud.com
Salón de actos de la RANM/ Foto cedida por la RANM

Salón de actos: aderezado con telas rojas y con ornamentos de lo más elegantes, es el lugar donde se celebran los actos solemnes y las sesiones científicas.

“Su estructura está inspirada en la de un teatro. Tiene varias partes: el estrado de la presidencia domina la sala; las tribunas de los académicos, que están divididas en dos partes (en un lado los asientos pares y en otro los impares); y la zona de público asistente. Lo más interesante de la decoración son los medallones de los médicos que se ven en el zócalo, además de la vidriera, que se engalana con las cabezas de los médicos Hipócrates y Galeno, y de nuevo con el escudo real y los símbolos médicos”, señala el especialista.

Biblioteca: es considerada como la joya del edificio. Ocupa los cinco ventanales principales y la primera planta del mismo. “Además de los fondos que contienen sus estanterías y armarios, este espacio tiene un valor simbólico, y es que la propia Academia se fundó en una biblioteca. Por supuesto, una biblioteca es siempre el reflejo del trabajo de investigación, por lo que es la estancia más importante de la obra arquitectónica”, destaca Óscar da Rocha.

Patio de honor de la Real Academia de Medicina de Madrid. Efesalud.com
Patio de honor de la Real Academia Nacional de Medicina/ Foto cedida por la RANM

La mayoría de ejemplares que se encuentran contemplando la sala son de principios del siglo XX y finales del XIX. Asimismo, también vigilan la habitación esculturas y pinturas de importantes doctores de la historia.

Patio de honor: no podemos hacer otra cosa que mirar hacia arriba dentro del lugar más grande de la Real Academia de la Medicina. Este patio está formado por columnas de estuco, que imitan al mármol, por una vidriera de lo más espectacular y una lámpara de cristal que refuerza el lujo.

“El suelo original era de pavés y servía para iluminar el piso de abajo, donde había una sala de disecciones y se aprovechaba así la luz natural. De hecho, fue este uno de los primeros edificios madrileños en utilizar este material como pavimento”, asegura el historiador del arte.