Los científicos analizan una terapia celular basada en inyecciones de fibroblastos, un tipo de células que aceleran la cicatrización de heridas en pacientes con epidermólisis bullosa, una enfermedad rara también conocida como “Piel de Mariposa” que se caracteriza por una extrema fragilidad de la piel y que origina la formación continua de heridas

Analizan una terapia que acelera la cicatrización de la “Piel de Mariposa”
El catedrático de Dermatología del King’s College de Londres, John McGrath. EFE
  • 27 de noviembre, 2012
  • MARBELLA (MÁLAGA)

El catedrático de Dermatología Molecular del King´s College de Londres, John McGrath, explica a EFEsalud que los fibroblastos también segregan colágeno 7, una proteína que estos enfermos no pueden generar, y que se les provee a través del uso de “células de un donante” para colocarlos en la dermis.

En 2007, el King´s College comenzó un ensayo clínico para ver si era seguro introducir estas células en la piel, siendo el primero que se hacía en humanos. En los últimos 18 meses se están “inyectando estas células en los márgenes de la herida” en pacientes de epidermólisis bullosa distrófica para ver si mejora la curación, apunta el investigador.

La intención es obtener una cicatrización más rápida de las heridas que contribuya a la “mejora de la calidad de vida” de los enfermos y, señala McGrath, si los resultados son buenos, es posible que se convierta en una terapia de uso en la práctica clínica, principalmente para pacientes moderados o leves.

El catedrático destaca el interés por identificar el mecanismo por el que estas células funcionan y ejercen esa función cicatrizante, ya que al ser de otra persona, permanecen solo entre siete y diez días en la piel del enfermo.

Por otro lado, señala que un problema de esta terapia es que las inyecciones de fibroblastos son locales y solo pueden tratar zonas pequeñas de la piel, por lo que están comenzando a estudiar la “inyección intravenosa”, de manera que las células puedan distribuirse por la sangre a todo el organismo.

McGrath indica que el centro planea realizar un estudio, que está previsto que comience para la primavera de 2013, en el que se inyectarán “células madre mesenquimales”, -que son las células madre de los fibroblastos-, en el torrente sanguíneo de niños.

En este sentido, el especialista confía en que estas células produzcan un “efecto antiinflamatorio que mejore la situación de la piel de estos pacientes” ya que existe la posibilidad de que “hagan algo del colágeno 7” que les falta.

 Según unos ensayos que han realizado al margen de los clínicos, se ha comprobado que esta nueva terapia con fibroblastos acelera en algunos casos la cicatrización “hasta cuatro veces más”, mientras que en otros no se han observado efectos, lo que McGrath ha interpretado como que podría ser válida solo para pacientes con la enfermedad “leve o moderada”.

Así, defiende la necesidad de realizar terapias combinadas para poder atacar la enfermedad desde varios ángulos, como la terapia génica, la de inyección de proteínas o la terapia farmacológica.

El reto de este investigador es intentar hacer inyecciones intravenosas de células madre mesenquimales con el fin de hacer un “tratamiento sistémico” del paciente en todo el organismo y más temprano, en niños en vez de en adultos.

 La epidermólisis bullosa o “Piel de mariposa” es una enfermedad de origen genético, crónica e incurable, de las denominadas “raras o poco frecuentes”, que se caracteriza por una “extrema fragilidad” de la piel.

Ello causa la formación continua de ampollas y heridas, la afectación de membranas mucosas como la boca, la faringe, el esófago, o los párpados y en casos severos, una “significante” disminución en la esperanza de vida.