¿Estoy educando a mi hijo de una forma correcta?; ¿puedo conseguir los resultados que quiero de una manera más sencilla?; ¿estoy dando a mis hijos todo lo que necesitan? La psicóloga Silvia Álava, junto a otros catorce psicólogos, responde a estas y otras cuestiones en su nuevo libro ‘El arte de educar jugando’

‘El arte de educar jugando’, guía práctica para aprender a través del juego en familia
A través del juego, se puede estimular el cerebro de los más pequeños, conseguir que presten atención, desarrollar la inteligencia emocional y el autocontrol. EFE / Salvador Sas

Jugar es mucho más que divertirse. El juego es clave a la hora de consolidar procesos cognitivos, como la memoria, y de reforzar la autonomía, la seguridad, la autoestima y las habilidades sociales de los más pequeños.

Por ello, un grupo de 15 psicólogos, coordinados por la psicóloga infantil Silvia Álava, han escrito ‘El arte de educar jugando’.

En él, los expertos explican cómo educar y favorecer el correcto desarrollo de los niños y niñas a través del juego y nos dan las claves para hacerlo en familia.

De acuerdo con Silvia Álava, coordinadora del proyecto, “el juego tiene beneficios cuando los niños juegan solos, cuando juegan con otros niños y cuando se juega en familia, porque además de pasar ratos divertidos en familia, se trabaja el vínculo, el apego y toda una serie de valores”.

‘El arte de educar jugando’ es el octavo título de la colección ‘Tu vida en positivo’, que engloba una serie de títulos donde diferentes expertos de distintos sectores ofrecen consejos para ser más felices.

Consejos prácticos para jugar y aprender en familia

educar jugando
Portada del libro El arte de educar jugando.

Estimular su cerebro, conseguir que presten atención, desarrollar la inteligencia emocional y el autocontrol o fomentar su autonomía son algunas de las cuestiones que, desde un enfoque práctico, aborda este trabajo.

Cada capítulo está escrito por un experto en la materia, que explican la teoría y la práctica, para que, además de pasar un tiempo en familia, se trabajen áreas que son fundamentales para el correcto desarrollo de los niños.

“Lo que hemos hecho en cada capítulo es, en primer lugar, explicar brevemente la habilidad que vamos a trabajar, por qué es importante dicha habilidad y los beneficios de hacerlo en familia”, expone Silvia Álava.

Después de esta breve explicación teórica, se proponen juegos y actividades para trabajar la habilidad en cuestión.

“Esta parte la hemos dividido por edades, porque hay que tener en cuenta el desarrollo evolutivo de los niños: de 0 a 3 años, 3 a 6, 6 a 9 y 9 a 12”, señala la psicóloga.

Además del juego, también se incide en el papel del deporte en la educación y el desarrollo de los menores:  “El deporte es fundamental. Sabemos que ayuda a fomentar muchos aprendizajes y favorece el desarrollo de la memoria, de la atención, la toma de decisiones… Pero también a nivel emocional y de habilidades sociales tiene un papel importante”, apunta Silvia Álava.

¿Nativos digitales? Sí, pero hay que enseñarles a usar las tecnologías

En el libro se tratan cuestiones que suelen generar bastante controversia y, sobre todo, dudas a los padres, como son la educación afectivo sexual o la gestión del uso que los menores hacen de internet y las tecnologías.

Silvia Álava Psicología
La psicóloga Silvia Álava/Foto cedida

En este sentido, los expertos advierten que un mal uso de internet y las tecnologías tiene una serie de riesgos asociados, como la obesidad, problemas de sueño, pérdida de control sobre el comportamiento de uso del teléfono móvil o internet, consecuencias negativas sobre el rendimiento escolar, ciberacoso…

Por ello, Álava insiste en que, aunque pueda parecer innecesario, hay que enseñar a los niños a utilizar correctamente las tecnologías:

“Es cierto que los niños de hoy en día son nativos digitales, porque desde que nacen tienen acceso a las tecnologías, pero eso no significa que sepan utilizarlas. Igual que enseñamos a los niños a cruzar correctamente la calle, también debemos enseñarles a usar las tecnologías”, remarca.

Un buen uso de estas herramientas se basa en el conocimiento, el respeto, el uso moderado y la responsabilidad.

Para ello, es importante enseñar a los niños a distinguir lo que debe y lo que no debe ser público en internet y advertirles y, sobre todo, protegerles de los peligros que pueden encontrar.

“A nadie se le ocurre dejar que los niños cuando son pequeños vayan solos por la calle a ver qué se encuentran, y sin embargo les dejamos un teléfono con acceso a internet donde pueden encontrar bastantes peligros”, alerta la psicóloga.

Educar en positivo: poner el foco en las buenas conductas

El libro gira en torno a la importancia de educar a través del juego y de hacerlo ‘en positivo’.

“Educar en positivo consiste en poner el foco y prestar más atención cuando el niño o la niña hace las cosas bien que cuando las hace mal”, sostiene Silvia Álava.

Sin embargo, la psicóloga advierte que no se debe confundir la educación en positivo con la ausencia de normas o límites:

“Las normas y los límites son absolutamente necesarios, dan a los niños seguridad, confianza y autocontrol. Educar en positivo no debe estar reñido con tener normas, límites o consecuencias”, recuerda.

La pandemia, consecuencias en la salud emocional de los más pequeños

A raíz de la pandemia, el tiempo que los niños pasan en casa con sus familias ha aumentado considerablemente.

Sobre el impacto que esta situación ha tenido en los más pequeños, Álava señala: “En el caso de los niños, hemos visto que están aumentando mucho los trastornos de estrés postraumático, las crisis de ansiedad, depresión, las dificultades para concentrarse y atender…”.

Por ello, la psicóloga anima a las familias a hablar con los niños y conocer cómo lo están pasando. “Los niños cuando son pequeños necesitan que los adultos nos ocupemos de cubrir todas sus necesidades, no solo las fisiológicas, también las emocionales”.

En este sentido, el juego es también una herramienta excelente. “A través del juego, sobre todo del juego libre, podemos ver el diálogo que tienen, y eso nos puede dar mucha información y muchas pistas de lo que pueden estar sintiendo los niños”, concluye Silvia Álava.