La alegría es más que una emoción, forma parte de la esencia del ser humano, pero los años y la vivencias hacen que la perdamos. “La alegría viene de serie pero la enterramos e ignoramos, aunque se puede recuperar”, asegura el escritor y consultor Álex Rovira quien nos ofrece las pautas para volver a sentirla

Alegría (Zenith-Planeta) es el nuevo libro de Álex Rovira, escrito junto al periodista Francesc Miralles, en un estilo epistolar dirigido a un amigo, arquetipo de muchos amigos “que sin llegar a la depresión vive en la tristeza, sin motivación, resignado…”, explica el autor barcelonés en una entrevista con EFEsalud.
Cinco años sin escribir, una pausa necesaria para Álex Rovira, autor del superventas “La buena suerte”, que ha querido explorar las dimensiones de la alegría, un tema poco tratado por filósofos y psicólogos más orientados a abordar la gestión de las emociones negativas.
Alex Rovira, alegría
“La alegría siempre está ahí, como un secreto abierto, tan obvia que la obviamos, tan evidente que no lo vemos. Porque simplemente está tapada” por preocupaciones, prejuicios, miedos, complejos, deseos innecesarios y vanidad, reza el libro.
Y en ese proceso de “domesticación humana” vamos dejando por el camino la alegría de la etapa infantil que, sin embargo, solo está adormecida.
“Por eso es perfectamente recuperable, pero necesita una gimnasia, una rehabilitación”, asegura el también conferenciante internacional y economista.
Para ello, explica, hay que crear espacios y circunstancias para la alegría “desde la convocatoria de la gratitud” porque “no puedes forzarla, puedes invitarla, pero no puedes impostar”.
Para el autor, los mayores momentos de alegría se producen con aquellas circunstancias que nos conectan con la vida y con otras personas, paisajes y objetos. Con “los placeres físicos y del alma”, aunque, precisa, “el placer no siempre va ligado a la alegría, pero puede ser una puerta para llegar a ella”.
Resignación, un estado de paz barata
Álex Rovira alerta ante un estado de “resignación perezosa” que los autores del libro denominan “paz barata o falsa calma que sentimos cuando no queremos enfrentarnos a una realidad disfuncional o desagradable porque nos supondría replantearnos muchas cosas”.
“Es la inercia resignada. Estoy mal en mi relación de pareja, en mi trabajo, en el cuidado de mi cuerpo, en mi activad física o intelectual…pero en ese malestar me acomodo”, apunta el empresario quien advierte ante esta modo de “supervivencia adaptativa” que nos lleva a “una muerte lenta”.
“Hay personas que han ido perdiendo la alegría de vivir a base de resignación y no se dan cuenta. Como la rana que se va durmiendo en el agua caliente hasta quedar escaldada, cuando nos demos cuenta, puede ser demasiado, tarde o el tren que queríamos tomar ya habrá pasado de largo…”, manifiestan en Alegría.
Un sociedad narcisista
Y es que vivimos en una sociedad por lo general insatisfecha y en una época en que van en aumento las trastornos obsesivos-compulsivos, las depresiones y la ansiedad. “Una sociedad cada vez más narcisista y psicopatizada”, opina el autor.
“O replanteamos el modelo de sociedad que tenemos -propone- y vamos a hacia un modelo más sobrio y solidario, donde la naturaleza no sea mirada como un objeto sino como un sujeto, o esa situación va a ir a más”.
“Hay dos caminos, el del vértigo o el del éxtasis. El primero, en principio, no te pide nada, pero luego te lo quita todo, como la droga. Y el del éxtasis te lo pide todo y no te da nada hasta el final, cuando te lo da todo. Este último es el camino de la realización, de la entrega, del compromiso, del amor…y si los modelos de sociedad alimentan que el éxito viene por el camino de vértigo, vamos al abismo”, considera.

El proceso de desaprender
Y para reencontrarnos con esa alegría que nos devuelva vida, además de actitud, debemos, según los autores del libro, emprender un proceso de desaprender, desprenderse de las emociones.
Rovira aboga por hacer un ejercicio que nos ayude a “desnudarnos de prejuicios y de falsas creencias” y para eso necesitamos en frente a otra persona que nos escuche, nos entienda y no nos juzgue “en ese camino donde donde, seguramente, la palabra termina convirtiéndose en llanto”.
“O haces el ejercicio de irte cuestionando o la vida te estallará en la cara cuando menos te lo esperes”, asegura.
Invitación a la alegría
Esa alegría que tenemos dormida podemos despertarla, invitarla a que aflore, mediante una serie de actitudes que nos ayuden a recuperarla. Estas son algunas de las que propone Álex Rovira:
- Una mirada apreciativa y un ejercicio de gratitud: Reflexionar y agradecer lo que tenemos. Lo que damos por asumido es extraordinario para millones de personas en el planeta.
- Contacto con lo esencial: la naturaleza, el arte, ver el mar, pasear, la actividad física e intelectual.
- El ejercicio del afecto, de la ternura, de la complicidad, de la amistad, recuperar el erotismo, la dinámica amorosa, la estimulación sensorial, el ritual, el fomento de la ilusión….lo que te recuerde que estás vivo, que te saque de la paz barata.
- Aprender: Mantener la actividad intelectual es una fuente de alegría, además de realización y de apertura de consciencia, de abrir ventanas al mundo.
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